Un matrimonio de conveniencia -
Capítulo 187
Capítulo 187:
Al instante, Osvaldo lo agarró por la pechera de la camisa y lo sacudió con fuerza.
«¡Eres un hijo de p$ta! Estás engañando a Clara, ¿No es así?», preguntó el padre con muchas ganas de golpear a Tonny, pero no lo hizo, dado que se dio cuenta de lo mal que se veía el chico.
«¡Papá, cálmate, por favor!», exclamó Michael, colocando su brazo entre los dos, y Osvaldo soltó a Tonny, quien no contestó, tan solo volvió a sentarse.
«De verdad no lo puedo creer… ¡Máximo te va a querer matar! Realmente quiero darte una paliza, Tonny, ¿Cómo fuiste capaz de hacerle eso?”
«Papá, te lo pido, por favor. La mujer que lo salvó hace dos años está en operación en este momento”, explicó Michael, y Osvaldo volteó a mirar a su hijo menor. Sí, el hombre mayor sabía muy bien quién era ella.
«Bien, está bien», pronunció él, luego, se enderezó la camisa y levantó la barbilla, «Voy a averiguar cómo van las cosas. Y tú, Tonny… vete a casa ahora”.
Tras ello, Osvaldo comenzó a alejarse.
«No». Al escuchar eso, el hombre dejó de caminar y lentamente se dio la vuelta. Sin embargo, el chico seguía mirando hacia abajo.
“¿Qué fue lo que dijiste?».
Al instante, el joven levantó la cabeza y miró a su padre con resolución.
«Dije que no me voy air a casa. Me quedaré aquí y esperaré hasta tener noticias de Serena. No pienso moverme de aquí», declaró él.
“Te estoy dando una orden, Tonny. Vete. A casa. ¡Ahora!»
No obstante, el chico se levantó y tomó una respiración profunda, caminando hacia su padre.
“Entonces, voy a tener que desobedecer esa orden, ya sea de mi padre o de mi señor. No me pienso ir de aquí”.
“Papá, yo voy a quedarme con…”
«¡Cállate ahora mismo, Michael!, exclamó Osvaldo, con la mandíbula fuertemente apretada, pero estaba claro que quería gritar, “Vete a casa en este momento, y llévate a tu hermano”.
Al segundo siguiente, Michael puso su mano sobre el brazo de Tonny, quien simplemente lo empujó, sin violencia, pero en un movimiento que indicaba que la próxima vez no sería tan amable.
«Ya te dije que no me voy a ir de aquí”, replicó el joven.
En ese momento, Osvaldo sonrió de manera siniestra y miró directamente a los ojos de su hijo.
«Estás olvidando quién soy yo, Tonny. Y también olvidas que esa mujer está totalmente indefensa allí dentro. ¿De verdad quieres provocarme?”, amenazó él.
No, la realidad era que él nunca la lastimaría. Él no era ese tipo de persona en absoluto, pero quería a Tonny lejos de ella lo más pronto posible. No solo porque el chico resultaría lastimado al estar con alguien que no quisiera una vida en la mafia, lo cual Osvaldo no reprochaba de ninguna manera, sino también porque era lo mejor para ella.
Esa chica podía tener un excelente futuro completamente alejada de ese mundo y la mejor manera de pagar por lo que había hecho era dejarla libre.
Sin embargo, Osvaldo no esperaba que Tonny no estuviera simplemente agradecido con la chica, sino que se había enamorado de ella. De un momento a otro, antes de que Osvaldo pudiera siquiera pensar bien, fue presionado contra la pared, con una pistola en la cabeza.
«Si siquiera llegas a pensar en hacerle algo a ella, te mataré», gruñó Tonny con rabia, “Te juro que te mataré. ¡Te amo, pero también la amo a ella, y no voy a permitir que nadie la lastime! ¡Ni siquiera tú!”
De repente, se escuchó el clic del arma y el cañón helado de un arma tocó la sien de Tonny.
«Deja ir a papá ahora mismo, Tonny. Yo te entiendo, te juro que te entiendo, pero si no sueltas a nuestro padre, ¡Te voy a meter una bala en la cabeza!».
Al decir eso, Michael no tembló, no tartamudeó, pero por dentro estaba más nervioso de lo que nunca había estado. Esos eran dos de los hombres que él más amaba en su vida, aunque aún extrañaba a Lucas, su hermano menor.
Ante la voz de su hermano, Tonny soltó a su padre y Michael se alejó, pero sin bajar el arma.
“No me voy a mover de aquí. A no ser que me mates, padre. De lo contrario, me quedaré y te juro que si algo le llega a pasar a Serena, haré que el infierno se vea bien».
Osvaldo sabía muy bien que el chico no estaba bromeando y, en cierto modo, estaba orgulloso de que su hijo saliera finalmente de su estado de inercia.
Él la ama de verdad. Tonny no sería capaz de apuntarme con una p$ta pistola si no la amara, pensó él con tristeza. Pero eso no va a funcionar jamás. No en nuestro mundo, se dijo el hombre.
“¿Señor Herrera?». En ese momento, una doctora se acercó y los tres hombres la miraron, mientras ella decía: «Se trata de la Señorita Agramonte».
Al escucharla, Tonny se enderezó de inmediato.
“¿Qué pasó con ella?».
La doctora levantó la mano para indicarle que se tranquilizara y sonrió.
“Ella está mejorando. Su condición es estable y, sinceramente, puedo decir que estará bien. La tendremos un tiempo más en observación, pero…
Estoy segura de que mejorará”.
Al instante, el chico dejó salir el aire que había estado conteniendo, y Osvaldo inhaló.
«Cuide bien de ella”, indicó el hombre, y se dio la vuelta, alejándose, pero se detuvo y miró por encima del hombro, “Y tú, Tonny, no tardes en volver a casa. O voy a tener que venir a buscarte. Y Michael, ve a buscar atención médica rápido. Luego, regresa a casa con tu hermano”.
Tonny finalmente miró a su hermano, lo observó bien, y se dio cuenta de que el chico estaba herido.
Él había estado tan concentrado en Serena que había olvidado por completo la razón por la que se había subido a ese auto con ella.
“¡Michael! Yo… de verdad lo siento mucho, yo estaba…”
Al instante, el joven movió la cabeza de un lado a otro.
«No te preocupes, está todo bien. Ahora que papá no está aquí, me parece que tú y yo tenemos que hablar”, pronuncio él.
Tras ello, el otro asintió con la cabeza.
“Sí, creo que ya es hora. Te gusta ella, ¿No es así?
Te gusta Clara”.
De inmediato, Michael sonrió.
“Sí, es cierto, así como tú amas a Serena, ¿No es ese su nombre?».
«Sí, así es», respondió Tonny, sonriendo, y luego se pasó una mano por la cabeza, En realidad, Clara y yo nunca tuvimos nada. Así que no la engañé, exactamente.
Después de eso, le contó a su hermano el plan de los dos. Michael escuchó con mucha atención y, aunque estaba enojado porque pudo haber estado todo ese tiempo con Clara, además de no sentirse un completo hijo de p$ta por querer a la mujer de su hermano, la verdad era que estaba feliz. Sí, porque a Clara le gustaba y, estando las cosas como estaban, podía tenerla finalmente.
“Tienes que contarle todo a papá, o él va a seguir pensando que la engañaste».
“Sí, hablaré con él. Y también tengo que pedirle disculpas por…».
«Él lo entendió, Tonny, de verdad. Además, yo no permitiría que mataras a papá así, pero lo entiendo. Ahora… sabes que él no te haría daño jamás, ¿No?».
El chico asintió con la cabeza ante eso.
“En ese momento, honestamente, no pensé en eso.
Tan solo escuché la amenaza y reaccioné».
Mas tarde, Tonny se fue a casa con Michael y sabía Muy bien que tendría que hablar con su padre. Sin embargo, al llegar, Máximo lo golpeó en el mentón en cuanto puso los pies dentro de la oficina de Osvaldo.
El chico se quedó completamente perplejo, dado que no entendía lo que estaba sucediendo.
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