Un matrimonio de conveniencia
Un matrimonio de conveniencia

Un matrimonio de conveniencia

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Un matrimonio de conveniencia es una novela ligera popular que abarca géneros como Novelas. Se han traducido 428 capítulos y la traducción de todos los capítulos ha sido completada.

Sinopsis

Un matrimonio de conveniencia. 

Carolina Navarro fue obligada por su padre a casarse con un hombre desfigurado para salvar a su familia de la ruina.

Maximo Castillo tenía todo lo que cualquiera deseaba, hasta que un accidente aéreo destruyó su cuerpo, su alma y su relación, haciendo su vida desesperada. Sin embargo, independientemente de eso, todavía necesitaba una esposa y un heredero.

¿Podría funcionar un matrimonio entre estas dos personas?

Nota de Tac-K: Novela libre, terminaré de traducirla la misma semana del estreno. (=◡=) /

Empezando el 24-07-2023

Un matrimonio de conveniencia – Inicio

“Papá, ¡No quiero casarme con él!», gimoteó, Carolina, con palabras apenas audibles.

«No existe algo como el no quiero. ¡Dije que te casarás con él! Nuestra familia necesita tu ayuda».

Se inclinó más cerca de Carolina. «¡Es lo menos que puedes hacer después de que te haya criado y apoyado todos estos años!».

“¡Pero soy tu hija!».

La huella de sus dedos era claramente visible en la mejilla de Carolina tras recibir la bofetada.

Enseguida, Gaspar la sujetó por los hombros y zarandeó, revelando la gravedad de las circunstancias.

La voz del hombre se alzó furiosa: «¡No eres mi hija de sangre! ¡Y lo sabes! Pero te crie y te di todo lo que tienes. ¡Me lo debes!».

«Pero ¿Por qué yo?», sollozó ella, en tono tembloroso.

«No pensarás que voy a darle a mi hija a un deforme cuando te tengo a ti, ¿Verdad? Después de todo, ¡Tienes que servir para algo!».

La soltó con fuerza, haciendo que Carolina perdiera el equilibrio y cayera al piso. A continuación, salió de la habitación dando un portazo.

Con veinticuatro años, era la hija mayor de la Familia Navarro. Su madre, Paloma, fue acusada de traicionar a su marido y perdió trágicamente la vida al huir con su amante. Esto sucedió cuando Carolina tenía apenas dos años.

Gaspar creyó entonces que no era su hija. Para evitar un escándalo, nunca se hizo la prueba de ADN, pero siempre se aseguró de demostrar cuánto odiaba a la niña.

El Grupo Navarro de Porcelana atravesaba un momento financiero difícil cuando se presentó una excelente oportunidad, que serviría a Gaspar para un doble propósito. No solo salvaría a su empresa en apuros, sino que también le proporcionaría una forma de deshacerse de Carolina.

El novio no era otro que Máximo Castillo, hijo único y heredero del imperio lácteo de la familia.

Había sido guapo, encantador, inteligente y exitoso hasta que sufrió un accidente de avión que le dejó la mitad de la cara gravemente quemada. Ahora, tres años después del accidente, necesita una esposa y un hijo.

Carolina bajó a cenar y tanto Nadia, la esposa de su padre, como Eloísa, la hija de ambos, estaban en la mesa. Su media hermana tenía una sonrisa de suficiencia en los labios.

“¡Felicidades, hermanita! ¡Por fin encontraste a alguien que te quiera!»

“Gracias, Eloísa, pero prefiero estar soltera».

Recibió otra fuerte bofetada, esta vez de Nadia.

“¡No te atrevas a hablar así con mi hija!», gruñó, golpeando la mesa con la mano.

«¿Qué está pasando aquí?», inquirió el padre al entrar en el comedor y ver la cara de Carolina, la expresión llorosa de Eloísa y los labios temblorosos de Nadia. «¡No me gusta preguntar dos veces!».

«Gaspar, ¿Cuándo será la boda? ¡Carolina acaba de insultar a nuestra hija! ¡Atacó su honor!».

Cuando él la miró con agresividad, Carolina se sintió intimidada. Temía tener que soportar un castigo; pero en lugar de eso, solo la zarandeó y la envió a su habitación sin permitirle comer.

Nadia preguntó: «¿Eso es todo? Sabes que no me gusta que castiguen a Carolina…, pero se ha excedido», continuó con lágrimas en los ojos.

Gaspar la abrazó para consolarla.

«No le di una buena paliza porque su marido se quejaría. Y no podemos perder este contrato”.

En la habitación, Carolina se encontraba en su cama, abrazada a la almohada y llorando. Había soportado una vida de malos tratos no solo por parte de su padre, sino también de su madrastra, que fingía ser amable; pero aprovechaba cualquier oportunidad para provocar discusiones entre Gaspar y la chica. Eloísa no era mejor que él.

«Quizá tu marido no sea tan malo después de todo, Carolina», susurró para sí. «Las cosas podrían ser diferentes a su lado», No le importaban las cicatrices. El problema era que ella quería al menos poder decidir con quién casarse.

Soñaba con el día en que no tuviera que vivir bajo la opresión de su padre; sin embargo, como él nunca le permitiría estudiar ni trabajar, el matrimonio parecía ser su única opción.

– Continua en Un matrimonio de conveniencia capítulo 1 –

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