Un matrimonio de conveniencia -
Capítulo 188
Capítulo 188:
“¡Dejaste sola a Clara para irte con otra, mientras que mi hija podría haber muerto!», lo acusó Máximo, después de haber sido separado de Tonny por Osvaldo, Michael y uno de los soldados.
“Ella estaba con Michael, así que no estaba desprotegida», replicó el chico, y Máximo le gruñó, “Además, en realidad las cosas no son como piensas. Clara y yo…”
En ese momento, Tonny miró a Michael, quien asintió para alentarlo, «La verdad es que Clara y yo ya no estamos juntos».
“¿Qué fue lo que dijiste?», preguntaron Máximo y Osvaldo casi al mismo tiempo.
“¡Explícate ahora mismo, Antonio!», ordenó Osvaldo y el joven asintió.
“El hecho es que siempre fue un trato. Algo que acordamos entre ella y yo».
Así, él explicó cómo surgieron las cosas desde el principio. Y que no la había engañado, ni nada por el estilo.
“Por lo tanto, Clara y yo nunca tuvimos ese tipo de relación. Yo nunca la toqué, lo juro», dijo Tonny, y Máximo parecía más relajado, sin embargo, seguía mirando al chico con rabia.
Tú arrastraste a mi hija de dieciséis años a la mafia.
«Ella aceptó…”, Tonny comenzó a hablar de nuevo.
«¡Ella tenía apenas dieciséis años! ¿Qué es lo que puede saber una chica de dieciséis años? ¡Tú, siendo un hombre de veinticuatro años, debiste haberlo sabido mejor!», continuó Máximo.
“¡Te aseguro que ella lo sabía muy bien! ¡Sabía perfectamente lo que quería!», continuó el joven, “Clara es una chica bastante decidida y centrada.
Ella tiene sus metas muy claras. Además, de no haber sido por tu insistencia en alejarla de lo que quiere, Clara no lo habría aceptado”.
Al escuchar eso, Máximo se acercó a Tonny, con Michael casi a su lado.
“¡Yo nunca se lo impedí! ¡Ella nunca me dijo abiertamente qué era lo que quería! Pensé que tan solo tenía curiosidad, después de todo, Bernardo es quien va a tomar mi lugar de ahora en adelante…».
En ese instante, Tonny dejó escapar un resoplido de risa.
«Con todo respeto, pero antes de decir nada, me parece que deberías conocer mejor a tus hijos”.
Ante eso, Máximo frunció el ceño.
“¿De qué se supone que estás hablando?”
Sin embargo, el chico no tenía la autorización de Bernardo para decir nada, así que no lo hizo.
«Quizá la realidad es que Clara sería mucho más capaz que Bernardo. Ella es una líder nata. Es más, si ella hubiera nacido hombre, entre nosotros, lo sería”.
«Ya basta de toda esta mi$rda!», exclamó Osvaldo, suspirando profundamente, “Estoy demasiado viejo para soportar todo esto. Escucha, Tonny, ¿De verdad dejaste que una chica de tan solo dieciséis años tomara decisiones importantes en lo que se refería a la mafia?”
«Padre…..”
«No, ni lo intentes. El hecho es que pudiste haber elegido a otra persona para jugar al compromiso, no a Clara. ¡Ahora, gracias a eso, ella está en la mira de los hijos de p$ta que quieren derribarnos!
Los malditos Yakuza metieron traidores dentro de La Cicuta y ellos son los culpables de toda la mi$rda de hoy!», al decir eso, el hombre miró fijamente a su hijo.
“Tú pusiste en peligro a Clara.
Además, pusiste a esa otra chica en peligro también”.
«No hables de Serena”, le advirtió el chico.
“Tengo que hacerlo. Ella te salvó, y tú… simplemente la arrojaste a la boca de los lobos», indicó Osvaldo, quien negó con la cabeza y continuó: “Ella pudo haber muerto».
Tonny sabía muy bien que su padre tenía razón. Fue todo una sucesión de errores que pudieron haber terminado con la muerte de la mujer más maravillosa que él había tenido el placer de conocer.
«Yo no pienso abandonarla mientras ella me quiera”.
«Eso es únicamente asunto tuyo. Yo no voy a evitar que te cases con ella, Tonny. De verdad no pienso hacer eso, pero el hecho es que vamos a tener que compartir esta gran noticia con el Consejo. No se recomienda, sin ninguna excepción, terminar un compromiso y comenzar otro. Sabes bastante bien que el honor de un hombre es muy importante, y dudo que crean que no engañaste a tu prometida”.
«¡Pero en realidad yo no la engañé!.
«¡Pero nos traicionaste a nosotros, nos engañaste a todos!” reclamó el hombre, mirando detenidamente a su hijo, y agregó: «El Consejo estará realmente encantado de saber que fue ridiculizado durante dos años”.
Ciertamente, ellos podrían rebelarse y perseguir no solo a Tonny sino también a Serena.
Michael, por otro lado, quería decir que él y Clara estaban juntos, pero la verdad era que no estaba muy seguro de ello. Los dos se habían declarado su amor, sin embargo, ella no había confirmado estar con él, algo que, por cierto, lo ponía inquieto y ansioso.
Tras ello, Máximo llegó a su casa y fue directamente a hablar con Clara, quien no negó nada. Absolutamente nada de lo ocurrido.
“¿Es que de verdad soy un padre tan malo que ni siquiera puedes decirme lo que querías de la vida, Clara?», preguntó el hombre, dolido, y continuó: “Así que soy un padre de mi$rda, ¿No? Preferiste fingir citas y estar comprometida con un mafioso que contarme tus deseos”.
«¡Papá, tú estabas tan enfocado en que Bernardo fuera tu sucesor que nunca tomaste en serio las veces que dije que yo quería hacerme cargo!”, reclamó ella.
“¡No tenía idea de que querías tanto ser presidenta! Y, además… ¡Tenías dieciséis años! ¡Ahora tienes dieciocho y apenas acabas de empezar la universidad!”.
«¡Pero siempre me ha interesado todo lo relacionado con la empresa!”, replicó la chica, tomando las manos de su padre, “Y tú siempre has sido un padre maravilloso, aun así realmente pensé que no me darías la oportunidad…”
Al escuchar eso, Máximo tiró de ella en un abrazo.
“Clara, en serio te habría escuchado y considerado.
No voy a poner a alguien a cargo sin antes asegurarme de que sea la mejor opción”.
Tras ello, miró a su hija y la besó en la cabeza.
“Tan solo dame la oportunidad, papá».
«De ahora en adelante, voy a ver tu desarrollo y el de tu hermano, ¿De acuerdo? Sin embargo, al final, hija mía, los dos son dueños de todo. Arthur es todavía demasiado joven como para preocuparse por eso» al decir eso, sonrió, «¡Y ya puedes dejar de escuchar a través de la puerta, Señora Carolina!».
En ese momento, Clara rio suavemente y la puerta se abrió. Entonces, su madre apareció allí y miró a los dos, en sus labios había una leve sonrisa.
“Simplemente quería asegurarme de que todo estaba bien», dijo ella. Al instante, Máximo se acercó y la besó. Al verlos, Clara hizo una mueca.
“Ay, no, por favor. ¡Váyanse a su cuarto! ¡Cielos!” exclamó ella.
“Fuiste hecha así, hija», bromeó el hombre y la chica arrugó la nariz.
“En serio… es completamente innecesario. ¡A mí me trajo la cigueña hasta aquí! ¡Ahora, por favor!».
Así, Máximo y Carolina salieron riendo de la habitación. Bernardo llegó a casa y todavía no sabía nada de lo que estaba pasando, hasta que Michael envió un mensaje y preguntó cómo se encontraba Clara.
“¿Está todo bien, Clara? ¡Mi$rda!”, preguntó el chico, mirando a su hermana de arriba abajo, “¿No estás herida?”
“¡No, yo estoy bien!”, respondió la joven y se acostó en la cama, de donde la había sacado su hermano, “Me parece que todo se calmará a partir de ahora”.
Después de escuchar todo, Bernardo suspiró profundamente.
“¿Y qué hay de Michael? ¿Te vas a quedar con él ahora?”, preguntó el chico.
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