Capítulo 169:

En ese momento, la mujer de cabello oscuro se giró hacia Tonny, quien la estaba sosteniendo del brazo.

“S… señor, por favor…”, pronunció ella, y el sonido de su voz calentó el corazón del chico.

«Me reconoces, ¿No es así?», preguntó él, pero sonó más como una afirmación. Tonny realmente quería saber si ella lo recordaba.

«No tengo idea de qué está hablando, señor”, habló ella en voz baja y determinada, pero el hombre sabía que en realidad estaba mintiendo.

Él ya llevaba mucho tiempo lidiando con un montón de personas, con mentirosos, y en ese instante pudo darse cuenta de que la linda morena no le estaba siendo sincera.

«Sí, sí lo sabes. Hace dos años….”

«¡Dios mío, Serena! ¡Te estaba buscando por todos lados! Ah…», una mujer de cabello castaño se acercó en ese momento, pero dejó de hablar al ver a Tonny y su mano sosteniendo el brazo de la chica, luego continuó: «Eh, ¿Todo está bien aquí?.

De inmediato, el hombre soltó a Serena, quien se estremeció y se alejó unos pasos de él.

«Sí, así es, Lola. El caballero aquí tan solo se preguntaba dónde podría conseguir algo para poder limpiar a su novia”.

«Ah, está bien. Bueno, señor, puede seguirme por acá. ¿Dónde se encuentra su novia?”, pronunció Lola, mirando a su alrededor.

Novia, esa palabra resonó en la mente de Tonny y, por primera vez desde que tuvo esa idea, se arrepintió por completo.

“No, ya no es necesario. Por favor, disculpen», habló él, de manera educada, para luego dar media vuelta y alejarse.

Entonces, Lola miró la espalda del hombre y se giró rápidamente hacia Serena.

“Amiga, ¿Qué fue lo que pasó realmente? ¿Es que acaso él te estaba acosando?”, preguntó Lola, al tiempo que colocaba su mano sobre el hombro de la otra, quien negó con la cabeza.

“No, no es eso. Iba a resbalar y él me sostuvo…

Todo fue tan solo un malentendido, la verdad», respondió Serena y mostró una sonrisa forzada para continuar: “Será mejor que trabajemos antes de que nos vea el Señor Alves. Si no, no cobraremos».

Al escucharla, Lola asintió, pero volvió a mirar al hombre que acababa de salir.

Mientras tanto, Tonny regresó a donde estaba su padre y miró a su alrededor, pero no había ni rastro de Bianca ni de Clara por ningún lado.

“¿Dónde está Clara?», preguntó Osvaldo, cuando vio que su hijo mayor se acercaba solo.

«Fue con Bia a limpiarse un poco. Luciana Ramirez hizo caer una bandeja de bebidas sobre el vestido de Clara», respondió Michael, “Pero ya me encargué de eso”.

Osvaldo sabía muy bien que Michael era bastante sobreprotector con Clara y temía que fuera algo más que un simple afecto fraternal.

«Eso es excelente. Espero que no vuelva a suceder”, indicó el hombre.

“No, no se repetirá”, respondió Michael y una extraña sonrisa apareció en sus labios.

Tonny a veces odiaba que la mafia hubiera convertido a su hermano, que era un chico tan bueno, en una persona casi sin alma.

Cuando las dos chicas regresaron, el rostro de Bia estaba totalmente pálido y con la cabeza gacha, pero cuando Emilia trató de hablar, la otra negó con la cabeza de inmediato. Ellas conversarían después.

El resto del grupo no tuvo más problemas, pero Tonny estaba un poco intranquilo. Debido a ello, él había pedido que le dieran los nombres de todos los que trabajaban allí.

“Serena…”, repitió su nombre mentalmente varias veces. Ese es el nombre de mi ángel, se dijo él.

Hace dos años.

“¡Hijo mío!». Emilia fue la primera persona que Tonny vio al despertar.

Osvaldo estaba justo a su lado, sonriendo con alivio.

«¿Dónde está… dónde está ella?, preguntó el joven, sintiéndose aturdido.

«¿De quién estás hablando? ¿De Clara?, preguntó Emilia. «Ya está llegando, mi amor”.

No, no era Clara, de hecho, Tonny había visto a una mujer completamente diferente a ella. Mientras esperaba la ambulancia, el joven recupero el conocimiento un par de veces, y esa hermosa criatura no era uno de los paramédicos, a pesar de que lo estaba ayudando.

Él estaba completamente seguro de ello.

«No. Ella… bueno, ella me ayudó”, respondió Tonny, al tiempo que intentaba sentarse.

«¡Tranquilo, Tonny!”, en seguida, Osvaldo puso su mano en el hombro de su hijo y suspiró. “La chica que llamó al 911 no te acompañó hasta acá».

«Pero, necesito encontrarla, para agradecerle”, pronunció el joven, mientras su padre negaba con la cabeza.

“Déjalo así, no la busques. Honestamente, es mejor que ella no se involucre en nuestros asuntos. Esa es la mejor manera de decir gracias, Tonny”.

“Pero, papá…”.

“Los paramédicos comentaron que ella ni siquiera estaba allí cuando llegaron, por eso no sabemos quién es. Ahora, quédate tranquilo y recupérate.

En el presente.

Durante dos años, el joven buscó averiguar algo acerca de la mujer misteriosa, sin embargo, no apareció ni una sola noticia sobre el tiroteo en los medios.

Además, no había nada nuevo en los documentos de la propia mafia informando sobre la muerte de algún civil. Bueno, en realidad solamente estaba el relato de Tonny y nada más. No había ningún otro rastro, ni nada más.

Al día siguiente, de lo que más se habló fue del hijo de los Herrera, uno de los directores ejecutivos más jóvenes y exitosos, saliendo con la hija de Máximo Castillo. Se trataba de dos familias poderosas en la Ciudad de México, en todo el país y con negocios en expansión internacional.

En ese instante, Clara miró la noticia y apretó la boca. Luego, la chica encontró los comentarios sobre cómo serían todavía más ricos, o cómo sus hijos seguramente nacerían hermosos. Sin duda alguna, eran ridículos.

Segundos más tarde, su teléfono sonó, era Michael.

Al notar eso, la mujer se sorprendió, pues, él rara vez la llamaba. De hecho, cada día, el joven se alejaba más y más.

«¡Hola, Michael!», atendió ella sonriendo. Por otro lado, Michael tragó saliva al escuchar la voz de la joven.

“Hmmm, hola. Tú… ¿Estás libre hoy?», preguntó él y Clara sonrió ampliamente.

“¿Por qué? ¿Me llevarás por un helado?»

Ah, Clara… maldición, pensó Michael. Aunque ella era mayor que él por unos meses, el chico había vivido muchas más cosas que ella. Además, el simple hecho de pensar en la posibilidad de que Tonny la hubiera tocado era doloroso.

“Bueno, si quieres, puedes tomar un helado».

“De acuerdo. Por cierto, yo cuidaré de ti», dijo ella divertida.

“De ninguna manera, yo cuidaré de ti, princesa».

Al escucharlo, Clara se rio y aunque no pudo verlo, la sonrisa de Michael se amplió.

“Te recuerdo que soy mayor, Michael. Tenlo presente, yo soy mayor de edad, tu no. Y no me vengas con hago muchas cosas que no son para mi edad, porque no será válido». Mientras decía eso, la chica trató de imitarlo, lo que provocó una de las raras risas del chico. “Vamos, te pasaré a buscar».

«Está bien, señorita soy mayor de edad, te esperaré”.

Al bajar las escaleras, Michael se encontró cara a cara con su hermano, quien estaba saliendo de la oficina de su padre.

“¿Vas a salir?”, preguntó Tonny.

“Sí”, respondió Michael sin dar más detalles.

«Apuesto a que irás con una chica”, dijo el mayor, riéndose entre dientes.

«Sí, de hecho es la chica más hermosa del mundo”, respondió Michael y Tonny solo levantó las cejas.

«Usa protección”.

Sin embargo, al escuchar tales palabras, el menor dejó de caminar y le dedicó una mirada confundida a su hermano.

Ella no es de esas, Tonny. Ella… es una mujer para casarse.

En ese momento, la culpa se apoderó de Michael, pero la apartó. Él sabía muy bien que su hermano buscaba a otra mujer, la que lo había salvado. Y pensaba que eso era una falta de respeto hacia Clara. Tonny había afirmado que era solo porque quería agradecerle y compensarla porque era su salvadora. No obstante, Michael no estaba tan seguro de eso.

“Bueno, ve a tu cita, no te molestaré más».

Mientras Michael fue a esperar a Clara, Tonny se dirigió al dormitorio que todavía conservaba en la casa de su padre. Cuando tenía que lidiar con un problema cerca de Osvaldo, prefería quedarse allí a pasar la noche, pues, era más fácil que ir y venir todo el tiempo.

Tan pronto como el hombre entró en la habitación, miró por la ventana y descubrió el auto de Clara atravesando las puertas. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue ver a su hermano menor subirse al vehículo.

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