Un matrimonio de conveniencia -
Capítulo 167
Capítulo 167:
«Es como una hermana para mí; debería serlo para ti también», respondió Michael, despacio. Tonny pudo ver cómo el chico, a pesar de ser tan joven, tenía el aura de un señor imponente. Alguien a quien temer.
«Lo comprendo. Me parece muy bien. Así no me sentiré culpable por haberme comprometido con ella», le respondió con una media sonrisa y dio media vuelta para marcharse.
«Cásate», habló Michael haciendo que Tonny se detuviera en seco y diera media vuelta.
«¿Qué?», preguntó sintiendo que se le secaba la garganta, aunque conservando la calma.
«Casarte. Dijiste comprometido; pero tu intención es casarte con ella, no comprometerte nada más, ¿No, Tonny?». El tono de su voz escondía cierta burla.
En ese momento el muchacho sonrió con nerviosismo, sin embargo, recuperó la compostura de inmediato. Le resultaba difícil mentir a alguien a quien quería.
«Por supuesto. Pero como aún es joven, no nos casaremos hasta que ella cumpla dieciocho”, respondió.
Aunque Michael le dirigió una mirada penetrante, no dijo nada más y se limitó a girar su silla para volver al ordenador, ignorando la presencia de su hermano.
¡Ese mocoso insolente!, pensó Tonny mientras se marchaba, tratando de caminar con calma para no revelar su creciente nerviosismo.
Maldición…, Michael es listo. Debo ser cuidadoso.
A medida que pasaban los días, dos meses volaron en un santiamén. En el salón de la casa familiar, Tonny hablaba con Clara, pues Máximo ya no les permitía salir solos.
“¿Quieres tocar el piano conmigo?», preguntó, a lo que ella accedió, le puso la mano encima y se acercó al piano. Máximo estaba a punto de levantarse, no obstante, Carolina le puso la mano en el brazo y negó con la cabeza.
En cuanto se sentaron, Tonny se volvió hacia Clara.
“¿Qué tocaremos hoy?», preguntó en tono cariñoso.
“La Sonata Claro de Luna. Me encanta”, respondió la chica en el mismo tono que él, a lo que Tonny asintió, divertido por lo fácil que era llevarse bien con la mocosa desdentada.
La música empezó a sonar. Los dedos de ambos se deslizaron sobre las teclas, al tiempo que Tonny cerraba los ojos por un momento tratando de imaginar que podía volver a ser un niño, sin todas las molestias de la mafia. Parecía que su vida la hubiera llevado otra persona.
«¿Está todo bien?», preguntó Clara, notando un cambio en el comportamiento de su compañero de música.
«Michael sospecha algo», susurró Tonny apretando los dientes, esperando que su conversación quedara ahogada por la música.
«Tu hermano es un entrometido”. Ella sonrió. «¿Y qué pasa con Bia? No responde a los mensajes ni nada”.
«Está de viaje. Papá no le dijo nada, y yo tampoco.
Dudo que Michael sea un chismoso y le cuente”, respondió Tonny.
“Está bien… ¿Cuándo empiezo como aprendiz?”
“En quince días le preguntaré a tu padre. Las clases se retoman en tres semanas, ¿No?”
«Excelente».
“Empiezo a dudar de que esto funcione, Tonny.
Papá no nos deja estar cerca el uno del otro».
«¿Qué están susurrando ustedes dos?», interrumpió Máximo, ganándose un codazo de Carolina.
«Continúen, chicos”.
«Ellos no…”
“Deja de molestar”, murmuró Carolina. «Si te portas bien, te daré un premio».
Máximo esbozó una amplia sonrisa.
“Las cosas empiezan a ponerse más interesantes…».
Tanto Clara como Tonny lo oyeron así que la chica hizo una mueca.
«Qué asco”.
“No pensarás eso dentro de unos años, prometida”, se burló él, aunque enseguida se puso serio. “Si… qué asco. Le daré una paliza a cualquier idiota que intente eso contigo”.
«¡Cállate!». Clara suspiró. “Ahora, terminemos esta canción. Quiero ir a mi habitación a ver mi serie. Ya me cansé de fingir ser la novia enamorada”.
Tonny puso los ojos en blanco.
Terminaron la canción, cerraron el piano y el chico besó la mano de Clara.
«Tengo que irme, cariño», dijo con una suave sonrisa.
«Maldita sea». Clara hizo un puchero.
¡Tonta! Tonny sonrió para sus adentros.
«Te prometo que regresaré pronto. Tengo que ir a una misión, pero en cuanto esté de vuelta, vendré enseguida. Mañana o pasado mañana”.
«Mi amor…, ten cuidado». Clara tomó la mano de Tonny, quien por un momento no percibió ninguna hipocresía. «En serio, cuídate”.
Él asintió, en seguida se despidió tanto de Máximo como de Carolina, y se marchó.
Más tarde, Tonny se había armado por completo.
«No quiero que empieces una pelea; necesito que observes y me traigas información, Tonny. Estos idiotas no están dejando ningún registro porque saben que tu tía los puede atrapar fácilmente”, habló Osvaldo con un deje de enojo.
«No te preocupes, papá. Conseguiré lo que necesitas», respondió confiado.
«Yo también quiero ir», intervino Michael, sin embargo, su padre se negó.
«Todavía no estás listo para el trabajo de campo, Michael”.
«Pero…», empezó a argumentar, pero una mirada severa de Osvaldo lo silenció.
«Tu madre me mataría si te dejo ir antes de los dieciséis años. Además, no estoy dispuesto a poner en riesgo a mis dos hijos juntos mientras que yo duermo en el sofá», afirmó con dureza.
Tonny apretó los labios y se despidió antes de salir de la casa con los demás soldados.
Dos horas más tarde, había reunido suficiente información y se disponía a marcharse cuando uno de los hombres que lo acompañaban cometió el error de estornudar.
¡Mi$rda!, maldijo para sí mismo, sabiendo que lo arruinaría todo. En efecto, los disparos comenzaron poco después.
Tras matar a algunos de los combatientes al mismo tiempo que esperaba refuerzos, Tonny Se escabulló entre los automóviles de la chatarrería y logró escapar a través de la verja. Sin embargo, una bala impactó directamente en su pierna.
«¡Maldición!», gritó, disparando en la dirección de donde creía que provino el proyectil. Un hombre que se tambaleaba se apoyó en un árbol y sonrió de forma diabólica.
No obstante, perdió el conocimiento y cayó. Tonny divisó a alguien que sostenía un trozo de madera y tenía miedo en los ojos. Un civil.
Sonó otro disparo del que Tonny consiguió esconderse, aunque el civil no tuvo tanta suerte. Le dieron en la cabeza, de modo que cayó al piso de inmediato. Tonny disparó un solo tiro hacia arriba y acertó perfectamente al tirador.
La herida de la pierna era terrible y sangraba a borbotones. Aunque intentaba mantenerse despierto, veía puntos negros delante de él.
¿Dónde mi$rda están los refuerzos?, pensó.
Una silueta blanca apareció en la esquina izquierda de su visión. Tras parpadear un par de veces, Tonny vio a la criatura más hermosa que jamás había visto. Acto seguido, todo se tornó negro.
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