Un matrimonio de conveniencia
Capítulo 156

Capítulo 156:

Jannochka y Santiago bajaron las escaleras dirigiéndose hacia el comedor, donde Stepan los estaba esperando. “Pensé que nunca saldrían de esa maldita habitación“, reclamó haciendo un chasquido con la lengua en señal de irritación. “Sabes que no me gusta comer tarde, Janna“.

¿La maldita cena es más importante que pasar tiempo con mi esposa? Este viejo del infierno es insoportable, pensó el muchacho. Tomó su lugar al lado de Jannochka pero Stepan carraspeó incómodo.

“Siéntate al lado opuesto, niño. ¿Acaso no te enseñaron buenos modales?“, dijo con un tono más grosero de lo normal, y Jannochka estaba consciente de ello, solo no debía discutir con él, al menos no por ahora.

“Qué bueno verte de nuevo, cuñado“, habló Yuri mientras le guiñó el ojo a Santiago antes de lanzar la misma mirada significativa a Jannochka.

Santiago se le acercó.

“No mires a mi mujer de esa manera. Eres su primo; vete al maldición. Ella es mía, así que respétala“.

Yuri lo miró con curiosidad y luego asintió con aprobación.

“Santiago regresará mañana por la mañana a México“, anunció Stepan justo cuando este se encontraba a punto de tomar un sorbo de su vaso.

“Mi esposa y yo regresaremos juntos“.

“No. Janna todavía tiene algunos asuntos pendientes por resolver aquí. Ella volverá a México una vez que los termine“.

“Con todo respeto, Señor Sigayev, no me iré sin mi esposa o sin una explicación aceptable“.

Stepan le dirigió una mirada hostil.

“Eres el subjefe de La Cicuta, así que tu hermano te necesita allá. Janna es mi subjefe y próxima señor; la necesito aquí“, explicó Stepan, dando un sorbo de su vaso. “Además, no deberías estar buscando un nuevo suplente para La Cicuta?“.

Santiago tragó saliva y frunció el ceño.

“¿Y por qué tendríamos que hacer eso?“.

Stepan lo miró con desprecio, como si fuera un imbécil.

“¿No crees que estarías dividido entre dos hogares? Mi hija será la jefa, por lo tanto, tú, con el rango inferior al de ella, tendrás que mudarte“.

El joven palideció al pensar en que debería abandonarlo todo. Un segundo después, recordó que su trato era por seis meses.

“Claro, hablaré con mi hermano. Me emocioné tanto con la boda que se me olvidó, Gracias por recordármelo, Señor Sigayev“.

“Por cierto“, continuó Stepan mientras Santiago se controlaba para no voltear los ojos. “Janna no es una Herrera, ella volverá a cambiar su apellido“.

“Padre…“, ella intentó intervenir; sin embargo, él no la dejó hablar.

“No. No mandarás aquí con un apellido hispano. Ni lo pienses“.

Santiago estaba a punto de refutarle, pero la chica negó con la cabeza, de modo que la cena transcurrió en total silencio.

En la habitación, Santiago intentó persuadir a Jannochka.

“Eso no está bien. ¡Eres mi esposa y deberías regresar conmigo a México!“.

“Necesito resolver algunos problemas aquí. Me quedé más de un mes afuera, Santiago. Además, no es como si me fueras a extrañar mucho“.

Él la agarró del brazo, acercándola.

“Cálmate, ¿No me vas a insultar o pegarme, cierto?“. Entonces, ella puso los ojos en blanco.

“Habla antes de que cambie de opinión“.

Él entrecerró los ojos, inspirando profundamente antes de continuar.

“Te voy a extrañar y quiero que vuelvas conmigo a México“.

Jannochka solo respiró profundo.

“¿Ella te dejó?“, preguntó. Santiago supo al instante de quién estaba hablando. “No estuve espiando, no te preocupes. No volveré a hacerlo“.

“Prefiero no hablar de ella“.

Se miraron el uno al otro por un tiempo y finalmente Jannochka asintió con la cabeza.

“De acuerdo“.

Él salió de la habitación y decidió ir a los jardines, pero como no conocía la casa, terminó chocando con algo. Se trataba de Yuri.

“¿Perdido?“, preguntó el ruso en un tono burlón, a lo que Santiago asintió con la cabeza.

“Vamos, ¿Quieres un trago?“.

Pasados unos minutos, Santiago y Yuri estaban en el área de la piscina.

“¡Maldición, esta mi$rda es fuerte!“, se quejó mirando el vaso ya vacío, que antes estaba lleno de vodka. Yuri solo se rio.

“Es demasiado bueno. Y oye, ven acá… tengo curiosidad. ¿Está pasando algo entre tú y mi prima?“.

“Nos vemos de vez en cuando. Pero no, aún no hemos tenido se%o“.

Yuri tomó otro trago.

“Janna nunca ha sido muy abierta a ese tipo de cosas. El Tío Stepan la hizo pasar por un infierno para entrenarla, haciéndola fuerte. Ella siempre se ha centrado en sobrevivir y resistir“.

“Dijiste que ella estaba metida en algunas cosas“, lo acusó Santiago, a lo que Yuri encogió los hombros.

“Ella, Fyodor y yo somos muy cercanos; hablamos de muchas cosas. Solo eso“, dijo Yuri, mirando a Santiago. “No me veas así, no tengo se%o con mi prima. Es hermosa, sexi, pero… es mi prima. Como una hermana, y no me gusta el incesto“. Santiago afirmó con la cabeza, sintiéndola un poco ligera a causa de la bebida.

“Creo que iré al dormitorio“.

“Ve, ve. Por cierto, no te preocupes mucho por lo que dice el tío. Cuando Janna sea la jefa, se divorciará de ti y no tendrás que abandonar nada. Ni La Cicuta, ni tu familia, ni tu novia“.

Santiago, quien ya estaba de pie, dejó de moverse, mirando al ruso.

“¿Qué dijiste?“.

“¿Qué parte? Dije algunas cosas“.

“¡Novia!“.

“Por amor de Dios, baja la voz. Y…“. Yuri miró alrededor. “Lo sé porque Janna me pidió un favor. Te gusta una rubia casada. Mi consejo es que la olvides, ella no está interesada en ti de esa manera. Si continúas persiguiéndola o llorando por ella, mi prima nunca se entregará a ti por completo. Y no estoy hablando de tener se%o, hablo de darte su corazón“.

Santiago tomó aire.

“¿Y quién dijo que quiero su corazón? Tu prima es simpática y todo; sin embargo, no la amo ni estoy interesado en ella de esa forma. Cuando termine el plazo, recuperaré mi vida. Si la rubia casada no me quiere, tengo muchas otras mujeres con las que divertirme en México“.

Sin embargo, él no sabía que había otra persona escuchándolo.

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