Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1686
Capítulo 1686:
“Sí, Señora Farrell. El niño será saludable. Incluso si nace un poco débil, con el sistema actual médico y la ventaja financiera de los Farrell, no será un problema criarlo. Incluso las familias comunes podrían criar a un niño así. Muchos bebés nacen a los cinco o seis meses y están en la incubadora poco tiempo; después, son tan saludables como los que nacieron en fecha”.
La consoló el médico.
Después de escucharlos, en especial al ginecólogo profesional, Amber dejo de estar tan ansiosa,
“Es genial. Qué bueno”.
Volvió tener un semblante tranquilo.
“Son excelentes noticias, Señorita Amber. ¡Simplemente fantástico!”.
María sonrió, feliz mientras le frotaba la barriga a Amber.
“Sí, no esperaba estar embarazada de gemelos”, murmuró y asintió.
“Tendré dos bebés”.
“Joven ama, primero regresemos a la habitación para informarle a la Gran Señora Farrell”.
María ayudó a Amber a levantarse.
Una vez que regresaron, María no podía esperar para llamar o video llamar a Rosa para darle las buenas noticias. Esta estaba extasiada cuando la escuchó y le tomó un tiempo dar un golpe con júbilo.
“Muy bien. Muy bien. ¡Son excelentes noticias!”.
Tenía a dos nietos en camino; no había nada más gratificante que eso. Después, le pidió a Amber si podía visitarla en el hospital. Amber y María intentaron persuadirla de no ir, pero se dieron por vencidas.
Después de todo, Rosa estaba tan feliz que no podía soportar estar lejos. Tan pronto como terminó la llamada, le pidió a su empleada que empaquetara unos presentes y se los llevara.
Rosa tomo la mano a Amber apenas la vio, mientras le preguntaba por su salud. Amber le respondió en pocas palabras. María y la empleada, Rosita, estaban en un rincón, divertidas por la interacción entre nieta política y abuela.
“Por cierto, Amb. ¿Le contaste a Jared la buena noticia?”, preguntó Rosa después de un tiempo.
María y Amber se sorprendieron cuando lo menciono.
“Lo lamento, abuela. Me olvidé”.
Amber se sonrojó mientras le temblaba la boca.
Enterró el rostro, divertida y avergonzada.
Se había olvidado por completo de contarle al padre del niño sobre la nueva noticia.
Era incómodo para María y Amber.
“Lo siento, Gran Señora Farrell, pero no lo hice. Parece que nos olvidamos ya que estábamos demasiado entusiasmadas y queríamos darle a usted las buenas noticias primero. No pensamos en el Joven Amo Jared de inmediato”, admitió María.
“Sí, abuela”.
Amber intentó tranquilizarla y sacó la lengua afuera.
“¡Muy bien!”.
Rosa no pudo contener la risa.
“Eso demuestra que me consideras más importante que a Jared”.
“¡Así es! Es mi favorita”.
Amber la abrazó y colocó la cabeza en el hombro de Rosa.
“Bueno, ahora que por fin se acordaron de él, infórmenle de inmediato. Es el padre de los niños; no debería ser el último en enterarse”, aconsejó Rosa mientras le acariciaba la espalda a Amber.
Aunque no sería el primero en enterarse de la noticia, debía; al menos, ser el segundo. Amber entendió lo que decía, así que asintió de acuerdo.
“Señorita Amber, tiene tono”.
María le entregó el teléfono.
“Gracias, Señora María”.
Amber lo tomó, sonriendo y miró la pantalla; Jared todavía no atendía la llamada.
De pronto, Amber recordó algo y dijo: “Por cierto, abuela, ¿No molestaremos a Jared a esta hora ya que en ese país es todavía de noche? ¿No debería estar durmiendo?”, preguntó, mirando a las demás.
“No queremos despertarlo, ¿No?”.
Todos se quedaron calladas después de que dijo eso; era evidente que se habían olvidado de la diferencia horaria.
“¡Está bien! ¡Es una ocasión especial! ¿Qué tiene de malo que lo despertemos un rato? Es un hombre joven, puede dormir menos”.
Rosa le restó importancia.
“Sí, Señorita Amber. Debería llamarlo; no se enojará por eso. Es su persona favorita”.
María estuvo de acuerdo con Rosa.
Amber sonrió y se colocó el teléfono en la oreja.
‘Bueno, si la abuela de Jared lo dice’.
“Hola…”, resonó la voz ronca y áspera del hombre del otro lado del teléfono.
Era evidente que se había despertado de manera abrupta al escuchar el teléfono y no había visto quien llamaba.
“¿Timoteo?”.
“Soy yo, cariño”.
Amber sonrió mientras sujetaba el teléfono con las dos manos.
Jared se sorprendió al escucharla al principio, y, después, abrió grande los ojos. Aumentando la luz de la pantalla, verificó y confirmó que era Amber. En ese momento estaba despierto. Se levantó de la cama y encendió la luz de al lado de la cama; después, se apoyó en la mesa de luz.
“¿Por qué me llamas a esta hora, cariño? ¿Sucede algo malo?”.
Sonaba preocupado.
Sabía bien que ella nunca lo llamaría durante su descanso. Había estado allí por dos días y Amber nunca lo llamaba cuando era de noche para él, así que se preocupó de que algo temible hubiera sucedido.
Amber pudo escuchar la ansiedad y preocupación en su tono del otro lado del teléfono y eso la enterneció.
Respondió, sonriendo: “No, no sucede nada malo. ¡Estoy bien! Te llame para darte buenas noticias”.
“¿Qué buenas noticias?”.
Jared suspiró aliviado al escuchar que todo estaba bien y procedió a apoyarse en la cabecera de la cama mientras sonreía y se frotaba las sienes.
Parecía entusiasmado por las maravillosas noticias que Amber tenía para darle. Debía ser algo espléndido para que lo llamara en medio de la noche.
“La buena noticia es que… ¡Serás padre!”.
Amber puso los ojos en blanco e hizo un esfuerzo para confundirlo.
Cuando las mujeres escucharon lo que dijo, todas rieron. Rosa incluso movió la cabeza con cariño.
“¡Muchacha traviesa!”.
“Oye, ¿Esa es mi abuela? Creo que la escuché”, preguntó Jared mientras arqueaba las cejas.
“Sí, es la abuela. Vino a visitarme hoy y me pidió que te llamara para contarte la buena noticia. ¿Estás feliz de ser padre, cariño?”.
Conteniendo la risa, preguntó.
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