Enamorado de mi ex esposa

Enamorado de mi ex esposa. 

En sus seis años de matrimonio, Amber había sido como una dócil criada. Pero las palabras del hombre la despertaron de repente.

«Makenna va a volver. Deberías mudarte mañana».

«Bien. Vamos a divorciarnos». Amber decidió irse.

Cuando los dos se encontraron de nuevo, ella estaba abrazada a otro hombre. Jared gruñó: «¿Cuánto tiempo ha pasado desde que nos divorciamos? No puedes esperar a encontrar un nuevo galán tan pronto».

«Ya no es asunto suyo, ¿Verdad, Señor Farrell?». Amber le mostro una preciosa sonrisa.

Nota de Tac-K: Nueva novela, la estaré traduciendo todos los días, espero les guste je

— Empezando el 08-04-2022

Enamorado de mi ex esposa – Inicio

El comienzo de diciembre en la Ciudad de Olkmore fue más frío que en años anteriores.

Amber Reed se acurrucó sin expresión en el sofá y escuchó maldecir a su suegra en el piso de abajo.

«Amber Reed, no puedes tener un bebé, ¿y ahora ni siquiera tu cerebro funciona? ¡Ya es tarde y todavía no cocinas! Quieres matarnos de hambre a Logan y a mí, ¿no?»

Durante los seis años que estuvo casada con Jared Farrell, su suegra se quejaba a sus espaldas todo el día de que no podía tener hijos.

Pero ¿Quién iba a saber que era su marido el que no la había tocado desde el principio?

«Baja y ayúdame con mi mochila. Tengo que ir al colegio». Instó la voz de una adolescente inmediatamente después.

Logan Farrell, el hermano menor de Jared, era nada menos que un imbécil y había atormentado mucho a Amber.

Por lo que a él respecta, su cuñada podía ser intimidada todo lo que quisiera.

Amber bajó las escaleras y fue a la cocina, preparó la cena y ayudó a Logan a ordenar su mochila y su fiambrera.

«¡Mamá, la cena está lista!»

Shonna Woodham se irritó ante la mirada impasible de Amber y dejó de golpe su vaso de agua sobre la mesa. «Amber, ¿Cómo te atreves? Estás gastando el dinero de mi hijo y viviendo en nuestra casa, ¿Cómo puedes tratarme con esa actitud?. Lo creas o no, ¡Llamaré a Jared ahora mismo y le diré que se divorcie de ti!».

Las manos de Amber temblaban mientras agarraba el plato de la cena. Dejó escapar una profunda respiración y forzó una sonrisa: «Mamá, no fue así».

Shonna no le creyó y le dijo con una expresión enojada: «Amber, no pienses que porque tengas a la Señorita Georgia apoyándote vas a ser siempre la mujer de Jared. No eres nada frente a Makenna».

Al mencionar el nombre de Makenna Gardner, Amber palideció.

Logan puso los ojos en blanco, evidentemente había percibido algo. Sonrió: «No lo sabías, ¿verdad? Makenna está a punto de recibir el alta del hospital. Mi hermano la va a traer a vivir con nosotros».

Las pestañas de Amber se agitaron y su mano tembló al poner el plato.

Shonna no pudo soportar ver lo agraviada que Amber fingía estar y gruñó mientras hacía un gesto de impaciencia: «¡No te quedes delante de mí! Me estás quitando el apetito. Vete de aquí».

Amber no se entretuvo. Se dio la vuelta, subió las escaleras y volvió a acurrucarse en el sofá.

Alrededor de la tarde, un Maybach se detuvo en la puerta.

Amber se levantó bruscamente del sofá y corrió hacia el balcón para mirar hacia abajo.

Un hombre alto con traje salió del coche. Era guapo y elegante, más guapo que muchos actores de la televisión.

El hombre pareció darse cuenta de que alguien le miraba y levantó la vista para encontrarse con los ojos de Amber.

Sus ojos eran fríos e impasibles.

Amber estaba acostumbrada a esa mirada y las comisuras de su boca se tensaron sin sonreír.

Después de que Jared entrara en la habitación, Amber fue al cuarto de baño a preparar el agua de la bañera para él, como de costumbre. «Cariño, hace casi un mes que la abuela fue al templo budista. Llamó por la tarde y dijo que te había conseguido un talismán…»

«Tengo algo que decirte», la interrumpió Jared.

Amber se giro.

Jared la miraba fijamente con sus profundos ojos, que eran indiferentes, desapegados, carentes de calidez.

Los finos labios de Jared se separaron y habló con voz ronca: «Makenna va a volver. Te mudarás mañana».

El corazón de Amber se enfrió, centímetro a centímetro.

Efectivamente, Logan tenía razón.

«¿Y si no lo hago?» Su voz era suave como una brumosa nube de humo.

Jared frunció el ceño. Por primera vez, la mujer que tenía delante, que siempre hacía lo que le decían, le había desobedecido.

Su voz era fría: «¡No olvides que te casaste conmigo hace seis años!».

¿Cómo podría olvidarlo Amber?

Cuando Makenna tuvo un accidente de coche, ella fue la que llamó al 911 y le hizo la transfusión de sangre a Makenna. Jared le dio las gracias y le concedió una petición.

Lo único que Amber dijo que quería era casarse con él.

Era un pensamiento que había estado arraigado en su corazón desde la primera vez que conoció a Jared en la universidad.

– Continua en Enamorado de mi ex-esposa capítulo 2 –