Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1684
Capítulo 1684:
“¿Piensas que te creeré? Viniste aquí a espiarnos y dices que te perdiste. Debes tener una segunda intención, así que no podré dejarte ir así”.
Por seguridad y para ayudar a su hija a vengarse, Julia no podía dejar que la mujer se fuera. Cuando Tania vio que había decidido llamar a la policía, empujó con enojo a Julia y salió de allí.
‘¡No puedo ser arrestada! ¡No antes de vengarme!’.
Salió con rapidez de la habitación y entró al ascensor. En cuanto a Julia, estaba sentada en el piso, adolorida, mientras sudaba y se quejaba. Tadeo se apresuró a bajarse de la cama y se acercó a ella, temblando.
“¿Qué sucedió?”.
“Creo que me lastimé la cintura”.
Julia tenía una expresión adolorida y las gotas de sudor se expandían por su frente.
¿Cómo no iba a estar preocupado y ansioso Tadeo al verla en semejante estado?
Pero, debido a su mala salud, no tenía mucha fuerza; así que no podía ayudar a Julia a ponerse de pie. Incluso si pudiera, no se atrevía a hacerlo. No sabía si Julia estaba quebrada por la caída, ¿Qué si empeoraba la situación después de tocarla?
“Cariño, aguanta. Llamaré al médico”.
Después de decir eso, se apresuró a moverse a la cabecera de la cama mientras se apoyaba para presionar el botón de emergencia.
Pronto, llegó el médico y enfermeras y revisaron con rapidez a Julia; después, la ayudaron a subirse a una camilla. Aunque Tadeo quería ir con ella, no podía salir de la habitación por su condición, así que solo pudo ver como se llevaban a su esposa.
Se sintió más tranquilo después de enviar a la cuidadora con ellos. No importaba qué sucediera, se sentía más seguro si acompañaba a Julia.
Aunque había aprendido a ser más amable debido al asunto de Amber, no olvidó que su verdadera naturaleza era ser despiadado.
‘Esa mujer Ana no solo se atrevió a espiarnos, sino que también lastimó a mi hija y empujó a Julia. Será mejor que se esconda bien’.
Mientras pensaba en eso, tomo su teléfono y llamó a alguien para que la buscara. No se llamaría Tadeo García si permitía que esa mujer escapara sin pagar por lo que hizo.
Desafortunadamente, la policía lo llamó de inmediato después de hacer esa llamada.
Después de que se entregó, hizo un trato con la policía. En intercambio por no ir a prisión de inmediato y no cooperar con la investigación, la policía lo mantendría vigilado. Por ende, cuando se enteraron de que planeaba buscar a la mujer a pesar de estar vigilado, debían interrogarlo.
“Presidente García, sabe cuál es su situación y aun así, romperá la ley. ¿No teme que cancelemos el trato y lo traigamos al precinto de inmediato?”.
La voz severa del oficial resonó del otro lado.
Mientras tanto, Tadeo sabía que su comportamiento había enfadado a la policía, pero no se arrepentía de su decisión.
“Sé que estuvo mal, pero esa mujer lastimó a mi hija y acaba de empujar a mi esposa. Ni siquiera sé cómo está mi esposa en este momento, así que ¿Cómo esperaba que la dejara escapar?”.
“Aun así, no puede utilizar sus propios medios para lidiar con ella; debería habernos dicho a nosotros”.
Le advirtió el oficial, frunciendo el ceño.
Tadeo resopló.
“Si dejo que ustedes se encarguen del asunto, tendrá un castigo leve. Eso no es lo que quiero, así que por supuesto que no los buscaría”.
“Usted…”.
El oficial estaba enojado.
“Bien. No hay necesidad de continuar con esto. No haga nada irracional. Esa mujer no es tan simple como parece. El Presidente Farrell y la policía la han estado vigilando, así que no puede hacerle nada en este momento”.
“¿Qué significa eso?”.
Tadeo frunció el ceño.
“¿No es una huérfana? ¿Por qué la están vigilando? ¿Es una fugitiva o algo así?”.
“De cualquier forma, no se meta en este asunto”.
El oficial respondió con severidad.
“Su identidad no es lo que parece y está involucrada en muchos crímenes”.
De hecho, Jared le había entregado a la policía evidencia que probaba que Tania había fingido su muerte y se había convertido en Ana.
Por ende, la estaban vigilando a ella y Connor. Una vez que encontraran pruebas de que Connor había asesinado a Homero, los arrestarían de inmediato.
Una vez que arrestaran a Tania, Connor intentaría escapar y, si no lo lograba, quizá recurriría a medidas extremas. Esa era la razón por la que la policía no había hecho nada además de mantenerlos vigilados.
Estaban cerca de arrestarlos ya que parecía que habían encontrado pistas, pero no tenían evidencia contundente.
La policía había llevado a cabo una reunión especial para asegurarse de que no quedaran cabos sueltos. Además, Tania era la hija adoptiva de Tadeo, así que no podían dejar que lidiara con ella de manera directa.
¿Qué si se daba cuenta de que Ana era Tania? ¿Sentiría amor paternal por ella y la ayudaría? Mientras, Tadeo desconocía las preocupaciones de la policía. Tenía un presentimiento de que había algo extraño, así que preguntó:
“¿Qué hizo Ana para alertar a Jared?”.
Estaba seguro de que no se debía a lo que Ana le había hecho a Amber ya que había pagado por eso, así que Jared no tenía razón de tratar con la mujer que ya había sido castigada. Por ende; debía haber otra razón, aunque Tadeo no estaba seguro si tenía relación con Jared o Amber.
Si estaba relacionado con ella, él daría su vida para terminar con la mujer, pero, si tenían que ver con Jared, no se molestaría en hacer nada.
‘No, él esta con mi hija; no me inmiscuiré’.
“Presidente García, no debería preguntar eso debido a las normas de seguridad. De todas formas, escuche, no haga nada insensato o tendremos que cancelar el acuerdo”.
Después de dejarle eso en claro, el oficial cortó el teléfono. Tadeo frunció el ceño, pero no pudo hacer más, aunque estaba molesto.
‘Olvídalo. Dejaré esto pasar para saber qué está haciendo la policía. Si no pueden arrestar a la mujer, sobornaré a alguien para que me ayude a darle un mensaje a esa muchacha. Si la policía no le da un trato especial, yo lidiaré con ella a mi manera’.
Mientras pensaba en eso, apoyó el teléfono en la mesa.
María llevaba a Amber mientras entraban al área de ginecología.
“Señorita Amber, ¿Qué sucede? Esta de mal humor desde que despertó. Se ve deprimida, como si pensara en algo”.
Mientras caminaban, María notó que estaba pálida y se preocupó.
“No lo sé”.
Movió la cabeza.
“Desde que desperté, me he estado sintiendo sofocada. Es difícil de describir”.
“Mmm… ¿Qué podrá ser?”.
“No estoy segura”.
Amber se masajeó el entrecejo.
“Solo siento que algo malo sucedió. Quizá estoy pensando demasiado”.
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