Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1677

Capítulo 1677:

Sergio, que estaba escuchando, levantó las cejas.

‘¿El bebé? Es mucha información’.

Cole miró a Amber y bajó la mirada, ocultando lo que sentía. No le respondió, pero su silencio fue un mensaje. Amber se preocupó un poco.

“Entiendo, Cole. Deberías volver ahora. Daniela y el bebé son importantes. Llámame más tarde para saber lo que sucedió. Sé que no quieres contarme, pero no te olvides que Daniela es también mi amiga. Si no sé sobre la situación y el bebé, me preocuparé. Espero que puedas pensar en eso”.

“Muy bien”, respondió Cole antes de girarse e irse.

Después de que se fue, Sergio se apresuró a lanzar el corazón de una manzana en su mano y le preguntó a Amber, emocionado.

“Amber, ¿Qué sucede? Escuché que hablabas de Daniela y un bebé. Si recuerdo bien, Daniela es tu secretaria principal, ¿No? ¿Qué sucedió entre ella y Cole?”.

Al ver que tenía curiosidad, Amber no le ocultó nada; después de todo, ese asunto ya no era un secreto.

“Daniela era mi secretaria principal, pero eso era antes; renunció. En cuanto a ella Cole, eran compañeros en la universidad y ella solía ser la secretaria principal de Cole también. Debido a que necesitaba ayuda en Paradigma, Cole me dejó llevarla allá; sin embargo, a ella siempre le gustó él, así que, de manera inesperada, estuvieron juntos y ella quedó embarazada”.

“Guau”.

Sergio respiró una bocanada de aire.

“No pensé que Cole fuera tan capaz. En silencio tuvo un hijo y lo ocultó tan bien que nadie se enteró”.

Amber asintió.

“A Cole no le gustaba Daniela antes y tuvieron relaciones de manera inesperada. La aparición de un bebé también fue algo que no esperaban. Daniela quería abortarlo y pretender que no había sucedido nada, pero Cole se enteró y la detuvo. Entonces, llevó a Daniela a una de sus residencias y le dijo que descansara allí hasta que diera a luz”.

“¿Eso es algo bueno?”.

Sergio seguía sin entender.

“Es algo bueno, pero malo también”.

Amber suspiró.

“Dije que a Cole no le gustaba Daniela de esa forma, así que es incomprensible que quisiera que diera a luz al bebé. Quizá a Cole le gusta ahora, pero parece incapaz de aceptarlo. Así que, todavía no muestra intenciones de querer casarse con ella y sigue teniendo al asunto en secreto. Si no hubiera descubierto de manera accidental el paradero de Daniela, no sabría que la tenía encerrada allí”.

“Entonces, Cole no planea casarse con tu secretaria ni otorgarle al bebé una identidad legitima, ¿No?”.

Sergio se frotó la barbilla.

“Eso es lo que parece por ahora”.

Amber asintió.

“Esa es la razón por la que no sé si contarle a su madre. Cole se comporta de forma tan egoísta”.

“Así es”.

Sergio asintió.

¿Acaso no se estaba comportando como un imbécil? Aunque era un embarazo inesperado, la mujer había dicho que planeaba ab%rtar y pretender que nada había sucedido. Por lógica, ¿No era la mejor resolución para Cole?

Sin embargo, no solo evitó que lo hiciera, sino que la hizo llevar al niño a término, y, para empeorar la situación, no quiso otorgar a madre ni su hijo una identidad apropiada.

¿No se daba cuenta de lo dañino que sería para el bebé? Las personas lo ridiculizarían; eso era comportarse como un patán.

“¿Intentaste hablar con Cole sobre eso?”, le preguntó Sergio a Amber.

Amber bebió agua y respondió: “Por supuesto que lo hice. Daniela es mi amiga y no podía quedarme de brazos cruzados mientras Cole se comportaba de esa forma. Entonces, en Año Nuevo, tuve una conversación sincera con él, esperando que entendiera lo que estaba haciendo mal, pero Cole…”.

“No estuvo de acuerdo, ¿No?”.

“No, no lo hizo”.

Amber asintió.

“Tampoco puedo presionarlo tanto o Daniela saldrá perjudicada. Esperaba que pensara en ello; pero ahora pasó tanto tiempo y no se da cuenta. Daniela tiene más de cinco meses de embarazo y pronto nacerá el bebé”.

“Entonces, ¿Qué vas a hacer?”, preguntó Sergio.

“Con tu carácter, no te sentarás a esperar, ¿No?”.

Amber apoyó el vaso y sonrió.

“Me conoces bien. Tienes razón; planeo hacer algo, pero, antes de eso, debo esperar un poco más. Le daré a Cole otros dos o tres meses; espero que entre en razón. Si no lo hace, le diré a su madre; con su ayuda, todo estará bien”.

Aunque no quería molestar a la anciana, era necesario involucrarlos a veces. Sergio no pensó que el plan de Amber estuviera mal ya que se trataba de algo serio.

“Haz lo que consideres mejor”.

La apoyó.

“Pero nunca esperé que Cole fuera esa clase de persona”.

“Cole no es mala persona; solo está manejando la situación mal”, respondió Amber.

“Manejarla mal es un problema de por sí. Después de todo, está lastimando a un bebé inocente y su madre”.

Aunque solía ser un mujeriego, nunca hizo nada para lastimar a una mujer. Antes de entrar en una relación, dejaba en claro que no desarrollaría sentimientos y que esperaba que la otra persona tampoco lo hiciera. Solo pasarían el tiempo y, después de tres meses, terminarían la relación.

Después de eso, compensaba a la mujer de alguna forma. Cuando estaba en una relación, no engañaría a su pareja ni concebiría a un niño por accidente.

Si lo hacía, diría que no lo quería o permitiría que la mujer ab%rtara; sino le daría una identidad al niño y se divorciaría de la mujer después. De cualquier forma, nunca haría lo mismo que Cole; por ende, lo despreció por eso.

Amber permaneció en silencio; sabía que Sergio tenía razón. Al final, suspiró y esperó que Cole entrara en razón.

Después, Sergio tuvo que irse porque tenía asuntos que tratar. La habitación de hospital de pronto se volvió silenciosa debido a la ausencia de los dos hombres charlatanes.

Cuando María llevó la sopa de pollo, comentó a modo de broma: “Ahora que el Señor Lara y Collado se fueron, la habitación se siente vacía”.

Amber rio sin levantar la cabeza del libro que leía.

“Está bien. Tomás vendrá en la tarde y hablará por ellos dos”.

Después de escuchar eso, María comenzó a reír.

“Tiene razón, el Joven Amo Tomás es alegre y muy charlatán. Con él aquí, no debemos preocuparnos de aburrirnos”.

Como si fuera una señal, escucharon un golpe en la puerta. María se acercó y vio a un guardaespaldas afuera.

“María, Julia está aquí de nuevo”, le informó, María de inmediato se giró hacia Amber; sabía que había escuchado, pero esta no levantó la vista ni se movió indicando que respondería.

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