Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1659
Capítulo 1659:
Sin embargo, Tania no mentía. Dijo que lo conoció de casualidad ya que era el amigo por correspondencia de Amber. Ya que había una gran probabilidad de que se enamorara de Amber, pretendió ser ella para conocerlo.
Pensó que Jared sería tan tonto de creer en su actuación, pero él supo al instante que ella no era Mara. Por ende, ella tuvo que contratar un maestro en hipnosis para hacer que Jared creyera que era ella; así fue como comenzó a salir con él.
Al principio, Tadeo no estuvo de acuerdo con lo que hizo; era demasiado arriesgado.
Tarde o temprano, sus mentiras saldrían a la luz y los Farrell les devolverían el golpe por eso. Sin embargo, cuando se enteró de que Tania estaba detrás del hombre de Amber, accedió al plan. Odiaba a los Reyes en ese entonces.
El hecho de que Tania le robara el hombre a Amber se sentía como si él le ganara a los Reyes otra vez; por eso, la ayudó a llevar a cabo la actuación de Mara.
Pensó que seguirían juntos y que Jared se convertiría en su hijo político. Los García no debían preocuparse por su futuro y quizá crecerían para ser más poderosos que nunca.
¿Quién hubiera sabido que Jared terminaría librándose de la hipnosis y encontrando a la verdadera Mara antes de convertirse en el nuero de Tadeo? Sin embargo, después de todo lo que había sucedido, Jared terminó siendo su hijo político.
Esa vez, no era el esposo de su hija adoptiva, sino de su hija verdadera.
Jared no sabía lo que Tadeo estaba pensando y estaba enfocado en mirar las fotos del teléfono para encontrar las de un bebé. En la foto, la bebé era rosada y estaba acurrucada en una manta blanca mientras la sujetaba con cuidado un hombre en uniforme militar.
Ese era, sin duda, Tadeo y se veía muy joven. Su postura era un poco extraña, pero sujetaba la cabeza y el cuello de la bebé con cuidado. Era evidente que estaba atento a su bebé. Tenía una sonrisa brillante, aunque disimulada y era seguro que estaba feliz por el nacimiento.
Esa debía ser la foto del día en que Amber había nacido. Por la forma en la que vestía Tadeo, un atuendo de hospital, la bebé debía haber nacido ese día. Había una estampilla en la esquina derecha. Jared levantó una ceja mientras le entregaba el teléfono a Amber.
“¿Ves esto? Mira lo pequeña que eras”.
En la foto, la bebé se veía tan rosada y suave. Era muy hermosa. Amber se giró para mirarla y de inmediato su expresión cambió.
“Que fea”.
A sus ojos, se veía fea y su piel era roja y arrugada, como un mono. Tadeo se rio.
“Acababas de nacer. Te veías más linda después. Hay otra foto de cuando tenías un mes”.
También era la única foto que tenía de ella ya que Enrique Reyes la robó poco después, por lo que no tuvo más oportunidad de tomarle fotos a Amber. Al escuchar que había otra foto, Jared se apresuró a buscar en el teléfono.
La mayoría de las fotos eran similares a la que habían visto de Amber bebé; sin embargo, siguió deslizando el dedo y comenzó a notar que la bebé de la foto iba cambiando.
La niña en las fotografías crecía lentamente. La piel roja se volvió blanca y suave. El rostro aplastado y arrugado comenzó a verse regordete y hermoso.
Eso significaba que las fotos formaban parte de una serie que documentaba el crecimiento de Amber desde su nacimiento hasta que cumplió un mes. Debía haber treinta fotos, lo que significaba que le tomaron una cada día.
Como era de esperarse, no había más fotos después de la número treinta.
Eso significaba que Tadeo había documentado el crecimiento de Amber.
Aunque ella sentía repulsión por ellas, observaba las fotos mientras Jared las deslizaba. Cuando llegaron al final, entendió que habían registrado sus primeros treinta días de vida.
Miró a Tadeo. La estaba observando y sus ojos brillaban con ternura evidente. Se apresuró a desviar la mirada, como si sus ojos la quemaran. Tadeo suspiró, decepcionado.
“¿Puedo tener una copia de estas fotos?”, preguntó Jared.
Tadeo dejó de lado su mal humor y le respondió con rapidez: “Por supuesto”.
“Gracias”, dijo Jared antes de sacar su teléfono.
Amber le sujetó el brazo.
“¿Qué estás haciendo? ¿Por qué quieres una copia de estas fotos?”.
“¡Eras muy linda de bebé!”. Jared rio.
“Las fotos de bebé son un gran recuerdo, así que, por supuesto que quiero una copia. Quiero poder verlas”.
Después, comenzó a enviarse las fotos así mismo. Al ver que no podría detenerlo, Amber lo dejó hacerlo. Pronto, Jared terminó con las fotos del celular de Tadeo.
En ese momento, Julia terminó de cocinar y desplegó el festín en la mesa. Después de servir la comida, limpió sus manos y se giró hacia Amber.
“Comamos, Amb”.
Amber se quedó de pie allí, sin moverse, por lo que Jared le tomó la mano.
“Todo estará bien. Vamos”.
Después, la llevó a la mesa.
La ansiedad de Julia desapareció cuando los vio a los dos caminando hacia la mesa, por lo que sonrió.
“Amb, Jared, siéntense primero. Iré a ayudar a tu padre”.
Después se acercó a Tadeo, que no tardó en llegar a la mesa con su ayuda. Después de que los dos se sentaron, Julia miró a Tadeo y a Jared. No pudo resistir y lloró.
“Estoy tan feliz. Mi sueño al fin se hizo realidad”.
A Amber le brillaron los ojos ya que podía adivinar cual era el sueño de Julia: una reunión familiar, Como era de esperarse, Julia aceptó un pañuelo desechable que le dio Tadeo y habló con dificultad:
“Amb, después de que naciste tu padre y yo fantaseábamos con la vida que tendrías cuando fueras mayor. Decíamos que te casarías con el mejor hombre en el mundo porque era lo que te merecías”.
Jared no pudo resistirse a hinchar el pecho cuando escuchó las palabras: “el mejor hombre en el mundo”. No había duda de que él era ese hombre. Su reacción quizá no fue evidente, pero Amber lo vio, por lo que no sabía si reír o llorar.
‘En verdad se tiene confianza’.
Julia y Tadeo no notaron la reacción de Jared; todo lo que vieron fue a Amber riendo.
Aunque no sabían por qué había tenido esa reacción, se sintieron felices de que se riera.
Después, Julia continuó: “Tu padre y yo también pensamos que no nos gustaría estar tan lejos de ti después de que te casaras. Íbamos a comprar dos casas en la misma área para que pudiéramos vernos seguido. Eso también nos permitiría ayudarlos a cuidar de sus hijos; al final, ese deseo se está cumpliendo”.
El nieto de Julia y Tadeo quizá no había nacido todavía, pero estaba en camino. Sin embargo, Tadeo no pudo ocultar la decepción en su mirada; estaba destinado a no conocer a su nieto. No importaba de todas formas, ya que, al menos, sabía que tendría un nieto antes de morir”.
“Muy bien, comamos. Deben tener hambre”, dijo Tadeo, indicándole a Julia.
Ella se percató de lo que intentaba decir y asintió.
“Si. Vamos a comer todos”.
Entonces, tomó comida y la coloco en el plato de Amber.
“Estos son los mejores platos de mamá, Amb. Ella los aprendió solo para ti; sin embargo, está un poco oxidada después de veinte años de no practicar. La comida quizá no sea buena, pero prueba un poco”.
Amber se quedó con la boca abierta mientras miraba la montaña de comida en su plato. Estaba a punto de decir algo, pero se calló cuando vio la mirada amigable de Julia.
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