Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1655

Capítulo 1655:

De pronto, Amber recordó algo y preguntó.

“Bien, ¿Qué hay de Gerónimo?”.

“Sigue en el centro de detención y pasará un tiempo hasta que comiencen a investigar su caso”, respondió Teo.

“Entonces, ¿Sabe lo de Lidia?”.

“No lo sabe. El Presidente Farrell le instruyó a la policía que no le informara”, respondió mientras movía la cabeza.

“Ya no es un hombre joven. Si le decimos ahora, quizá muera de la sorpresa. Entonces, la policía no podrá comenzar la investigación. Esa sería una salida fácil para él”, explicó Jared.

Amber pensó que tenía sentido, así que no hizo más preguntas. En cualquier caso, la ruina de la Familia Lombardo había comenzado y, ambos, Lidia y Gerónimo, serian condenados esa vez. En cuanto a Germán y Amelia, dependía del coraje que tuvieran para seguir viviendo.

Sin embargo, no contaban con la pena de nadie, Incluso si su familia parecía desdichada, ¿No se lo habían buscado? Si hubieran sido más amables, no habrían tenido ese final.

En cualquier caso, podían olvidarse de la Familia Lombardo en ese momento; su blanco estaba puesto en Tania y Connor.

Solo después de lidiar con ellos, ella y Jared podrían vivir al fin una vida tranquila.

‘En cuanto a Tadeo…’.

Amber cerró los ojos; se veía conflictuada.

El tiempo pasó rápido y Jared la despertó la próxima mañana. La miró y le preguntó si recordaba lo que debía hacer ese día.

Aunque no le respondió, era imposible que no supiera lo que sucedería. Había accedido a reunirse con Tadeo y Julia y había tenido insomnio la noche anterior debido a eso.

Después de que Jared se durmió, permaneció despierta y miro el techo oscuro por un largo tiempo hasta que se quedó dormida; sin embargo, incluso después de dormirse, tuvo toda clase de pesadillas.

Era una lástima que Amber no pudiera recordar sus sueños después de despertar; solo sabía que había soñado con Tadeo y Julia y que era muy triste. Cuando despertó, tenía los ojos húmedos por las lágrimas.

Como era de esperarse, Jared la vio, pero no le hizo ninguna pregunta y solo le dio una toalla con hielo para los ojos en silencio. Eso la enterneció y aceptó la toalla antes de colocarla en su rostro.

Después de sujetarla contra sus ojos por un tiempo, se deshinchó y Jared la llevó a desayunar algo que María había preparado. Mientras comían él la observo, intentando estimar su estado de ánimo.

Al ver que estaba distraída después de comer un par de bocados, no pudo evitar suspirar.

“No te preocupes, solo vamos a visitarlos y no haremos nada más. Si no quieres verlos, les diré que no iremos”.

“No, quiero ir”.

Amber sacudió la cabeza y dijo: “Tienes razón; no importa lo demás, son mis padres biológicos. Incluso si me siento confundida, quiero verlos. Quizá sea mi última oportunidad”.

Jared apretó su suave mano y le aseguró: “No te preocupes, estaré a tu lado”.

“Muy bien”.

Amber apretó los labios, forzándose a sonreírle.

Después de desayunar, se dirigieron a Hospital Trinidad, en donde los esperaban con ansias. Una hora después, Julia finalmente escuchó un ruido detrás de la puerta y se acercó rápidamente a abrirla con entusiasmo.

“Amb…”.

Estaba a punto de llamar a Amber, pero se encontró con Jared solo; ella no estaba en ningún lugar, entonces, su expresión de dicha se esfumó.

Le preguntó con decepción: “¿Por qué estás aquí? ¿Dónde está Amb? ¿N-no vino?”.

Jared no respondió, pero se hizo a un lado, mostrando a la mujer que había estado protegiendo detrás suyo. Cuando Julia vio a Amber, su mirada se iluminó e hizo una mueca mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.

“Amb…”.

‘¡Es mi hija! ¡Mi hija está aquí!’.

Julia estaba abrumada de la emoción y la alegría, y comenzó a llorar. Al ver como se comportaba, Amber abrió la boca mientras sentía un dolor en el pecho.

Jared ya le había contado que Tadeo y Julia la aceptaron con rapidez como su hija biológica y estaban felices por eso; aunque ella sabía que no le mentiría ni bromearía con eso, solo después de ver como Julia reaccionaba se dio cuenta de que Jared había minimizado la situación.

De hecho, Julia estaba incluso más feliz de como él la describió y eso la hizo sentir aún más incómoda.

“Amb”.

Después de contener su entusiasmo por un momento, Julia de pronto estiró los brazos, intentando abrazar a Amber.

Esa era su hija, la muchacha que había deseado abrazar por dos décadas. Después de que nació, Julia no tuvo la oportunidad de tenerla en sus brazos por mucho tiempo antes de que se la llevaran.

En ese momento, solo quería abrazarla y no dejarla ir. Incluso quería decirle cuanto la había extrañado todos esos años.

Sin embargo, al ver a Julia estirando los brazos, Amber abrió grande los ojos como si estuviera asustada y se movió detrás de Jared para esconderse. Jared la protegió, como era de esperarse.

Julia se detuvo y miró a Jared, después a Amber, que había rechazado su abrazo y la miraba detrás de él y empalideció de repente.

“Amb…”.

La llamó con voz temblorosa mientras sentía desesperación.

Su hija había rechazado su abrazo; su hija no la aceptaba como madre todavía.

Amber se sintió aún peor después de ver la reacción de Julia; sin embargo, no había olvidado que seguía formando parte de la Familia Reyes y llevaba sus resentimientos consigo. Además, todavía recordaba como Tadeo y Julia la lastimaron en el pasado.

Todas esas cosas hicieron que fuera incapaz de aceptarlos y olvidar su historia.

Esa fue la razón por la que huyó; incluso si quisiera abrazar a su madre en ese momento, su razonamiento no se lo permitía y la hacía evitar a Julia. No obstante, se sintió culpable al ver la reacción de su madre.

“Lo lamento… Y-yo no estoy acostumbrada a que me toquen”, dijo en voz baja, mordiéndose el labio.

Julia se percató de la culpa en su tono y su humor mejoró en ese instante. Se apresuró a limpiarse las lágrimas y sacudió la cabeza mientras sonreía.

“Está bien, Amb. Mamá…. No, yo no sabía que no te sentías cómoda. Yo debería ser quien se disculpe”.

Si su hija no la había aceptado como madre, no podía referirse a ella misma así.

Además, el hecho de que Amber parecía extremadamente apenada por haberse rehusado a abrazarla demostraba que no estaba en contra de ella. En cualquier caso, saber eso la hizo muy feliz. Julia respiro profundo para calmarse y le sonrió a Jared y Amber.

“Amb, Jared, entren. Tu padre… No, Tadeo te está esperando”.

Después, se hizo a un lado para que pasaran. Jared tomó la mano de Amber y le asintió.

“Discúlpenos”.

Al decir eso, entró con Amber. Después de cerrar la puerta, Julia los siguió. Cuando entraron a la habitación, Tadeo se giró de inmediato hacia ellos. Para ser más preciso, solo miró a Amber.

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