Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1656
Capítulo 1656:
En el momento en que la vio, sus ojos se pusieron rojos y sintió como si todo lo que quería decirle lo sobrepasaba en su interior. Sin embargo, no fue capaz de hablar al final y solo pudo decir con incomodidad:
“Están aquí”.
“Sí, traje a mi esposa para que los viera”.
Jared asintió. Mientras hablaba, le acarició con suavidad la mano a Amber para animarla.
“No te preocupes, no debes sentirse nerviosa ni tener miedo. Levanta la cabeza y míralos si quieres”.
Desde que había salido del auto, se había cerrado en sí misma y estaba callada. Por supuesto que él sabía la razón. Después de todo, no era extraño que se comportara de esa manera al conocer a los padres biológicos con los que tenía una relación compleja.
Sus palabras animaron a Amber y, con lentitud, levantó la cabeza para observar el rostro demacrado de Tadeo y sus ojos brillantes que le devolvieron la mirada con un entusiasmo secreto. Al verlo, se sintió más triste.
“Usted…”.
Abrió la boca, queriendo decir algo.
En el próximo segundo, sin embargo, resonó la voz de Tadeo.
“¿Por qué perdiste tanto peso? Todavía tenías mejillas la última vez que te vi. ¿Por qué estás tan delgada?”.
Aunque su tono era tranquilo, no ocultó la preocupación en su voz; después de todo, era su padre. Sus palabras resonaron tan fuerte en Amber que derrumbó sus barreras internas y fue incapaz de contener las lágrimas en sus ojos.
“¿No está igual que yo? ¿Qué derecho tiene de regañarme?”.
Tadeo se sorprendió al principio, pero después, estrechó las manos con fuerza y sonrió.
“¿Cómo que estoy igual? Estoy enfermo”.
Julia, preocupada, se unió a la conversación.
“Así es, tu padre… solo está así porque está enfermo, pero tú eres joven, así que no deberías estar tan delgada”.
No se corrigió a sí misma para ver la reacción de Amber mientras hablaba.
Por supuesto, fue imposible para Amber no reaccionar ante sus palabras y pensó de inmediato en decirle que Tadeo no era su padre; sin embargo, cuando quiso hablar, recordó la preocupación que el hombre había demostrado antes, por lo que no pudo responder.
Tadeo y Julia lloraron de alegría cuando vieron que Amber no se oponía a que se refirieran a Tadeo como su padre.
‘¿Podría significar que nuestra hija no es tan hostil hacia nosotros?’.
“Amb, ¿Cómo te sientes hoy?”, preguntó Julia, preocupada mientras se acercaba a Amber.
“¿Te duele algo? Si no te sientes bien, debes decirlo. Los embarazos son traumáticos en primer lugar y eres joven, por lo que todavía no experimentaste algo así. ¿Hay algo que no entiendas? Dilo así podemos ayudarte, ¿Entiendes?”.
“Tu madre tiene razón, Amb…”, dijo Tadeo.
Antes de que pudiera terminar de hablar, sin embargo, Amber lo interrumpió en seco.
“Sé todo eso, así que no deben recordármelo. Tengo a muchas personas a mi alrededor que se preocupan por mí”.
La expresión de Julia y Tadeo era de decepción. Julia asintió, avergonzada.
“Tienes razón, Amb. Es solo que estamos preocupados por ti, así que, por favor, no nos hagas a un lado”.
Amber presionó sus pálidos labios sin decir palabra. Jared le acaricio la cabeza y tampoco habló. La habitación se quedó en silencio; el ambiente se había tornado incómodo. Sin embargo, después de un momento, Julia suspiró y sonrió.
“Bueno, ¿Han desayunado? Vinieron tan temprano y yo preparé un gran desayuno, así que comamos juntos, ¿Les parece?”, dijo y estaba a punto de ir a la cocina a buscarlo.
Tadeo asintió.
“Tu madre se enteró ayer de que vendrías, así que fue a comprar muchos ingredientes para cocinarles una comida a los dos. Deberían probarlo”.
“No es necesario”.
Amber se rehusó mientras se mordía el labio.
“Ya desayunamos, así que no debería molestarse en hacer esto”.
Al escuchar que ya habían desayunado, Julia se detuvo por un momento.
En el próximo instante, dijo, sin embargo: “No importa si ya han desayunado. Les tomó mucho tiempo venir aquí, así que deben tener hambre. Amb, solo come un poco, ¿Está bien?”
La miró con entusiasmo. Tenía una mirada de súplica, ya que solo quería que Amber probara lo que había cocinado.
Al verla, Tadeo suspiró para sus adentros antes de decir: “Sí, tu madre no cocina hace veinte años. No es que no supiera, pero no estaba dispuesta a hacerlo. No sabía cómo cocinar antes de quedarse embarazada de ti, pero, después de que naciste, comenzó a aprender ya que decía que quería cocinarle a su hija por el resto de su vida. Después de que fuiste secuestrada, perdió el ánimo. Tiene muchas habilidades que aprendió para ti en especial, pero nunca las pudo utilizar desde ese entonces”.
A Amber le brillaron los ojos al escucharlo y se giró hacia Julia. Ella también la miraba con los ojos rojos.
“Amb…”.
“¿Qué hay sobre Tania entonces?”.
La voz de Amber resonó ahogada.
“¿No le cocinaron nunca?”.
Julia se apresuró a sacudir la cabeza.
“No, nunca lo hicimos Amb, nunca le cociné a Tania, ni la peiné porque sabía que no eras tu. Podía separarlas muy bien. Incluso si su presencia me impedía tener un colapso nervioso, sabía que no era mi hija, sin importar que tan buena fuera. Aprendí esas habilidades solo para mi propia hija, así que sería injusto que las utilizara con Tania. Es por eso que nunca hice nada por ella; incluso era extraño que la abrazara cuando era pequeña. Te digo la verdad, Amb”.
“Lo que tu madre dice es verdad”, agregó Tadeo.
“No solo ella, yo tampoco la abrazaba. Es verdad que la consentía, pero sabía que no eras tú. No tenía sentimientos paternales por ella y la mimaba como si fuera una herramienta. Quizá la gente dirá que soy malo por haber hecho eso, pero ¿A quién le importa? Nunca fue mi hija verdadera de todos modos. Tu siempre fuiste la niña a quien amamos más”.
Julia asintió y, con la voz quebrada, dijo: “Amb, mantuvimos una habitación para ti en casa durante los pasados veinte años. Tu padre y yo colocamos regalos por cada cumpleaños que pasaba e incluso estuvimos comprando ropa para ti cada año sin cesar desde el día que naciste hasta ahora. Hay una habitación en casa en donde guardamos todo lo que te compramos. Ni siquiera Tamara la ha tocado; aunque realmente pensamos que eras tú, nunca le entregamos la ropa ni los regalos de cumpleaños porque tenía una voz en mi interior que me lo impedía; me decía que me arrepentiría de por vida si lo hacía”.
Con el tiempo, los hechos le dieron la razón para confiar en su voz interior o su deuda con su verdadera hija habría sido mayor hasta ese día.
Amber estaba pasmada; podía darse cuenta de que Tadeo y Julia no mentían y de que todo lo que habían dicho era verdad. Habían hecho tanto por la hija que quizá había fallecido hacia veinte años.
Jared estaba sorprendido también.
Ahora entendía por qué siempre le prohibieron a Tania ir al cuarto piso cuando la visitaba en la Residencia García mientras estaba hipnotizado.
Sentía curiosidad por eso en esa época y le había preguntado a Tania la razón, pero ni siquiera ella sabía qué había en el cuarto piso y por qué sus padres no la dejaban ir allí.
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