Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1654
Capítulo 1654:
Después de enterarse, se sorprendió un poco, pero parecía que lo esperaba también. Tadeo si amaba a Amber, lo suficiente para elegirla antes que a su propia vida. Por eso, no era sorprendente que hubiera condesado todos los crímenes que cometió.
“Son buenas noticias”, murmuró mientras bajaba la cabeza.
Al menos, eso demostraba que la conciencia de Tadeo había desperado en sus momentos finales y eso era suficiente para que Enrique descansara en paz.
Mientras comía un plato de frutas, Amber escuchó que Jared murmuraba en un rincón y no pudo evitar preguntar, curiosa:
“Jared, ¿Qué estás murmurando?”.
El bajó el teléfono y se giró hacia ella, sonriéndole con gentileza.
“Nada, solo algo del trabajo”.
Decidió no contarle que Tadeo se había entregado ya que pensaba que era mejor que él se lo dijera por sí mismo. Si le contaba, no sería tan sincero como si Tadeo se lo dijera en persona. Al escuchar que era un asunto del trabajo, Amber asintió y no le preguntó más.
Entonces, Teo golpeó la puerta antes de ingresar con una gran pila de documentos que requerían la firma de Jared.
Al verlos, Jared señaló una pequeña mesa en donde trabajaba, indicándole que dejara los documentos allí. Teo los colocó en la mesa antes de girarse hacia ellos y asentir hacia Jared para saludarlo.
“Presidente Farrell”.
“¿Qué sucede?”, preguntó con indiferencia mientras observaba el informe médico de Amber.
“El segundo juicio de Lidia se realizó esta mañana”, respondió.
Al escucharlo, Jared dejó de hojear el informe.
Amber bajó el tenedor y preguntó: “Ah, cierto. Hoy era el juicio, pero ¿Por qué no nos notificaron?”.
“Les instruí no hacerlo hace un tiempo para que no interrumpiera su descanso”.
Jared colocó el documento a un lado y dijo: “Pero me olvidé de ello”.
Amber estaba divertida.
“Me estuviste rondando todos estos días; estoy segura de que te debes haber olvidado de varias cosas”.
Después, miró a Teo: “Este era el último juicio, ¿No?”.
“Si, Señora Farrell”.
Teo asintió.
“Este era el juicio final y el veredicto sigue siendo el mismo que el primer juicio, el cual es la pena de muerte. No estuvo de acuerdo e hizo un escándalo; incluso intentó apelar otra vez, pero le negaron la petición”.
“Los jueces fueron demasiado generosos al darle otra oportunidad de apelar con evidencia tan contundente, así que sería un desperdicio de recursos darle una tercera oportunidad, ¿No?”, pregunto Jared con expresión apática y una voz que reflejaba desdén hacia Lidia.
Teo se acomodó los anteojos.
“Tiene razón, Presidente Farrell. Esa es la razón por la que tomaron una determinación esta vez y los jueces ya publicaron el anuncio oficial. Después de todo, muchos internautas han estado prestando atención al resultado del asunto, y, cuando el juicio termine, deberán dar una explicación al público”.
“Déjame ver”.
Al decir eso, Amber sacó el teléfono del bolsillo de Jared.
Su teléfono se había quedado sin batería y Jared se rehusaba a cargarlo ya que comenzaría a jugar por aburrimiento.
De hecho, Jared no le prohibió utilizar su celular por completo, pero le costaba controlarse ya que no tenía nada que hacer, la cual era la razón verdadera por la que Jared no cargó su teléfono.
Sin embargo, esa vez, solo miró mientras ella tomaba el suyo, sin detenerla. De cualquier forma, solo eran noticias y se lo regresaría cuando las hubiera leído. Amber se apoyó en Jared, entusiasmada mientras prendía el aparato para buscar el incidente en Internet.
Como esperaba, cuando abrió la página web, el caso de Lidia apareció de inmediato en la pantalla sin necesidad de buscarlo.
Al leer los comentarios de los internautas en los que festejaban animados, Amber sonrió, sin pensar que estaban exagerando.
Lo que Lidia había hecho era terrible y era difícil que los demás no estuvieran furiosos. Después de todo, había matado a varias personas.
Aunque la Familia Gutiérrez no eran buenas personas, no tenían un problema con ella y los había asesinado sin más. Para los internautas, era maligna.
El hecho de que asesinó de manera indiscriminada a personas significaba que era una sociópata nata y que no se podía predecir si enloquecería en la calle algún día; por eso, la pena de muerte era el mejor castigo para alguien como ella.
Amber le devolvió el teléfono a Jared antes de mirar a Teo y preguntarle: “¿Cuándo es la ejecución?”.
“En un mes”, respondió Teo.
“Eso es pronto”.
“La pena de muerte se lleva a cabo de inmediato”, explicó Teo.
“Si no fuera porque hay otros convictos esperando antes que ella, habría sido ejecutada incluso antes”.
Amber asintió, indicando que entendía.
“Sus padres deben estar devastados”.
“Germán y Amelia deben haber recibido el peor golpe de sus vidas”.
Teo asintió.
“En realidad, asistieron al juicio esta vez”.
La Señora Lombardo no pudo soportar la noticia y le dio una apoplejía en el momento. Todavía están intentando resucitarla en el hospital. En cuanto al Señor Lombardo, no parecía consciente y tampoco se veía como una persona cuerda.
“Es el castigo que merecen”, dijo Jared con indiferencia.
“Aunque ellos no hicieron nada, criaron a un monstruo; de cierta forma, fueron más perjudiciales que ella. Ahora, están pagando el precio de haber criado a un engendro”.
“Tiene razón, Presidente Farrell”.
Teo estuvo de acuerdo ya que pensaba que lo que decía tenía sentido.
Amber se frotó el estómago y murmuró: “Debemos enseñarle bien a muestro hijo en el futuro”.
“Por supuesto”.
Jared levantó la barbilla.
“Lo guiaremos bien y creo que no nos decepcionara”.
“¿Por qué estás tan seguro?”.
Amber lo miró, divertida.
Jared le frotó la panza.
“Porque es nuestro hijo”.
Al escucharlo, Amber no supo si reír o suspirar.
Mientras observaba a los dos enamoramos comportándose de manera tierna frente a él, Teo apretó los dientes con envidia.
‘El Presidente Farrell es de lo peor. Sabe que me rompieron el corazón y se comporta de esa manera con la Señora Farrell frente a mí’.
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