Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1635

Capítulo 1635:

No le molestaba darle al niño la mejor vida y educación que el dinero pudiera costear. Podía criarlo para que fuera alguien competente, pero no recibiría ninguna herencia. Por un lado, porque no era parte de la Familia Farrell y, por otro, porque era el hijo de Yésica y ella solía lastimar a su esposa.

Ya era una bondad suficiente aceptar al niño, por lo que darle una parte de la herencia era demasiado. Yésica trataría de hacerse con el dinero si se enterara.

Amber entendió el mensaje y sonrió.

“No te preocupes. No le daré ninguna posibilidad de que se apodere de la herencia, ya que le enseñaré cuál es su lugar, así que sabrá que es el heredero de la Familia Reyes, no de los Farrell. Estoy segura de que crecerá para convertirse en un gran hombre y podrá liderar a los Reyes hacia un mejor futuro. Sé que no intentará apoderarse de lo que no le corresponde”.

“Me alegra escucharlo”.

Jared asintió, pero un dejo de apatía se reflejó en su mirada.

Si el niño era agradecido, entonces estaría más que dispuesto a darle algo de su fortuna. La herencia estaba descartada, pero le daría dinero y objetos valiosos.

Después de todo, viviría bajo el mismo techo que él durante décadas. Una vez que el niño tomara el control de la Familia Reyes, lo ayudaría a asentarse y le daría la asistencia que necesitara.

Sin embargo, si el niño tenía la misma personalidad maliciosa de la madre, entonces no le importaría matarlo. Mantener a un ingrato sería un desastre, pero no le dijo nada de eso a Amber, ya que ella deseaba cuidar del niño; criar al sucesor de la Familia Reyes era su sueño.

“Estaré vigilando al niño entonces”.

Llegaron al cementerio un momento después.

Jared le puso un abrigo grueso y una bufanda antes de dejarla bajarse del auto y a ella le causaba gracia.

‘¿Cree que no puedo soportar el frío?’.

Sin embargo, simplemente estaba siendo amable y el clima en verdad estaba frío, así que aceptó la ropa, se la puso y se bajó del auto.

“Toma”.

Jared le entregó un ramo de lirios blancos.

Amber lo miró y lo sostuvo con las dos manos.

“A mi padre le encantaban los lirios blancos porque a mi madre también le gustaban”.

El hombre la escuchó hablar sobre el pasado en silencio.

“Mi madre murió cuando apenas era una niña, así que no la recuerdo. Todo lo que se de ella, lo sé por mi padre. Amaba pintar, en especial flores. Dibujaba los lirios muy bien porque era la flor que más le gustaba. Mi padre la amaba mucho y todo lo que a ella le gustaba, así que también adoraba los lirios, incluso después de más de veinte años de su muerte, mi padre siempre traía un ramo cada día”.

“¿Supongo que Sandra lo tomó como una ofensa?”.

Se reflejó un dejo de burla en los ojos de Amber.

“Sí, ¿Y qué? No tenía el valor de quejarse. Necesitaba que él sobreviviera así que aceptó la ofensa, pero era probable que ese fuera el motivo por el que comenzó a resentirlo e hizo que eventualmente lo envenenara”.

Jared la miró.

“Todavía le quedan muchos años en prisión. He hablado con la embajada. Una vez que cumpla la condena, será extraditada y volverá a ser juzgada en casa”.

Amber refunfuña, ya que no quería hablar mucho de Sandra. El hombre se dio cuenta, así que dejó de hablar y le sostuvo la mano.

“Veamos a tu padre”.

“Claro”.

Sonrió y dejó que la llevara al cementerio.

Se había renovado la tumba de Enrique hacia algunos meses, así que estaba como nueva; incluso habían cambiada la foto a una nueva.

Amber se agachó, dejó las flores de forma gentil y, luego, Jared la ayudó a incorporarse. La habría dejado que hiciera lo que quisiera si no estuviera embarazada, pero sí lo estaba y estaba débil, así que no dejaría que se agachara.

Amber lo entendía y se puso de pie en el momento en el que Jared la sujetó.

“¿Me puedes dejar por un momento?”. Lo miró.

“Me gustaría estar a solas con mi padre”.

El hombre asintió.

“Claro, pero no te quedes por mucho tiempo”.

“Bueno”. Sonrió.

Jared sacó un par de guantes y se los puso.

“Ten, mantente abrigada. Bueno, me iré. Tienes media hora y luego te pasaré a buscar”.

“Claro”. Lo saludó.

Le besó la frente, se fue y se quedó de pie en la distancia, esperando a que Amber terminara de hablar con su padre. No sabía lo que decía, aunque la miraba cada tanto.

Amber todavía no estaba bien de salud, en especial porque casi había tenido un ab%rto el día anterior, incluso los médicos no le recomendaban que saliera.

Querían que se quedara en el hospital, pero después de lo que había sucedido el día anterior, debía querer ver a Enrique, así que arriesgó todo y la llevó. Sin embargo, también calculó el margen. Si podían regresar al hospital en tres horas, ella estaría bien.

Ella también sabía que no podía quedarse mucho tiempo. Media hora después, caminó hacia donde estaba Jared y el suspiró, aliviado.

“¿Listo?”.

Le sostuvo la mano.

Amber asintió.

“Sí. Le hablé de muchos asuntos, todo lo que debería saber. Solo no sé qué piensa de mi decisión. ¿Crees que el aceptará?”.

Lo miró.

El hombre estaba por responder, pero sintieron una ráfaga de viento. No era fría, no. De hecho, se sentía cálida y Jared sonrió.

“Lo tomaré como un sí”.

La mujer pensó que era increíble.

“Esa ráfaga de viento…”.

“Tal vez era Enrique dándote la bendición”, dijo.

“Creo que no es una coincidencia”.

Amber pensó que tenía razón, pero sabía que no existían los fantasmas. Esa ráfaga de viento podía haber sido una coincidencia, pero, aun así, le quitó un peso de encima.

“Tal vez mi padre si aceptó”.

“Entonces, ¿Nos vamos?”.

Jared le sostuvo la mano y la puso cerca de la boca. Luego, la sopló para calentarla. Tenía la mano fría, incluso después de haberse puesto guantes. Timoteo había dicho que ella era propensa a sentir frío y que las manos y los pies se le enfriarían cada vez que bajara la temperatura.

Era una condición que necesitaba mejorar, pero como estaba embarazada no podía tomar muchos suplementos, así que esa era la única forma de calentarse.

“Por supuesto”.

Esbozó una sonrisa.

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