Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1634
Capítulo 1634:
“Sé que, si asumías esta tarea, la venganza te llevaría años y no habrías tenido éxito en el futuro inmediato. Te habrías tomado tu tiempo para buscar evidencias, pero hoy por hoy, Tadeo no puede ni sobrevivir seis meses, a menos que encuentre un donante de riñón compatible. Realmente espero que muera en seis meses, así no tienes que matarlo. Él es el punto crucial de esta disputa. Si muere, sin importar como, entonces la disputa llegaría a su fin. Es por eso que mantuve el secreto, no creía que pudieras vengarte antes de que muriera”.
‘Entonces, ¿Está diciendo que soy débil?’.
Amber manifestó su indignación, pero estaba de acuerdo con él. Sin importar cuán débil fuera Trident, aun así, era más fuerte que Paradigma.
Tadeo era un enemigo demasiado fuerte para ella. Si quería venganza, necesitaba probar sus crímenes. Ella sola era demasiado débil para asumir esa tarea y, aun así, quería depender de sí misma. Esa era la venganza de los Reyes y pensaba que debía encargarse ella.
Sin embargo, sin importar cuánto lo intentara, todo lo que podía conseguir eran pruebas débiles que solo servían para condenar a Tadeo a uno o dos años de prisión, pero no era suficiente.
Necesitaba más, necesitaba pruebas de que había saboteado a Trident y a su padre, pero un anciano astuto como él nunca le daría la posibilidad de hacerse con ellas.
Naturalmente, había borrado todo rastro, haciéndole difícil rastrear sus crímenes. Si tuviera suficientes pruebas, habría llevado a Tadeo a tribunales hacía mucho tiempo. Luego, miro a Jared.
“Entonces, estás contento de que haya sido diagnosticado con insuficiencia renal, ¿No?”.
Jared asintió.
“Si, no tendrás que matar a tu padre y, por ello, no tendrás que enfrentarte a un juicio público. Además, tu venganza no existiría. ¿Por qué no estaría contento?”.
Amber frunció los labios.
“Porque no pude llevar a cabo la venganza”.
“Lo sé, ¿Pero eso es algo bueno?”.
La miró a los ojos.
“Creo que sabes la respuesta y yo había dicho que se sabría que Tamara era una impostora. Ella no es tú. Al final, hubieras sabido que habías matado a tu padre y eso habría sido una carga para ti. No quiero que cargues con ese peso. Al menos, si muere de causas naturales, tu venganza se disipará y no estarías triste si averiguaras tu identidad después de eso; eso sería porque no tendrías que cargar con el peso de su muerte”.
Amber cerró los ojos.
“Entonces, ¿Puedo detener todas las investigaciones y esperar a que muera?”.
“Esa es la mejor opción por ahora, ya que puede que le quede menos de un mes de vida, así que no tiene sentido seguir investigando”.
Amber se mordió el labio.
“¿Mi padre se enojará si no me vengo?”.
Jared la sostuvo en brazos.
“No creo. Deberías saber que te amaba. Te crio como su propia hija, así que no creo que alguien que amaba as u hija querría que sufriera”.
“Tal vez”.
Cerró los ojos y se apoyó en sus brazos.
“Deberías ver a tu padre mañana”, añadió.
Amber sabía que hablaba de Enrique, no de Tadeo.
“Pensaba lo mismo, tengo mucho para contarle”.
“Entonces, habla con él. Sé que no se enojará contigo una vez que entienda la situación”.
Amber no dijo nada más, tal vez se había dormido. Jared le acarició la cabeza y no dijo nada. Quedaron en silencio y no se escuchaba nada más que el sonido de la respiración. La noche transcurrió rápido, pero ninguno de ellos pudo dormir profundamente.
Amber tenía mucho en qué pensar y, cada vez que cerraba los ojos, soñaba. Por su parte, Jared estaba preocupado por ella, así que no durmió bien.
Cuando se despertaron al día siguiente, tenían ojeras. Intercambiaron miradas y luego se rieron. Esa risita hizo que desapareciera la tristeza, levantándoles el ánimo.
María salió de la cocina.
“Hora de desayunar”.
“Ahí vamos”.
Jared se levantó de la cama y ayudó a Amber a ponerse la ropa.
“No soy una muñeca. No necesito que me ayudes, déjame hacerlo”, dijo causándole gracia.
“No”.
No le daba la ropa sin importar lo que le dijera e insistió en ayudarla.
Amber lo dejó. Una vez que se cambiaron, se asearon y fueron a desayunar. Mientras lo hacían, Jared les pidió a sus subordinados que prepararan el auto para ir al cementerio.
Amber escuchó en silencio y notó que organizaba todo de manera perfecta. Además del auto, incluso le dio flores, los lirios blancos favoritos de Enrique.
‘Bueno, esto me ahorra tiempo’.
Después de que desayunaron, fueron al cementerio. De camino, la mujer que cuidaba de Yésica llamó a Amber.
“¡Buenas noticias, Señorita Reyes!”, exclamó de forma efusiva.
Amber entrecerró los ojos.
“¿Está embarazada?”.
Estaba segura de que se quedaría embarazada, pero podía suceder cualquier cosa antes de que se conociera el diagnóstico. Yésica no tenía ninguna intención de quedar embarazada e intentaría ab%rtar.
Además, le habían implantado el embrión a través de fecundación in vitro, así que era frágil y podía morir con facilidad. Solo cuando el embrión se implantara en el útero sería más seguro. Eso tomaría unos dos meses y solo entonces el bebé estaría a salvo.
‘Han pasado dos meses, por lo que pronto tendremos noticias’.
Gracias a eso, sabía lo que la mujer le iba a decir.
La niñera asintió.
“Sí. El niño está a salvo ahora. Solo tenemos que cuidar de ella de la forma habitual que se cuida a las embarazadas; está saludable”.
“Entiendo, cuento con usted entonces. Una vez que la niña nazca, le daré un aumento”.
Amber sonrió.
“No se preocupe, Señorita Reyes. La vigilare y me asegurare de que el bebé esté sano y salvo”, respondió, contenta.
“Gracias”. Asintió.
“¿El bebé de Yésica?”, preguntó Jared, cuando terminó la llamada.
“Sí, está embarazada. Ocho meses más y los Reyes tendrán un nuevo miembro”.
Dejó el teléfono y sonrió contenta; a Jared le gustaba que estuviera así. Sin embargo, Amber se acordó de algo y lo miro.
“Em, después de que nazca el bebé, yo lo cuidaré. No dejaré que se parezca a la madre. ¿Te… te molesta?”.
Deseaba cuidar a su sobrino y el niño viviría en la Residencia Farrell. No era el hijo de Jared y ella estaba preocupada de que se negara. Él sabía de lo que estaba preocupada y le acarició la cabeza, sonriendo.
“No me molesta; Yésica puede que sea su madre, pero tú lo has estado deseando. Él es tu esperanza para el futuro de los Reyes, así que respeto y apoyo tu decisión. Te amo y ese amor se extiende a todo lo que te importa. Tráelo. Lo trataré como si fuera mío, pero la herencia de los Farrell solo le pertenecerá a nuestro hijo”.
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