Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1625

Capítulo 1625:

Luego, le soltó el brazo al hombre y se acarició el vientre.

“¿Eso es cierto?”.

“Claro que sí”, contestó con ternura mientras le acariciaba la cabeza.

“Notarías la diferencia en tu cuerpo si hubieras sufrido un ab%rto, pero todo sigue igual y el bebé continúa allí”.

Amber se calmó.

‘Es cierto. Si hubiera tenido un ab%rto, el doctor habría realizado el procedimiento para limpiar mi vientre y estaría muy adolorida’.

No tenía dolor en el abdomen, así que significaba que el bebé estaba bien.

“Gracias a Dios”, exclamó sonriendo.

Jared y María suspiraron aliviados; no obstante, Amber tuvo un recuerdo y se le desfiguró el rostro mientras apartaba a su esposo.

El hombre se tambaleó un poco hasta que logró recuperar el equilibrio; se angustió al ver la expresión furiosa de ella; sabía lo que había sucedido, pero decidió fingir no estar al tanto.

“¿Qué sucede?”.

María notó que estaba molesta con Jared y sabía lo que le esperaba al hombre, así que se retiró de la habitación en silencio.

‘Una anciana como yo no debe presenciar estas situaciones. Dejaré que la pareja arregle sus asuntos. La mayoría de las veces les toma tiempo poder solucionar los conflictos si están solos, pero, si un tercero se entromete, requiere de aún más tiempo. Todos se preocupan por su orgullo y dignidad, así que, si alguien más se entromete, será aún más obstinados para no humillarse frente a otras personas e incluso el conflicto podría agravarse. Mejor me retiro y los dejo solos para que lidien con esta situación’.

María salió y cerró la puerta; Cole salió de inmediato de su habitación, que estaba al lado y escuchó la conmoción.

“Señor Lara”, dijo María sonriendo.

“Señora María”, asintió y preguntó

“¿Amb despertó? Creo que oí su voz”.

“Así es”.

“Gracias a Dios; entraré a verla”, respondió aliviado.

Intentó ir hacia la puerta, pero María lo detuvo.

“¡Señor Lara! No entre, la Señorita Amber y el Joven Amo Jared están discutiendo en estos momentos porque el ayudó a Tamara, así que será mejor que espere aquí. Puede ingresar cuando el problema se haya solucionado”.

Cole se alejó de la puerta y asintió.

“De acuerdo; los dejare tranquilos”.

En esa situación; ambos tenían razón.

‘Jared es su esposo; aunque no estaba con ella de nuevo en aquel entonces; él la estaba intentando conquistar, pero, durante ese tiempo, ayudó a una mujer para que le ocultara su identidad y no le dijo a Amber sobre eso. Cualquier mujer se molestaría’.

Cole entendía por qué Amber estaba molesta; al mismo tiempo, sabía que Jared había hecho lo correcto.

‘Él sabía cómo Amb reaccionaria sí se enteraba de su verdadera identidad: así que, no quería que lo descubriera y decidió ayudar a Tamara. Lo hizo por el bien de Amb; no puedo decir que actuó mal’.

Además, sabría que no podía entrometerse entre ellos y generar aún más problemas; estaba de acuerdo con María.

‘Que resuelvan sus asuntos porque ninguno de ellos está equivocado’.

María sonrió al ver que el hombre aceptaba su sugerencia.

“Gracias, Señor Lara”.

“No debe agradecerme. Solo quiero hacer lo mejor por Amb”, contestó mientras se apoyaba en la pared.

“Amber ama Jared; no lo dejará por esto”.

El hombre sabía que eso era solo un problema de pareja porque ella debía aceptar la situación y no había tenido tiempo de pensar con tranquilidad.

Cuando se calmara, se daría cuenta de que todo lo que él hizo fue por su bien. Estaba seguro de que conseguirían reconciliarse en poco tiempo, así que no quería ser el tercero en discordia que terminara separándolos.

Mientras tanto, Jared abrazó a Amber con fuerza y se negaba a soltarla a pesar de que ella lo empujaba.

“Cálmate, cariño; no te alteres. ¿Y si afecta al bebé? ¡Recuerda lo que sucedió más temprano!”.

Aunque Amber estaba enfurecida, aún podía oír lo que le decía el hombre. De inmediato, dejó de empujarlo y se apoyó en el pecho de él.

‘Tiene razón; casi pierdo a mi hijo. ¿Voy a permitir que Tamara provoque que pierda a mi bebé? Claro que no; ella no es tan importante como mi hijo’.

Jared suspiró aliviado al ver que ella ya no se movía; dejó de abrazarla con fuerza y bajó la mirada con culpa.

“Lo lamento, Hojita. Te mentí; te escondí esto. Puedes golpearme por ello, pero solo te pido que no te lastimes tú, ¿Sí?”.

Él la miraba con cariño y como si le estuviera suplicando. Amber lo observo un instante y luego apartó la mirada.

“¿Por qué?”, preguntó con voz ronca.

“¿Por qué me lo ocultaste? ¿Por qué la ayudaste? ¡Sabes muy bien que ella es mi enemiga!”.

Amber entendió la ironía. Ella y Sergio fueron quienes encontraron a Tamara y la enviaron con los García para que fuera su espía. Sin embargo, al final, no consiguió una informante, sino una enemiga, una que ella misma creó. La sola existencia de Tamara era suficiente burla para Amber.

Cada vez que la veía, se acordaba de lo ciega que estaba por crear a una enemiga, por eso se esforzaba en mantener a esa mujer fuera de su mente y de su vista. Sin embargo, era su esposo quien tenía contacto con Tamara y la ayudaba en secreto sin que ella lo supiera.

“¡Pero es mi enemiga!”.

Amber tenía los ojos enrojecidos. Jared tomó un pañuelo para secarle las lágrimas, pero ella le dio la espalda. Él no tuvo otra opción más que colocárselo en las manos antes de decir:

“Sé que estás dolida, cariño, pero lo hice por tu bien”.

“¿Por mi bien?”, se burló.

“Ayudaste a mi enemiga, ¿Pero me dices que es por mi bien?”.

“¡Sí! ¡Lo hice por ti!”, declaró con firmeza.

“No me habría involucrado en absoluto sí no fueras la hija biológica de Tadeo. No habría ayudado a Tamara de ninguna manera; no obstante, tú eres su hija, por eso la ayudé. Tampoco quería que descubrieras tu verdadera identidad, así que necesitaba que ella fuera Rita; esa era la única manera de evitar que aquello saliera a la luz. Todo salió según lo planeado hasta ahora, pero no pensé que Tadeo sufriría una grave insuficiencia renal y que Tamara te dijera la verdad con la esperanza de salvarlo”.

Ese fue el error de Jared.

“Eso significa que lo sabías desde hace mucho tiempo, ¿Verdad?”.

Amber apretó los puños.

Él frunció los labios y lo reconoció: “Solo descubrí que eras la verdadera Rita García después de que Tamara te quitó el lunar de la muñeca. Fue entonces cuando decidí ayudarla y, como ella quería ser Rita, le di la posibilidad. Habría ayudado a cualquiera en esa situación, no solo a ella. Cualquiera podría ser Rita, siempre que no fueras tú”.

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