Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1617
Capítulo 1617:
“¿Cómo puedo salvarlo?”.
Amber abrió los ojos y miró a Rita con ira.
“Jamás me consideré su hija. Yo soy Amber Reyes, la hija de la Familia Reyes. La Familia García es mi enemiga. ¡Jamás salvaré a un enemigo!”.
“¡No es la hija de la Familia Reyes!”.
Rita apretó los hombros de Amber con más fuerza.
“Usted es Rita García, la hija de la Familia García. La Familia Reyes la robó. Además, la enemistad entre las Familias Reyes y García solo existe entre mis padres y los suyos; usted no está relacionada. Sin mis padres, usted no estaría hoy aquí. Es su verdadera hija. ¿Me escuchas, Amber? ¡Tienes que salvarlos!”.
Rita la miró fijo.
“No te olvides de que te arrebataron de la Familia García. Si Enrique no te hubiera quitado el lugar que te corresponde, serías conocida como Rita García ahora. Hubieras crecido consentida y amada por tus verdaderos padres, no criada por tus enemigos. Sin mencionar que Enrique te lavó el cerebro para odiar a tus padres biológicos. Amber, simplemente no está bien, ya que son tus padres biológicos. ¿Cómo puedes odiarlos? Por el contrario, no has tenido devoción filial con ellos porque Enrique te arrebató. Deberías sentirte avergonzada y culpable”.
“¿Avergonzada? ¿Culpable?”.
Amber se rio, pero fue una risa burlesca.
Rita ignoró el sarcasmo y, en cambio, asintió repetidas veces.
“Así es. Tu enemigo te secuestró. No solo tus padres te han estado buscando por más de veinte años, sino que te han extrañado durante todo este tiempo. ¿No deberías sentirte avergonzada? ¿No deberías salvar a tu padre? Salvarlos es tu deber y obligación como hija. Es justo que le devuelvas el favor por haberte dado a luz, así que tienes que salvar a tu padre”.
“Que hilarante”.
Amber la empujó de forma agresiva.
“Si dejamos de lado el hecho de que nunca me consideré Rita García, ¿Qué más da si soy ella? ¿De quién es la culpa que me hayan secuestrado? ¿Acaso no fue porque la Familia García complotó contra los Reyes y luego ellos se vengaron robándome? Si bien la Familia Reyes sabe que soy la hija de sus enemigos, nunca trataron de matarme ni me abandonaron. Por el contrario, me cuidaron muy bien y me dieron mucho amor. Nunca me han tratado mal e incluso se aseguraron de criarme bien y, es por eso que no los odio por haberme secuestrado y, en cambio, estoy muy agradecida de que lo hicieran. De otro modo, habría sido criada para convertirme en alguien como Tania si me quedaba con la Familia García”.
Rita la miró, incrédula, tan sorprendida que se tambaleó hacia atrás.
“¿Cómo puedes pensar de esa forma? La Familia Reyes te secuestro, entonces ¿Cómo es que no los odias? ¿Cómo puedes estar agradecida? Como si eso no fuera lo suficientemente malo, incluso te cambiaste de bando y culpas a tus padres biológicos por mala crianza. ¿Cómo puedes ser tan traidora con ellos?”.
“Gracias por el halago. Soy traidora, ¿Y qué?”.
Amber levantó el mentón y la miró de forma apática.
“En todo caso, mi respuesta es la misma, no salvaré a Tadeo. No me importa quién es o qué relación tenga conmigo; nunca lo salvare”.
“¡Eres demasiado egoísta y despiadada!”
Rita la señaló, furiosa.
“¡Es tu padre! Como hija, ¿Cómo puedes verlo morir sin hacer nada?”.
“¿Y? ¿Me estás pidiendo que ab%rte y done el riñón?”.
“¿Qué es un hijo?”, soltó de forma despectiva.
“Sin mencionar que es un bebé que ni siquiera tiene forma. ¿Cómo ese hijo va a ser más importante que tu padre? Es un hecho que deberías ab%rtar y salvar a tu padre. No te olvides de que ellos te dieron la vida, por lo que deberías devolverles el favor. Además, todavía es joven, así que puede volver a quedarse embarazada, Señorita Reyes. Es solo lo correcto que lo salve. No se olvide de que son sus padres biológicos y si se rehúsa a salvarlos, entonces no será una buena hija”, la acusó en voz alta.
En ese momento, María salió de la cocina y escuchó lo que dijo. Naturalmente, enfureció al ver a Rita señalando a Amber con justa indignación.
“¿Quién demonios te crees que eres? ¿Cómo te atreves a señalar a la señorita de una forma tan grosera?”.
Se acercó y le apartó el dedo con el que la señalaba. El movimiento obligó a Rita a ponerse de lado, lo que reveló su verdadera apariencia. Tras mirar el rostro desconocido, María se sorprendió por un momento.
“¿Quién eres? No eres la enfermera de antes, ¿Dónde está ella?”, le preguntó frunciendo el ceño, furiosa.
Rita nunca se imaginó que alguien llegaría en ese momento; por lo que su actitud cambió y empalideció. Solo le llevó un momento dejar atrás la arrogancia y justificar su actitud.
La mujer había parecido muy amable antes, pero en ese momento, tenía una expresión severa y atemorizante.
“Yo…”, dijo al final.
“No importa quién eres. ¿Cómo te atreves a irrumpir en la habitación y levantarle la voz a la joven ama? ¡No te perdonaré eso! ¡Guardias!”, la interrumpió de inmediato.
Los guardias de pie afuera de la habitación enseguida entraron tras escuchar el grito.
“¿Sí, María?”.
“¿Qué les sucede? ¿Por qué permitieron que tantas enfermeras entren en un periodo tan corto?”.
Empujó a Rita hacia ellos.
Los guardias enseguida la sujetaron y luego protestaron, confundidos: “No dejamos entrar a ninguna otra enfermera, solo a la de antes”.
“En tal caso, ¿Por qué no me cuentan cómo es que entró esta enfermera?”, la señaló.
El guardia bajó la cabeza y pareció sorprenderse de ver a Rita.
“¿Quién eres? Nunca había visto a esta mujer. ¿Cómo entró? Además, siempre he estado afuera de la habitación. No habían… espera un momento…”.
La enfermera a la que le había permitido entrar a la habitación no se había ido, pero entró solo para ver a una enfermera que lucía completamente diferente a la de antes. En otras palabras, esa no era otra más que la de antes y solo había usado maquillaje para cambiar su apariencia.
“María, esta es la misma enfermera de antes”, le informó, suspirando aliviado al darse cuenta.
Tras escucharlo, María se apresuró a mirar de nuevo el rostro a Rita. Al observarla de cerca se dio cuenta de que el área alrededor de los ojos era igual al de la enfermera de antes. Por lo tanto, su expresión se tornó más desagradable.
“Habla, ¿Quién eres? ¿Por qué viniste? ¿Por qué te disfrazaste y regañaste a la joven ama?”.
“¿Qué? ¿Regañar a la joven ama?”.
El guardia miro nervioso a Amber.
En la cama del hospital, Amber estaba sentada con la cabeza agachada de forma sombría. Si bien no podían verle la expresión, el silencio absoluto prologado hizo que los guardias se desesperaran.
‘Ay, no, estoy en problemas. El Presidente Farrell nunca me perdonara por este incidente’.
Cuando Rita vio al guardia entrar a la habitación quedo paralizada, ya que sabía que estaba en graves problemas y que ya no podría escaparse. No podía reaccionar por el miedo y solo podía tartamudear de forma incoherente frente a las preguntas de María.
María no podía molestarse en esperar a que se le ocurriera una explicación clara.
En todo caso, había una cámara de seguridad en la habitación, por lo que, en breve, se enteraría de los problemas y reclamos entre esa mujer y Amber.
“Mantengan a esta mujer bajo custodia. Decidiremos qué hacer cuando el Joven Amo Jared regrese. Sean cuidadosos y no dejen que se escape o sabrán las consecuencias de sus errores”.
Los miro, furiosa. Cuando era joven, había seguido a Rosa a la guerra. Si bien ella por lo general era amable y gentil, irradiaba un aura asesina cuando se ponía seria.
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