Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1615

Capítulo 1615:

Amber se dio vuelta, se negaba a mirarla.

Luego, continuó: “Deberías estar rogándole a los médicos si quieres salvar a Tadeo. ¿Por qué me ruegas a mí? ¿Acaso no conoces la enemistad y el resentimiento que hay entre Tadeo y yo? ¿Por qué salvaría a mi enemigo? Me temo que piensas muy bien de mí. Déjame aclararte algo; jamás salvaré a mi enemigo. Todo lo contrario, deseó que muera antes. Además, incluso si no tuviera nada en su contra, igual no escogería salvarlo. ¿Por qué debería donar un riñón solo para salvar a un extraño que no está relacionado conmigo? Sí estuvieras en mi lugar, ¿Lo harías?”.

Rita bajó la mirada. Por supuesto que no lo haría. ¿Quién sería tan generoso como renunciar a un riñón por un desconocido?

Amber observó que la muchacha guardaba silencio e hizo una expresión de burla.

“¡Mira! Ni siquiera tú lo harías. ¿Qué derecho tienes para rogarme ayuda? ¿Qué te hace creer que accederé a tu pedido? ¿Sabes lo que significa donar un riñón? Significa que perderé mi salud; que correré riesgo de sufrir insuficiencia renal en el futuro; que tendré que renunciar al niño en mi vientre. Escúchame bien; jamás accederé a tu pedido. ¡Es imposible! Pero, hablando de eso, siento bastante curiosidad. ¿Por qué crees con tanta firmeza que mi riñón puede salvar a Tadeo?”.

“Porque… porque…”.

Rita parpadeo, insegura, porque no encontraba las palabras adecuadas.

A Amber se le agotó la paciencia y agitó la mano con desdén.

“Olvídalo. Dado que no puedes decirme la verdad, entonces no te molestes. Tampoco quiero escuchar la respuesta. Ahora, vete, por favor. De lo contrario, llamaré a seguridad”.

Mientras hablaba, colocó la mano contra el botón de emergencia en la cabecera de la cama. Lo presionaría de inmediato si Rita se atrevía a ponerle un dedo encima y no podría escapar una vez que eso sucediera.

Era evidente que Rita estaba al tanto de las consecuencias y su expresión se distorsionó un poco.

“Señorita Reyes, ¿En verdad tiene que ser tan despiadada?”.

Amber puso los ojos en blanco.

“Por favor. Solo no quiero salvar a mi enemigo ni donar un riñón ni renunciar al niño en mi vientre. ¿Cómo eso me hace despiadada? ¿No eres tú la verdadera desalmada? Soy una persona ajena. La probabilidad de que yo sea compatible con Tadeo es bastante baja. Por otro lado, tú eres su hija, así que la probabilidad de que seas compatible con él debe ser mucho más alta. Dado que amas tanto a tu padre, ¿No deberías donar tu propio riñón para salvarlo? ¿Por qué no donas el tuyo? ¿Por qué me suplicas a mí, una persona ajena y una enemiga, que done mi riñón? ¿Cómo eso no te convierte en egoísta y despiadada? Y, aun así, parece que no te das cuenta de lo cruel y egoísta que estas siendo. ¿Cómo te atreves a intentar persuadirme? Es ridículo”.

“Si tan solo pudiera donar mi riñón, lo habría hecho hace bastante tiempo”.

Rita parecía bastante agitada por las palabras de Amber. Se puso de pie de forma abrupta y elevó bastante la voz.

“Nunca antes conocí lo que la familia y el afecto significaban. No hasta que llegué a la Residencia García, donde aprendí lo cálida y hermosa que puede ser la familia y el cariño.  Por eso deseo, más que nadie, que mi padre sobreviva. Solo así podré seguir disfrutando de su amor y de los lujos de la riqueza. Por supuesto que le habría donado un riñón por voluntad propia, pero jamás seré compatible con él. ¿Sabe por qué?”.

Al ver los ojos enrojecidos de ira de Rita y su expresión perturbada, Amber tuvo un presentimiento,

Abrió la boca y preguntó con la voz un poco ronca: “¿Por qué?”.

La mujer esbozó una sonrisa espantosa.

“Porque… no soy su verdadera hija”.

“¿Qué dijiste?”.

Amber cambió de expresión.

Rita apretó los puños con fuerza.

“¡Porque no soy su verdadera hija! ¡No soy Rita García!”.

“¡Eso es imposible!”

A Amber se le contrajeron las pupilas tras escucharla.

“Todos estuvimos presentes cuando tú y Tadeo se realizaron la prueba de ADN. ¡Es imposible que más de una decena de laboratorios cometieran el mismo error! Incluso es más imposible que los hayan sobornado”.

“Por supuesto que no cometieron un error y tampoco sobornaron a los laboratorios porque nadie lo intentó. Sus resultados fueron precisos. Los resultados de la prueba de ADN claramente demostraron la relación entre padre e hija. Es solo que yo no soy esa persona”.

“¿A qué te refieres?”.

Amber tenía el ceño bastante fruncido.

“¿Dices que la muestra de ADN que utilizaron para la prueba era real? ¿En verdad era el cabello de Rita García y Tadeo García? Pero ¿Tú no eres Rita?”.

La otra joven se rio.

“Así es, Señorita Reyes. Los cabellos en la prueba de ADN, de hecho, le pertenecían a Rita y a mis padres. Por ese motivo, los resultados revelaron la relación entre padre e hija. Sin embargo, yo no soy Rita García, así que no soy su verdadera hija”.

“¿Cómo es posible?”.

Amber se sintió mareada y débil.

“Te vimos quitarte un cabello ese día”.

“Sí, me quité un cabello, pero eso no significa que me perteneciera a mí. Lo obtuve de antemano de la verdadera Rita García; luego, lo sujeté a mi cabeza con una horquilla. Cuando usted me pidió que me quitara un cabello, utilicé la posición de la horquilla para sacar con precisión el cabello preparado de antemano para la prueba de ADN. Por ese motivo, pareció que me arranqué un cabello y se lo entregué, pero eso ni siquiera era verdad”.

“Entonces, esa es la situación”.

Todo encajaba y Amber sintió que se había quitado una venda de los ojos.

“Esa es la verdad”.

“Si. Así es como me convertí exitosamente en la verdadera Rita García. Por otro lado, la verdadera jamás regresó a la familia”.

“En otras palabras… Hugo y Greta eran tus verdaderos padres”.

“Si, ellos son mis verdaderos padres. Si fuera posible, desearía que no lo fueran”.

Rita tenía los ojos enrojecidos de la ira.

Tenía una expresión de disgusto y resentimiento.

“Pero ¿Por qué? ¿Por qué soy su hija? ¿Por qué no soy la verdadera Rita García?”.

“Tu nacimiento es algo que no puedes cambiar. ¿Qué sentido tiene quejarse de eso?”, comentó Amber con total naturalidad.

No sentía empatía por ella, dado que la tenía reservada para la verdadera Rita García.

“¿Y? ¿Por qué me cuentas esto? ¿Acaso no te esforzaste demasiado solo para convertirte en la hija de la Familia García? ¿Por qué me cuentas la verdad sobre tu nacimiento y orígenes? ¿No tienes miedo de que pueda decirle la verdad a la Familia García? ¿No temes que te expulsen de la casa?”.

Amber miró a Rita a los ojos.

Rita respiró profundo y se tranquilizó por el momento.

“Si esto hubiera ocurrido antes, habría tenido miedo y tampoco te habría contado mis secretos. Me los habría llevado conmigo a la tumba y no te habría revelado la verdad. Sin embargo, quiero salvar a mi padre, por lo tanto, no tengo más remedio que contarte todo. ¿No me preguntaste por qué estaba tan segura de que tu riñón puede salvar a mi padre? La respuesta es evidente ahora, ¿No? Amber, tú eres Rita García. ¡Eres la verdadera hija de mis padres!”.

Amber sintió que la cabeza le iba a explotar.

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