Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1614
Capítulo 1614:
Rita se acercó a la cama y dejó la bandeja. Tocó a Amber con delicadeza, ya que esta estaba dormida. La mujer despertó sorprendida de inmediato y abrió los ojos de manera inconsciente.
“¿María? ¿Qué sucede?”, preguntó en voz baja y cansada.
Rita sabía que, probablemente, María era la mujer que acababa de abrir la puerta. La joven no respondió. Amber no escuchó una respuesta, así que parpadeo para despertarse un poco más. Luego, vio un rostro desconocido que la observaba.
“¿Quién es usted?”.
Se volvió cautelosa de inmediato.
Después de todo, muchas personas querían hacerles daño a ella y a Jared; debía estar atenta a los extraños.
“Shh”.
Rita la hizo callar llevándose un dedo a los labios cuando notó que Amber estaba a punto de entrar en pánico.
“Señorita Reyes, no tenga miedo. No soy una mala persona”.
Amber se alborotó cuando vio el rostro desconocido. No obstante, al notar el uniforme de enfermera de Rita, comenzó a tranquilizarse.
“Lo siento. Me sobresalté un poco cuando me desperté. Por favor, ayúdeme a levantarme”, dijo Amber y extendió la mano.
A Rita no le sorprendió que no la reconociera; después de todo, sus habilidades de maquillaje eran bastante buenas. Parecía que tenía talento, puesto que podía aprender a realizar cualquier maquillaje con tan solo una mirada.
“De acuerdo, Señorita Reyes”.
Rita la ayudó a levantarse y colocó una almohada detrás de ella, así podía sentarse derecha en la cama.
Después de que Amber se sentó, se masajeó las sienes.
“¿Necesita hacer más chequeos?”.
Rita no respondió y solo la miró mientras se inquietaba. Amber no escuchó ninguna respuesta, así que se quitó las manos de las sienes y miró a Rita. Cuando vio su expresión contrariada, sintió curiosidad.
“¿Qué ocurre? ¿Por qué me mira así?”.
Rita se mordió el labio y se arrodilló junto a la cama, lo que hizo que Amber temblara de miedo. Se preguntaba que había ocurrido y porque esa mujer se había arrodillado junto a ella.
“Señorita, ¿Qué hace?”, le preguntó enseguida Amber.
“Levántese. ¿Por qué se arrodilló de repente? ¿Hice algo que la ofendió?”.
Estaba desconcertada.
Rita negó con la cabeza.
“No, Señorita Reyes. No me ofendió. Soy yo quien debería estar apenada”.
“¿A qué se refiere?”.
Amber frunció el ceño.
A Rita se le enrojecieron los ojos.
“Señorita Reyes, ¿Salvaría a mi padre, por favor?”.
“¿Cómo?”.
Amber se sintió más confundida.
“¿Salvar a su padre?”.
“Sí”.
Amber se rio entre dientes con incomodidad sin saber cómo reaccionar.
“Señorita, su padre está enfermo. ¿Por qué vino a buscarme? No soy doctora. ¿Cómo puedo salvarlo? Usted es enfermera y sabe más de medicina que yo, por lo que debería ser más capaz de salvarlo, no tiene sentido que me busque. Por supuesto que, si su padre necesita una cirugía y no tiene dinero, puede ingresar al sitio oficial de la fundación benéfica del Grupo Farrell en el sitio web de la compañía y reportar su estado. Puede explicar su situación y le pagaremos la cirugía. Siempre y cuando esté verificada y aceptada, podemos ayudar a su padre”.
La fundación benéfica del Grupo Farrell se creó luego de que Jared se hizo cargo de la compañía. La organización benéfica ya había salvado a miles de personas hasta entonces.
No obstante, en la fundación no ayudaban ciegamente a todos, sino solo a aquellos que en verdad no podían pagar gastos médicos y a aquellas familias que eran amables y no tenían malos antecedentes. La fundación donaba el dinero sin vacilar si reunían ambas condiciones.
Ese era el motivo por el cual la mayoría de los ciudadanos apoyaban al Grupo Farrell, dado que la compañía ayudaba a las personas que lo merecían.
No eran una fundación benéfica que le robaba el dinero a otros ciudadanos y se lo embolsaban ellos mismos. Por esa razón, el Grupo Farrell se vio un poco afectado cuando incriminaron a Amber dos veces. Habían hecho bastante bien a los ciudadanos.
“No, no le pido que pague los gastos médicos”.
Rita negó con la cabeza con tristeza.
Amber frunció el ceño y preguntó de manera pensativa: “Si no es por los gastos médicos, ¿Qué quiere con exactitud?”
Rita apretó los puños con nerviosismo. Al final, pareció tomar una decisión. Sacó unas toallitas desmaquillantes de su bolso y comenzó a removerse el maquillaje con determinación. Amber no entendía lo que Rita hacía, pero tampoco la detuvo, sino que solo la observó con curiosidad.
Ante la mirada de Amber, las capas de maquillaje en el rostro de Rita poco a poco se difuminaron y desaparecieron. Amber abrió los ojos de par en par al ver los cambios que ocurrían frente a ella.
“Tú…”.
“Señorita Reyes”.
Rita se había removido todo el maquillaje. Como estaba de rodillas, se arrastró hasta Amber y la tomó de la mano.
Ella intentó retirar la mano, pero sus esfuerzos fueron en vano, dado que Rita la agarraba con bastante fuerza. A Amber jamás se le ocurrió que la persona que había ido no era una enfermera, sino Rita.
Esta le había rogado que salvara a su padre, pero ¿Quién era su padre? Era nada menos que Tadeo García. Además, esa no era la primera vez que iba a suplicarle ayuda, ya que, hacía unos meses atrás, también la había tomado de la mano y le había rogado que salvara a su padre.
En cuanto al método de rescate…
Naturalmente, era que Amber donara un riñón, a fin de cuentas, Tadeo sufría de insuficiencia renal y el único método que tenía para sobrevivir era con un trasplante de riñón, Rita no se había vuelto a contactar después de que Amber la echó en aquel entonces, lo cual hizo que creyera de manera errónea que se había rendido.
Por desgracia, había vuelto a aparecer de manera inesperada varios meses después.
Incluso se disfrazó de enfermera y entró de manera furtiva al lugar después de descubrir el paradero de Amber, luego, se arrodilló y le rogó una vez más que la ayudara. Era en verdad una imagen ridícula.
La expresión de desconcierto de Amber se transformó en una mueca de desagrado.
“Rita, ¿Acudiste de nuevo a mi porque quieres que done un riñón para salvar a tu padre?”.
La otra joven se mordió el labio y asintió con la cabeza.
“Si, Señorita Reyes. Usted es la única persona que puede salvar a mi padre. Así que, por favor… por favor, se lo ruego. Sálvelo. Por favor…”, dijo mientras se postraba en el suelo.
Amber se mantuvo impasible, a pesar de cómo Rita estaba postrada en el suelo frente a ella como lo hacía con las personas que merecían su amabilidad. No importaba lo generosa que fuera, jamás sentiría lástima por personas como la Familia García.
“Le ruegas a la persona equivocada”.
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