Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1603
Capítulo 1603:
“Nos dijiste que ella podría tener problemas para quedar embarazada en estos dos años y que era casi imposible; por eso no me cuidé”, respondió luego de fruncir los labios.
De lo contrario, él jamás habría pensado en embarazarla durante ese periodo. Al hombre le costaba imaginar el tormento que debía atravesar ella durante los siguientes ocho meses. Después de todo, el dolor ya era agonizante en esas primeras ocho semanas.
“Si, dije eso, pero los milagros ocurren”, expresó el hombre mientras se encogía de hombros.
“Sí, es cierto y no todos tienen la suerte de vivir uno”, contestó de manera apática.
Jamás habría imaginado que tendrían tanta suerte de vivir una situación así. Incluso Timoteo estaba sorprendido.
Si, los milagros ocurren, pero no pueden predecirse. Algunas personas rezan cada día para que ocurra uno y aun así no lo consiguen. Mientras tanto, Jared y Amber ni siquiera querían que sucediera, pero, de alguna manera, ocurrió. ¿Qué puede hacerse al respecto?
“En verdad es imposible ab%rtar a este niño, ¿No?”, preguntó de repente Jared.
“¿A qué te refieres? ¿Quieres que ella lo haga?”, dijo perplejo.
“Si este bebé le causa tanto sufrimiento y agonía, no me interesaría interrumpir el embarazo. Prefiero esperar a que ella esté recuperada por completo y luego pensar en tener un hijo en lugar de verla sufrir tanto”, explicó de manera sombría.
“Por desgracia, no tienes alternativa. El embarazo debe continuar; te comenté que, si decidían ab%rtar, debido a su estado de salud, ella no será capaz de concebir por el resto de su vida. Por eso, aunque este bebé le cause tanto dolor, no tiene otra alternativa. A menos que ella acepte no tener hijos en ningún momento de su vida ¿Pero crees que eso sea posible?”.
“¡Claro que no!”.
Jared bajó la mirada porque sabía la respuesta. Incluso en aquel momento, él sabía que ella continuaba sintiendo culpa por el bebé que ab%rtó en el pasado, por lo que era imposible que lo hiciera de nuevo.
“Mira, no sabes que decir porque conoces la respuesta. Deben continuar con el embarazo”, explicó Timoteo mientras volvía a guardar las manos en los bolsillos.
“¿Hay alguna manera de evitar que sufra?”, preguntó mientras lo observaba.
“No”, contestó sin siquiera dudarlo.
“A pesar de los avances en la medicina, ciertos aspectos continúan igual. Ella no tiene otra opción más que padecer el embarazo y dar a luz ese bebé. No te preocupes; nosotros intentaremos aliviarla en la medida que sea posible. Como dije, ella necesitará mucho reposo en cama en los próximos meses por su condición; no obstante, no esperaba que tuviera náuseas tan fuertes durante la mañana con tan solo ocho semanas de embarazo. Parece que tendrá que comenzar su reposo en este momento. De lo contrario, si su condición empeora, la probabilidad de ab%rtar será aún más alta, aunque hagamos un gran esfuerzo por estabilizar su embarazo”.
“Entonces, ¿Quieres decir que será mejor que la hospitalicen a partir de ahora para proteger al bebé?”, preguntó Jared con los ojos entrecerrados.
“Sí. Su cuerpo está demasiado débil y su útero no se ha curado. No puede salir y estar mucho tiempo de pie, de lo contrario podría ocurrir un accidente como un ab%rto e incluso podría provocar la muerte de ambos si no recibe atención médica a tiempo”, confirmó Timoteo.
Las pupilas de Jared se contrajeron.
“¿La muerte de ambos? Eso suena preocupante”.
“Sí, es muy probable que eso ocurra”.
Timoteo tenía una expresión seria y no parecía que estuviera bromeando en absoluto. Además, él nunca bromeaba.
“Por eso, sugiero que la hospitalicen ahora y comience el tratamiento de inmediato. Es lo mejor para ella y para su bebé”.
Jared cerró las manos en puños.
“Entiendo. Apenas salga, hablaré de eso con ella. Por favor, ayúdame a hacer los arreglos primero”.
“De acuerdo, ya me voy”.
Tras asentir con la cabeza, Timoteo se dio vuelta y se fue.
Al quedarse solo en el mismo lugar, Jared siguió mirando hacia las puertas grandes que estaban frente a él, apesadumbrado y muy preocupado, entretanto esperaba a que su esposa saliera.
Jared en ese momento se parecía a Amber, quien lo esperaba afuera cuando estaba en el quirófano en aquel entonces.
Después de casi dos horas de espera, ella finalmente salió. Mientras se sujetaba el vientre, Amber se acercó con el rostro pálido. Al verla, Jared corrió hacia ella y la abrazó.
“¿Cómo te encuentras? ¿Sigues sintiendo molestias?”.
Mientras la abrazaba, Amber sonó débil al decir: “Ahora me siento mejor, no tengo tantas molestias como antes”.
Jared la llevó a los asientos que estaban al costado.
“¿Cuáles son los resultados del control?”.
Apoyada en su hombro, ella cerró un tanto los ojos.
“Los resultados están bien. El médico dijo que los síntomas son tan fuertes que me afectó un poco y me hizo sentir mal. No es nada grave, la verdad”.
Solo después de oír eso, él pudo tranquilizarse un poco. Luego, le contó a Amber su conversación anterior con el Doctor Laguna.
“Timoteo sugiere que te hospitalicen cuanto antes y que descanses por el bien del bebé, lo cual también me gustaría que hicieras. De esa manera, será bueno tanto para ti como para el niño. ¿Qué te parece?”.
Aunque quería tomar la decisión directamente en nombre de ella, al final decidió no hacerlo porque respetaba su opinión. Tras escucharlo, Amber levantó la cabeza de repente.
“¿Me tengo que hospitalizar ahora?”.
“Si”, asintió mientras la miraba a los ojos.
Ella se mordió el labio inferior en señal de duda.
“Si me hospitalizan ahora, ¿Qué sucederá con Paradigma?”.
“Puedo enviar a alguien para que lo gestione por ti o puedes enviar a alguien tú misma, pero sea cual sea el método, deseo que te hospitalices. Tu situación ahora es muy peligrosa y Timoteo dijo que incluso existe la posibilidad de que mueran los dos”.
Entretanto apretaba los brazos alrededor de ella, la abrazó tan fuerte que era como si quisiera que sus almas se unieran en una.
Como si no fuera a haber dos muertes si él hacía eso. Sinceramente, Amber estaba sorprendida y asustada por lo que acababa de decir, por lo que su rostro se tornó aún más pálido.
“¿Por qué es tan grave?”, murmuró, parpadeando confundida.
Con la palma, le sujetó la nuca y le apoyó la cabeza en el pecho.
“Es porque tu cuerpo está débil y aún no te has recuperado del todo, por eso el embarazo es peligroso para ti. En tu estado actual, no puedes salir ni trabajar muchas horas. Cariño, espero que aceptes la hospitalización. No te preocupes por la compañía porque hay mucha gente capaz en este mundo. Aunque estés preocupada, a veces hay que dejar que todo fluya”.
Amber entreabrió los labios, pero no pudo hablar. Unos segundos después, suspiró.
“De acuerdo, me hospitalizaré”.
‘Tiene razón’, pensó.
‘La compañía puede ser importante, pero mi vida y el bebé son más valiosos’.
Además, la compañía se había estabilizado y no tendría grandes problemas por su ausencia prolongada. Por otro todo, si se preocupaba por eso e insistía en trabajar, no solo perdería a su bebé, sino que al final podría incluso perder la vida.
Por lo tanto, debería olvidarse de la compañía y no poner su vida y la de su bebé en segundo plano. Cuando aclaró su mente y aceptó, Jared relajó el entrecejo.
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