Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1579

Capítulo 1579:

Ella sonrió en respuesta, tomó un sobre de su bolso y se lo ofreció.

“Tome; esto es suyo”.

“¿Qué es esto?”.

Él tomó dubitativo el sobre y lo abrió.

“¿Dinero?”.

“Así es”, afirmó.

“Ya que Jared y yo nos hemos casado, debíamos preparar algunos regalos monetarios y bolsas de obsequios para nuestros amigos y familiares, para que todos puedan compartir la feliz ocasión. Eso es suyo”.

Mientras levantaba una ceja, miró el sobre que tenía en la mano y se asombró.

“Es la primera vez que recibo un regalo así”.

Desde que era joven, todos lo consideraban un monstruo y nunca querían acercarse a él. Sabía que era habitual que la gente hiciera regalos monetarios en ocasiones especiales, pero él nunca había recibido ni entregado ninguno y, lo más importante, nunca le habían importado esos asuntos.

Cuando Amber le dio el sobre, fue la primera vez que experimentó esa sensación; se sintió extraño y era un sentimiento que no podía describir, pero no le desagradó e incluso se emocionó. Tenía sentimientos encontrados.

De manera inconsciente, apretó con más fuerza el sobre, como si lo que estuviera sosteniendo no fuera dinero, sino algún tipo de gema preciosa. Amber se dio cuenta de su comportamiento y sintió pena por él.

“Me alegro de que le guste”.

“Me gusta mucho… gracias”, contestó después de guardarlo.

“Recuerde asistir a nuestra ceremonia de boda cuando la hagamos”, dijo ella con alegría para intentar animar el ambiente.

“Ya que me has invitado, es probable que vaya. De acuerdo. Hoy es su gran día, así que no los molestaré. Disfruten su tiempo juntos; además, aún él se está recuperando, así que solo abrazos y nada más”.

Ante eso, Amber se sonrojó y se sintió avergonzada.

Sonrió y le respondió: “No se preocupe. Lo tendremos en cuenta”.

“Me quedo tranquilo entonces; me retiro”.

Timoteo saludó y salió de la habitación.

Mientras tanto, Jared seguía enviando mensajes de texto a Cole y Sergio. De repente, soltó una risita victoriosa.

“Cole está muy frustrado y me está regañando”.

Le dio el teléfono a Amber para que leyera lo que le decía: [Jared Farrell, imbécil. ¿Cómo engañaste a Amb para que accediera?].

“¿Qué has dicho para que Cole se ponga tan nervioso?”, preguntó la mujer.

Había un brillo extraño en los ojos de Jared, pero pronto desapareció.

“No mucho; solo le dije que estamos casados. No puede aceptar la noticia”, contestó con calma.

“Mira, Sergio también contestó”.

Entonces, abrió su mensaje. Amber se apoyó en su espalda y miró por encima de su hombro para leer; era similar al de Cole.

El primer mensaje era el nombre completo de Jared, seguido de varios signos de exclamación para mostrar lo conmocionado, enfadado y dubitativo que estaba. Tras los signos había cuchillos ensangrentados y eso era todo. No obstante, el texto confirmaba que a Sergio no le agradó la noticia.

Saber eso hizo que Jared se sintiera feliz porque derrotar a su rival amoroso era motivo por el que valía la pena alegrarse. Luego, el hombre, al que nunca le había gustado conversar con los demás se dedicó a responderle los mensajes a Cole y Sergio.

Aunque lo regañaban y lo llamaban inhumano, nadie podía arruinar su buen humor. Desde la perspectiva de Jared, estaban enfadados por su impotencia, lo cual era cierto.

Pronto, Cole y Sergio dejaron de contestar al ver las noticias sobre el matrimonio de Jared y Amber. En ese momento, sintieron un fuerte dolor de cabeza y se quedaron atónitos; tardaron un largo rato en recobrar los sentidos.

Para Cole, que Amber estuviera casada de nuevo con Jared le provocaba una tristeza indescriptible, porque era la mujer a la que había amado desde joven. Durante más de una década, la amó y protegió.

Sin embargo, nunca consiguió conquistarla y convertirse en su pareja. Aunque sabía que era imposible que estuvieran juntos, decidió dejar de lado sus sentimientos y felicitarlos a pesar del dolor agudo que sintió al enterarse de la noticia del matrimonio.

Al fin y al cabo, era la muchacha a la que había amado desde joven, por lo que no podía olvidarse de ella con rapidez; de lo contrario, significaría que nunca estuvo en verdad enamorado de ella, Cole tomó su teléfono y se puso en cuclillas mientras lloraba.

La escena de un hombre robusto llorando desconsolado era desgarradora. Daniela no sabía qué había ocurrido y se limitó a ver cómo se derrumbaba tras mirar el teléfono. Por lo tanto, dedujo que estaba relacionado con Amber, porque solo ella podía afectar así al hombre.

La joven, mientras intentaba reprimir los celos y la tristeza, se tocó el vientre y se dirigió hacia Cole para consolarlo.

“Presidente Lara, ¿Está bien?”.

Estiró la mano para tocarle el hombro, pero él se levantó de golpe y la miró con los ojos enrojecidos, como si estuviera mirando a su enemigo.

“¡No me toques!”.

Aquel grito la conmocionó; se puso pálida y se quedó atónita en el lugar mientras lo miraba sin saber qué decir. Sin embargo, él no era consciente de que La había asustado, o tal vez sí, pero no se inmutó.

Tomó su teléfono y salió de la habitación. Al verse de nuevo abandonada, junto con el agravio que había sufrido antes, Daniela se angustió y comenzó a llorar.

Por otro lado, a Sergio no le iba mejor.

Después de recibir el mensaje de Jared y contestarle, se había sentado perplejo en el sofá como si hubiera perdido su alma y no se había movido desde entonces. David y el mayordomo, Leandro, estaban juntos y se preocuparon al verlo.

“Joven amo David, ¿Por qué no se acerca a consolarlo?”.

Leandro bajó la cabeza para mirar al niño y continuó en voz baja: “La mujer que su tío ama se ha casado hoy, así que no está de buen humor y necesita que alguien lo consuele. ¿Por qué no…?”.

“No”.

David levantó la cabeza de manera arrogante y se negó.

“¿Por qué?”, preguntó sorprendido.

“Él es el imbécil, ¿Por qué debería ir a consolarlo? No lo haré”.

David se burló.

“Es verdad; ya que ama a la señorita Amber, ¿Por qué no la persigue? No para de decir que la quiere, pero no hace nada por conseguirla. ¿Qué mujer le creería sino demuestra lo que siente? Solo las imbéciles estarían con un hombre como él”.

Mientras David criticaba a su tío, miraba a Sergio con desprecio.

“Aunque solo soy un niño, sé que, si alguien está enamorado de mí y quiere estar conmigo, esa persona va a actuar y me perseguirá; sin embargo, si solo habla, pero no hace nada por mí, no estaría con esa persona. Un hombre así no es de confianza, por eso digo que el Tío Sergio se hizo esto a sí mismo. Es inútil consolarlo”.

Leandro miró a David sorprendido.

“Joven Amo David, ¿Quién le enseñó eso?”.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar