Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1568
Capítulo 1568:
También sentía resentimiento hacia Jeremy; si no fuera por el hecho de que había envenenado a Amber, no habría asesinado a su hijo, que también era el hijo de Jared. Al final, decidieron ab%rtarlo, fue su decisión propia y no estaba relacionada con una persona ajena como Jeremy.
No obstante, este se entrometió y provocó la pérdida de su hijo no nacido. Por ese motivo, Jared detestaba al hombre y no podía creer que aún tuviera el descaro de llamar a Amber.
“Será mejor que tengas algo importante para decir”, dijo tras responder la llamada de forma inexpresiva.
Era evidente que Jeremy estaba sorprendido cuando escuchó la voz de Jared, pero pronto recuperó la compostura y sonrió.
“Oh, ¿No es el esposo de Amber, Jared?”.
Jared arqueó una ceja, dado que se quedó atónito por cómo Jeremy se refirió a él.
‘No es alguien que me llamaría el esposo de Amber’.
No obstante, pronto se dio cuenta de que no era el verdadero Jeremy, puesto que este estaba enamorado de Amber y detestaba a Jared con todo su ser. No había forma de que lo llamara el esposo de Amber, por lo tanto, era la segunda personalidad de Jeremy quien hablaba, no el verdadero.
‘No puedo creer que su segunda personalidad siga a cargo de su cuerpo. ¿Por qué no ha logrado recuperar el control de su propio cuerpo? Qué hombre inútil’.
“Ve al grano; no está cerca de mí”.
Jared frunció el ceño con impaciencia; sin embargo, no despreció a Jeremy por llamarlo el marido de Amber; era evidente que le agradaba esa forma que usó para dirigirse a él.
Al otro lado de la llamada, el joven estaba sentado tranquilo en el sofá; su atuendo de roquero le daba un aspecto agresivo y despiadado, que contrastaba con su apacible personalidad principal, que era la de alguien bueno actuando y que, bajo la fachada de sus modales impecables, escondía su naturaleza malvada.
Por otro lado, la segunda personalidad de Jeremy era más directa, ya que le demostraba a todo el mundo que era malvado; ni siquiera se molestaba en ocultar su verdadera forma de ser.
Mientras levantaba el teléfono con una mano, jugaba con una cadena con la otra, se relamió los labios y pregunto: “¿Dónde está Amb?”.
“¿Por qué lo preguntas?”.
Mientras hablaba, a Jared le palpitaban las sienes.
‘¿Amb? ¡Qué forma más extraña de llamarla! Aunque Jeremy siempre insiste en que ella es solo una amiga, sé que está enamorado de ella. ¿Qué hay de este hombre con el que estoy hablando ahora? ¿La segunda personalidad también ama a Amber? Si es así, ¡Le daré una lección!’.
“Debo hablar con ella. ¿Por qué crees, sino que la estoy buscando? ¿Podría seducirla?”.
Jeremy se rio con malicia.
La expresión de Jared se ensombreció de inmediato y cortó la llamada
‘Lo sabía. A la segunda personalidad también le gusta Hojita; debe haber sido influenciada por su personalidad principal. ¡Qué barbaridad!’.
“¿Qué sucede?”.
Cuando Amber terminó de lavar el cuenco y salió de la cocina, vio al hombre apretando el teléfono con furia; él la miró disgustado.
La mujer, desconcertada, se limpió las manos con una toalla y se acercó.
“¿Qué ocurre? Di algo. ¿Quién te ha enfadado tanto? Mírate; debes tranquilizarte. Le daré una lección a esa persona en tu nombre. Si te vuelves a enfermar, nadie podrá ayudarte”.
Le acarició el rostro y lo calmó como si fuera un niño; no podía ser de otra manera porque, para ella, un hombre enfermo era igual que un niño. Cuando se enfadaba, la ignoraba y ella se preocupaba por su corazón.
Por lo tanto, solo podía ser paciente para que no volviera a sufrir un infarto o, de lo contrario, sería ella la que se pondría ansiosa.
“Era Jeremy”, contestó mientras le entregaba el teléfono.
En cuanto Amber oyó el nombre, se puso eufórica.
“¿Jeremy?”.
Lo tomó de inmediato.
“¿Qué ha dicho?”.
“No mucho. Dijo que necesitaba hablar contigo, pero no estaba dispuesto a decirme de qué se trataba. Como tal, corte la llamada”, respondió con sinceridad, pues no pretendía ocultarle nada.
Amber estaba perpleja.
“¿Por qué hiciste eso? Podrías haberme pasado el teléfono”.
“No es el verdadero Jeremy; sigue siendo su segunda personalidad. Es un hombre terrible, así que es no deberías hablar con él”, continuó sin dejar de mirarla.
‘La personalidad principal tampoco es buena’; pensó mientras tanto.
Cuando Amber oyó que se trataba de esa personalidad, ya no estaba sorprendida y se disipó su emoción. De todos modos, no pensaba volver a llamarlo.
Al fin y al cabo, aún creía que la segunda personalidad era una persona totalmente distinta y no el verdadero Jeremy; aunque se había separado de la principal, tenía su propia forma de pensar y su conciencia y, como tal, era un ser distinto. Por lo tanto, insistió en que era un extraño en lugar de su amigo Jeremy.
“¿No quieres llamarlo?”.
Cuando Jared la vio dejar el teléfono, esbozó una sonrisa; era evidente que estaba contento. Sin embargo, preocupado porque ella pudiera descubrir lo que pensaba, volvió a ponerse serio. Aunque sus movimientos fueron rápidos, Amber lo vio.
“Sonríe todo lo que quieras. ¿Qué sentido tiene reprimir la risa?”, comentó luego de poner los ojos en blanco.
“Me descubrió”.
Jared tosió y esbozó una sonrisa.
“No, no voy a llamarlo. No es mi amigo, así que tienes razón al decir que probablemente no debería hablar con él. Lo que quiera decirme, no es asunto mío”.
Luego, guardó el teléfono en su bolso.
“Se está haciendo tarde. Te ayudaré a ir al baño”.
“De acuerdo”, asintió.
Amber se acercó y levantó el edredón; luego, acercó la silla de ruedas y lo ayudó a levantarse de la cama. Cuando consiguió sentarlo en la silla, le llevó al baño.
A pesar de estar enfermo, podía lavarse solo. Por lo tanto, no necesitaba la ayuda de Amber, solo que ella lo llevara al baño y él se encargaría del resto. Por su estado, no podía ducharse, así que solo se limpió el cuerpo con una toalla mojada.
Mientras tanto, podía lavarse el rostro y cepillarse los dientes, ya que podía mover bien las manos.
Al principio, ella estaba preocupada, así que se ofreció a ayudarlo. Ya se habían desnudado uno frente al otro, así que se conocían muy bien los cuerpos; incluso podían ubicar los lunares del otro.
Por eso, Amber no se sintió psicológicamente agobiada cuando se ofreció a ayudarlo a lavarse. No obstante, el hombre la rechazó.
En primer lugar, aún podía moverse, así que no estaba paralizado; no necesitaba la ayuda de nadie. En segundo lugar, estaba en una silla de ruedas, por lo que le resultaba difícil moverse con libertad.
Si dejaba que lo ayudara, ella vería su lado indefenso. Después de todo, no quería mostrar su impotencia delante de la mujer.
La mujer no conocía la verdadera razón de Jared para rechazarla; solo pensaba que él no quería que ella se agotara, así que intentó convencerlo hasta que se dio cuenta de que no podía hacerlo cambiar de opinión.
No le quedó más remedio que rendirse. Aunque permitió que el hombre se aseara solo en el baño, no se atrevió a alejarse de la puerta. Le preocupaba no poder oírlo si se caía al suelo y pedía ayuda.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar