Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1566

Capítulo 1566:

Rita no podía aceptarlo.

La recepcionista seguía sonriendo.

“Así es, señorita. Eso fue lo que la Presidenta Reyes dijo”.

“¿Cómo podría negarse a verme? ¡¿Acaso le dijiste que vine a verla?!”, exclamó.

“Por favor, deje de insistir, Señorita García. Ha estado aquí todo el tiempo, así que debió haber escuchado lo que le dije a la Presidenta Reyes. No hay manera de que no le haya informado de su presencia. Ella no quiere verla, así que tendrá que retirarse”.

La recepcionista le indicó que se fuera.

“¿Y qué si me niego a irme e insisto en ver a la Presidenta Reyes?”, dijo Rita entre dientes.

La sonrisa de la recepcionista desapareció.

“Señorita García, si insiste en quedarse aquí, los guardias de seguridad de la Compañía Paradigma no son tontos”.

“Tú…”.

Rita no esperaba que la mujer amenazara con echarla con los guardias de seguridad. En ese momento, se encontraba en un dilema.

La recepcionista volvió a sonreír.

“Por favor, retírese, Señorita García”.

Rita la fulminó con la mirada y se dio la vuelta para irse. la recepcionista la observó mientras se marchaba y puso los ojos en blanco antes de seguir trabajando.

Después de salir de la Torre Paradigma, Rita se subió a su auto, pero no se marchó. En su lugar, miró fijo el edificio de oficinas y decidió esperar que Amber saliera de trabajar. Fuera como fuera, tenía que verla ese mismo día.

Sin embargo, ella no sabía que en el instante que apareció allí, le informaron a Jared al respecto. El desconocía porque Rita había ido a Paradigma a buscar a Amber, pero suponía que no tramaba nada bueno.

Dado el estado de salud de Tadeo, no cabía duda de que Rita quería ver a Amber y hablar sobre su padre. En ese caso, lo más probable era que expusiera la verdadera identidad de Amber.

Jared frunció los labios y ordenó con desdén en el teléfono: “Haz que se vaya de ese lugar y asegúrate de que no tenga la posibilidad de acercarse a Amber”.

“Sí”, respondió el guardaespaldas.

Luego, guardó el teléfono y se acercó deprisa al auto de Rita antes de golpear la ventanilla.

La muchacha bajó el vidrio, ya que pensaba que quizás era un oficial que intentaba hacerle una multa por estacionamiento ilegal, así que lo miró con el ceño fruncido y estuvo a punto de decirle que se fuera.

Para su sorpresa, la persona no era un oficial de policía, sino que el hombre estaba vestido con un uniforme de guardaespaldas que le resultaba familiar, por lo que palideció al instante.

“Tú…”.

Luego, se percató de que los guardaespaldas de Jared habían rodeado su vehículo.

‘¿Qué hacen sus guardaespaldas aquí?’.

“Señorita García, ¿Por qué busca a la Señorita Reyes?”.

El hombre se quedó junto al auto y la miró con indiferencia.

Rita apretó el volante y separó los labios, pero no pudo decir nada. No podía decirles que quería pedirle a Amber que salvara la vida de su padre.

Estaba segura de que no viviría si les decía cuál era su verdadera intención. Si bien ella no quería que se expusiera su identidad, el desquiciado de Jared tampoco querría lo mismo.

Al ver que Rita guardaba silencio, el guardaespaldas insistió: “Por favor, responda mi pregunta, Señorita García”.

“P-para nada”.

Rita bajó la cabeza.

El guardaespaldas la miró con desdén.

“¿Intenta decir que vino hasta aquí sin ningún motivo en particular? Señorita García, le sugiero que sea honesta con nosotros, así ambos nos ahorramos un problema”.

La joven se mordió el labio.

“Te dije que no hay nada en particular que quiera hacer. ¿No lo entiendes? Vete. Me iré”.

Dicho eso, estaba lista para subir la ventanilla.

El guardaespaldas colocó la mano en el vidrio para asegurarse de que no pudiera subir la ventanilla. Al mismo tiempo, otro guardaespaldas rodeó el auto, se colocó del lado del conductor y abrió la puerta.

“¿Qué intentan hacer?”, exclamó Rita.

“No haremos nada. Solo queremos que se mantenga lo más alejada posible de este lugar”.

Luego, el guardaespaldas que abrió la puerta sacó a Rita del vehículo y la empujó al asiento trasero. A continuación, él se subió al asiento del conductor y se marchó.

A pesar de que Rita seguía gritando y diciéndole que la dejara ir, el hombre la ignoró y la llevó a la residencia García.

Después de bajarse del auto, él miró a Rita, que lo fulminaba con la mirada.

“Llegó a casa, Señorita García”, dijo sonriendo.

La muchacha estaba furiosa, de hecho, sabía que estaba en casa, pero no quería estar allí en ese momento. Sin embargo, no se atrevió a decírselo al guardaespaldas, así que solo pudo reprimir el resentimiento.

“Entre, Señorita García. Espero que no salga de la casa de ahora en más, hoy enviarán a sus padres a casa. De esta manera, los tres estarán reunidos”, dijo el hombre.

La expresión de Rita cambio.

“¿Qué acabas de decir? ¿Jared enviará a mis padres de regreso?”.

“Por supuesto”, asintió el guardaespaldas.

Mientras apretaba los puños, miró furiosa al hombre.

“Es Jared, ¿Verdad? Es su decisión, ¿No? Él sabe que mi padre no puede dejar el hospital. Es probable que fallezca poco después de que le den el alta. Sin embargo, aún quiere que mi padre se marche del hospital de forma precipitada. ¿Qué intenta hacer? ¿Alguna vez consideró el hecho de que él es el padre biológico de Amber, así como también su futuro suegro?”.

El guardaespaldas se mostró descontento.

“Por favor, tenga cuidado con lo que dice, Señorita García. No me importa si el Señor García está relacionado de alguna manera con el Presidente Farrell y la Señorita Reyes. Ellos no estaban relacionados en el pasado y es poco probable que lo estén en el futuro. Sin importar lo que diga, no tiene sentido. Solo quédese en casa de ahora en más. Haremos que algunas personas vigilen para asegurarnos de que no tenga la oportunidad de buscar a la Señorita Reyes”.

En cuanto terminó de hablar, el hombre se dio vuelta y se marchó. Rita se quedó quieta en el mismo lugar mientras le gritaba. El guardaespaldas la ignoró y aceleró el paso.

“¡Esa mujer está loca! ¡Su voz chillona es penetrante!”.

Se estremeció y comenzó a correr antes de desaparecer. Cuando llegó al hospital, le informó a Jared que había llevado con éxito a Rita a la residencia García.

Tras escucharlo, Jared preguntó con expresión impasible: “¿Descubriste por qué fue a buscar a Amber?”.

“Lo siento, olvidé preguntar”.

Sabía que había fallado su misión, así que bajó la cabeza.

Jared no tenía intenciones de culparlo, así que agitó la mano y dijo: “Regresa a proteger a Hojita”.

“Si, Presidente Farrell”.

El guardaespaldas asintió y se dio la vuelta para irse.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar