Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1548

Capítulo 1548:

Luego, el asistente miró a Jared notoriamente preocupado y le echó un vistazo a ella antes de marcharse.

Él había legado al hospital temprano en la mañana y solo la visitó después de ver a su jefe. Ya que los había visitado, no pudo quedarse más porque tenía que apresurarse a ir a la compañía para una reunión.

Cuando Jared aún estaba saludable, su carga de trabajo no era tanta. Sin embargo, dado que el Señor Farrell estaba indispuesto, eso significaba que Ben tenía que ocuparse de los asuntos de su jefe y de los suyos también.

En aquel entonces, él debía tener en observación a otros departamentos y pedir información actualizada a otras sucursales, pero en ese momento era peor. Saturado de trabajo, apenas podía hacerse un tiempo para visitarlos en el hospital.

Después de que Ben se fue apresurado, Amber se dirigió hacia el pabellón de Jared para hablar con él como lo había estado haciendo los últimos días. Aunque él aún no podía escucharla, eso no disminuyó su entusiasmo.

Esa vez, entre tanto le hablaba, levantó la cabeza para mirar al hombre que estaba en terapia intensiva y vio que movió un dedo.

En ese instante, se quedó pasmada y en silencio, ya que pensó que había visto mal, entonces rápido se frotó los ojos antes de echar otro vistazo. En efecto, el hombre había movido el dedo.

La mujer se quedó boquiabierta mientras lo miraba, emocionada. No pudo controlar su entusiasmo que comenzó a temblar; entre tanto, le caían lágrimas por el rostro.

“Alguien, por favor… Despertó, ¡Despertó!”.

Se olvidó por completo del botón de llamada para avisar a enfermería, así que corrió hacia allí gritando que Jared estaba despierto.

Pronto, el personal médico que la había oído corrió a su lado, con Elías tomando la delantera. En cuanto Amber lo vio, se apresuró a tomarlo del brazo, emocionada.

“Doctor Lansdale, ¡Jared movió un dedo! ¿Esto significa que se está despertando? ¿Va a despertar pronto?”.

El médico le dio una palmada en el hombro para calmarla.

“Si todo marcha bien, se despertará muy pronto”.

“¡Oh, Dios mío! ¡Esto es maravilloso!”.

Lo soltó y juntó las manos, sumamente feliz.

Su felicidad fue tan evidente que todos la vieron.

“Bueno, quédate aquí mientras lo reviso”, le dijo Elías y se dirigió a grandes zancadas hacia la unidad de terapia intensiva.

Amber asintió con entusiasmo.

“Si, tiene razón. ¡Deprisa!”, lo instó y él entró con su equipo médico, entretanto ella observaba ansiosa, sin apartar los ojos de Jared.

Al cabo de un rato, vio que el hombre abría lentamente los ojos. En ese momento, sintió que las lágrimas rodaban por sus mejillas.

Sin embargo, se tapó rápido la boca con las palmas para no hacer ruido, preocupada por si distraía al personal médico de su trabajo.

‘Está despierto’, pensó.

‘¡Por fin se despertó! ¡Gracias a Dios!’

Sin duda, Elías enseguida vio que Jared abrió los ojos y pestañeaba. No obstante, aunque estaban abiertos, no sucedió nada después de eso. Ni siquiera los movía confundido y era evidente que sus pupilas no estaban enfocadas, ya que solo miraba al techo aturdido.

Una enfermera, que estaba desconcertada, dijo: “¿Qué le sucede? ¿Por qué parece que está desorientado?”.

Elías se rio y contestó: “No está desorientado, sino que está somnoliento por los efectos de la sedación. Algunas personas pueden presentar una de estas pocas situaciones cuando despiertan de un coma largo. Algunas abrirán los ojos antes de que recuperen la conciencia y otras vuelven en si antes de que se recuperen físicamente. Luego, tenemos a los afortunados que se sentirán como si acabaran de despertar tras un largo sueño”.

“Entonces, ¿El Presidente Farrell es el primer caso?”, señaló la enfermera.

Amber no pudo oír su conversación, ya que se encontraba afuera, pero al darse cuenta de que no había ocurrido nada más después de que Jared abriera los ojos, la emoción y la alegría se disiparon.

La joven empezó a pensar demasiado en el asunto, dado que no tenía experiencia con pacientes en coma, por lo que su inquietud incrementó.

‘¿Qué le sucede? ¿Acaso no está despierto? ¿Por qué tiene los ojos abiertos, pero no reacciona a otros estímulos? ¿Qué demonios está ocurriendo?’

A pesar de la ansiedad que sentía, se contuvo para no irrumpir y exigir respuestas. En vez de eso, permaneció afuera, pero el pánico hizo que tuviera pensamientos perturbadores.

Mientras tanto, Elías miró a Jared de manera desagradable.

“De verdad, parece un idiota así. Es una verdadera lástima que no pueda tomar una foto de esto como chantaje”.

¡Qué increíble sería si pudiera! ¡Valdría una buena cantidad de dinero! El resto del personal médico no pudo evitar poner los ojos en blanco ante el terrible comportamiento de Elías.

‘Doctor Lansdale, aunque usted no tenga miedo del Presidente Farrell, ¡Nosotros sí!’, se quejaron para sus adentros.

Sin embargo, sin duda ninguno de ellos se atrevió a decirlo en voz alta porque Elías era famoso por sus excentricidades.

Si sabía lo que pensaban en secreto, desde luego se lo tomaría como un desafío y haría justo lo que temían. Por lo tanto, era mejor fingir que no habían oído nada mientras seguían evaluando los signos vitales del paciente.

Pronto, Jared comenzó a parpadear y mostró signos de consciencia; ya no parecía una persona desorientada. A medida que empezó a concentrarse en la gente que se movía a su alrededor, hubo una señal de consciencia conforme pasaba el tiempo.

Enseguida, sus ojos dejaron de estar en blanco e intentaba comprender lo que ocurría.

Elías, sin duda, vio personalmente su lenta pero constante recuperación de conciencia, así que elevó las cejas y dijo: “Oh, ¿Quieren ver esto? Este hombre ya volvió en sí”.

Fue lo primero que oyó Jared al despertarse. No sabía por qué estaba allí ni por qué estaba en una camilla. Solo sabía que su cuerpo le pesaba y que estaba tan rígido que apenas podía moverse, aunque quisiera.

Además, se sentía desconectado de su cuerpo, ya que no podía controlarlo en absoluto. A pesar de todo, reprimió el pánico y se obligó a mirar con detenimiento a su alrededor.

Cuando se quedó mirando el techo blanco, una idea cruzó su mente; aun así, quiso aclarar su conjetura mientras movía los labios, entonces habló con una voz casi inaudible: “¿Dónde estoy?”.

“En el hospital”, dijo Elías sin apartar los ojos de la carpeta del paciente.

Solo entonces Jared se dio cuenta de que había otras personas a su alrededor y comprendió, en efecto, que estaba en el hospital en el momento en que posó los ojos en el rostro apático de Elías.

‘Un segundo. ¿Qué demonios estoy haciendo otra vez aquí?’.

Confundido, cerró los ojos e intentó recordar los acontecimientos que lo habían llevado a la cama del hospital. Casi de inmediato, una gran cantidad de recuerdos inundaron su mente.

Después, recordó que Amber y él estaban en problemas. Alguien los había encerrado en la fábrica e incluso había prendido fuego al edificio con la intención de quemarlos vivos. Durante ese tiempo, inhaló una cantidad considerable de humo, lo que provocó que le fallara el corazón.

También recordó haberse desmayado después de vomitar sangre y no recordaba nada de lo que había ocurrido después. Sin embargo, en ese momento estaba en el hospital; por lo tanto, estaba vivo y se encontraba bien, lo que significaba que alguien los había rescatado.

‘Pero ¿Dónde está la Pequeña Maple?’.

Preocupado, abrió los ojos de golpe y un rastro de ansiedad se visualizó en su rostro mientras levantaba el cuello e intentaba levantarse por fuerza de voluntad.

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