Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1547

Capítulo 1547:

A veces, le hablaba a través del cristal a pesar de no recibir respuesta por parte de él. En otras ocasiones, le leía las noticias de Internet en su teléfono; no se detenía, aunque Jared no podía escucharla.

Por otra parte, en los últimos días, habían surgido algunos temas. Los dos titulares más importantes anunciaban la quiebra de las familias Jones y Kampwerth. Eran noticias antiguas y todo el mundo sabía que esas familias estaban acabadas.

Después de todo, Jared se había dado por vencido con los Jones, que habían ofendido a tantos otros en el pasado mientras lo utilizaban como escudo.

En el instante en que el Señor Farrell se deshizo de ellos, ignoró el hecho de que los enemigos del pasado de la Familia Jones aprovecharían, por fin, esa oportunidad única para vengarse de ellos.

El mero hecho de que Norah fuera una asesina causaría un daño devastador a los negocios de su familia; por lo tanto, el declive de los Jones era un acontecimiento que todo el mundo podía prever, por eso no fue sorprendente cuando los expulsaron de la alta sociedad.

Lo mismo ocurrió con la Familia Kampwerth.

Debido a que tuvieron las agallas de retener descaradamente la indemnización de los empleados e incluso los obligaron a salir a la mar bajo condiciones climáticas tan terribles sin respetar la ley, no había duda de que habían estado involucrados en actividades ilegales en el pasado.

Además, al conocerse la noticia del delito menor de los Kampwerth, los furiosos internautas pidieron a las autoridades que investigaran a fondo los negocios de la familia.

Para calmar la ira de los ciudadanos, las autoridades se ocuparon e hicieron todo lo posible. De esa manera, los exasperantes actos de los Kampwerth se fueron descubriendo uno a uno.

Una vez que las autoridades tuvieron pruebas suficientes, dieron la orden de congelar sus activos y confiscaron todas sus propiedades. Endeudada, la familia no tuvo otra opción más que declararse en bancarrota.

Una vez que se resolvió el asunto, les ocurrió otro incidente absurdo. Abrumada por la impactante deuda, Rafaela se marchó; abandonó a Diego en estado vegetativo y a Anabela que estaba discapacitada.

Al final las grandes familias se derrumbaron; entonces, era seguro decir que los Kampwerth terminaron arruinados. Debido a que Diego y Anabela iban a continuar con sus vidas, y eso no era asunto de nadie, Amber tampoco se molestó en hacer un seguimiento de su situación.

Además de esos dos titulares, había una noticia importante y otra no tanto que aparecieron de repente. Amber le leía toda la información relevante a Jared durante su visita.

Por ejemplo, las dos familias que podrían considerarse los criados de Norah también tenían varias propiedades incautadas por las autoridades a raíz de una advertencia anónima. No obstante, Amber sabía que eso en realidad era obra de Jared.

Una vez que confiscaron las propiedades, ellos inevitablemente ya no pertenecían a la clase alta, sino a una familia de clase media baja, con casi ninguna probabilidad de volver a ser los de antes. Bastaba decir que los habían expulsado de las familias de clase alta en Olkmore.

Mientras tanto, se rumoreaba que las dos mujeres, a las que sus familias habían expulsado, fueron a la estación de policía a presentar una denuncia contra Norah. Por supuesto, Amber aún no había averiguado lo que decía la denuncia y tampoco se molestó en indagar.

Todo saldría a la luz una vez que el juicio de Norah comenzara, así que no tenía sentido que desperdiciara sus recursos en algo así.

Después de la caída de los Jones, el Viejo Señor Jones por fin abrió los ojos. Sin embargo, cuando se enteró de la situación de la familia y de que Norah estaba acusada de asesinato, volvió a desmayarse a causa de un derrame cerebral.

No obstante, como Ben había asignado a alguien para que estuviera al pendiente de él en secreto, recibió los mejores cuidados médicos después de desmayarse y le salvaron la vida para luego darle su merecido.

Aunque el Viejo Señor Jones tenía dificultades para hablar y una movilidad reducida debido al derrame cerebral, no era diferente de otros hombres de su edad.

En cualquier caso, Jared había mencionado que antes de que terminaran de investigar sobre el Profesor Booth, no se permitía que el Señor Jones entrara en un estado paralítico y mucho menos que muriera antes de tiempo.

De lo contrario, ¿Cómo podría cumplir su condena en prisión?

Con la edad del Viejo Señor Jones, aún le faltaba mucho para que lo indultaran para cumplir condena por vejez. Por supuesto, estaba inquieto bajo custodia y seguía insultando a Jared de todas las maneras posibles.

Aunque Amber no se molestó en visitarlo, podía imaginar tal escena por la detallada descripción de Ben. En conclusión, el Viejo Señor Jones de ese momento ya no era un sabio hombre mayor y no sería exagerado compararlo con un anciano malvado.

Por otro lado, Amber continuó; hablaba de todo, pero a la vez de nada, dado que Jared no podía escucharla.

Al final, se marchó con el corazón apesadumbrado después de que la enfermera fuera a recordarle que su horario de visitas estaba a punto de terminar. Por ello, no vio que el hombre en la UCI había movido un dedo cuando ella se marchó, y dejó de hacerlo justo después.

Al día siguiente, luego de desayunar, justo cuando iba a visitar de nuevo a Jared, recibió una llamada inesperada de la policía. Resultó que Yésica estaba a punto de salir de prisión.

‘¡Pero si ni siquiera está cerca la fecha de su liberación!’, pensó malhumorada.

No ocultó su perplejidad ante la situación y le preguntó a la policía por qué la habían liberado antes de tiempo; se enteró que la habían puesto en libertad gracias a su buen comportamiento.

Para su sorpresa, el encargado de la prisión le habló de la contribución de Yésica. Aunque estaba involucrada de forma indirecta, la recompensaron por su comportamiento. Por lo tanto, la liberarían antes de tiempo y la fecha se fijó en tres días.

Amber se burló mientras guardaba el teléfono con un golpe suave.

‘¿Quién hubiera pensado que Yésica tendría tanta suerte? Pero su liberación está lejos de ser algo terrible. Parece que puedo llevar adelante mi plan’.

Justo cuando lo estaba tramando, apareció Ben. Aunque ya no iba con tanta frecuencia como antes, que era un par de veces al día, seguía viendo a Jared al menos una vez.

“¿Sucedió algo, Señorita Reed?”, preguntó al notar la mirada penetrante de Amber.

Ella negó con la cabeza e ignoró su preocupación; entonces, respondió: “Oh, no es nada. Acabo de enterarme de que pondrán a Yésica en libertad pronto”.

“¿Yésica?”.

Al principio, no supo quién era.

Luego, mientras pensaba, al final recordó a esa mujer y susurró sorprendido: “¡¿Por qué la liberan antes de tiempo?!”.

Amber se encogió de hombros con impotencia, pero no pensó ocultarle la verdad, sino que le explicó la situación.

Enseguida, Ben frunció el ceño al comprender la razón detrás de la pronta liberación de Yésica.

“¿Cómo puede tener tanta suerte? ¿Buen comportamiento? ¿Ella?”.

“Quizás está bendecida por Dios”.

La mirada de Amber reflejó burla, pero pronto desapareció.

“De acuerdo, dejemos esto a un lado. Es bueno que salga de prisión. Podemos pedirle a Elías que la evalúe para ver si puede concebir”.

‘Necesito que dé a luz un heredero para la Familia Reed’, pensó.

“Señorita, ¿Quiere que envíe a alguien a vigilarla para que la traigan hasta aquí apenas la liberen? De esa forma, podemos evitar que se escape”, sugirió.

Ella asintió.

“Ah, es buena idea. Por favor, hágalo. Tendré que molestarlo con eso, Señor Ben”.

“Es muy sencillo, solo tengo que hacer una llamada telefónica. No se preocupe, le haré saber cuándo esa mujer ponga un pie fuera de la prisión”, contestó con una mirada tajante, pero lo disimuló con sus anteojos.

“Grandioso, gracias por su ayuda”, dijo.

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