Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1526

Capítulo 1526:

No obstante, incluso si no morían quemados, si no salían pronto, terminarían rostizados por el calor insoportable de las llamas contra las paredes de metal, o podían asfixiarse por el humo. En resumen, no importaba la opción, si nadie iba a salvarlos, los esperaba la muerte.

Amber había entrado en pánico desde el principio. Aunque el calor no era suficiente para rostizarlos vivos y el humo no era tan denso como para asfixiarlos hasta la muerte, no podía tranquilizarse.

También sabía que el pañuelo en su mano no duraría mucho y que debía mojarlo en agua de manera constante. Sin embargo, todavía no era necesario y podía seguir usándolo, así que no se sintió asfixiada.

Entonces, ¿Por qué Jared tosía tanto? ¿Era por la diferencia de materiales? ¿El pedazo de tela se había secado tan rápido que no servía?

Era muy probable.

“Déjame verificar”, dijo y tocó la tela.

Para su sorpresa, seguía húmeda y no se había secado ni un poco. Eso significaba que la permeabilidad era excepcional.

“Utiliza este”, le dijo mientras le entregaba el pañuelo.

El hombre, sin embargo, no quiso hacerlo.

Apretó con más fuerza su tela y se negó a tomar el pañuelo. Eso la puso nerviosa y la enojó al mismo tiempo.

“Jared Farrell, deja de pensar en mi ahora que estamos en esta situación. Mira cuanto estás tosiendo”.

Tosía tan violentamente que su rostro estaba pálido. Si continuaba así, ella temía que pudiera toser sangre como sucedía en las películas.

¿Qué debía hacer si eso sucedía y no llegaban sus hombres a salvarlos? No era médica y tampoco sabía cómo manejar una situación así. Por otro lado, Jared levantó la mirada y le sonrió a Amber de manera débil.

“Está bien. Es mejor si toso solo yo y no lo hacemos los dos”.

“Eso no servirá. Estoy bien ahora; hablaremos de lo demás después. Tú eres quien no está en condiciones ahora, así que deberías tomar esto para cubrirte el rostro. Jared Farrell, ¿Me escuchas?”.

Amber le gritó mientras le insistía y sacudía la mano.

Quería mover la mano que tenía sobre la nariz y boca y colocarle el pañuelo, pero, antes de que pudiera hacer eso, el hombre comenzó a toser peor que antes. Jared comenzó a toser sangre, como ella temía.

Amber entornó la mirada mientras se asustaba al ver la sangre en el piso.

“Sangre…”, murmuró, con voz temblorosa.

No podía entender por qué le ocurría eso a Jared.

‘¿Por qué hay sangre? Solo tosió un par de veces antes’.

Aunque tosió con mucha violencia, no fue suficiente para comenzar a toser sangre. En las películas, las personas que tosían sangre tenían cáncer de pulmón o alguna disfunción, pero Jared no es ese caso.

¿Cómo empeoró tanto que comenzó a vomitar sangre por el humo? Amber estaba aterrorizada y entró en pánico.

“¿Por qué estás vomitando sangre, Jared? Por favor, no me asustes”.

Al ver la expresión nerviosa de Amber, Jared movió un poco la boca, intentando tranquilizarla de que todo estaba bien, pero, tan pronto como la abrió, volvió a vomitar sangre. Tenía un dolor tan agudo en el pecho que su cuerpo comenzó a temblar.

Al mismo tiempo, sintió tanto frio que le costaba respirar.

Amber gritó aterrorizada al ver de nuevo la sangre.

¿Por qué estaba vomitando de nuevo?

“Jared, ¿Qué te sucede?”

En un completo estado de pánico, abrazó su débil cuerpo intentando apretar puntos acupunturales. Desconocía la razón por la que vomitaba sangre. Lo único que podía hacer era aplicar un procedimiento simple de primeros auxilios.

Aunque era consciente de que esa técnica no ayudaría a Jared por el estado en el que se encontraba, decidió que era mejor que no hacer nada.

Él, por otro lado, se apoyó en los brazos de Amber mientras pestañeaba con debilidad.

No había podido anticipar esa situación tampoco, pero estaba consciente de la causa de eso. El humo denso había viajado por sus pulmones hasta su corazón. Los pulmones y el corazón estaban conectados, y este había quedado mal cuando cayó por el acantilado y golpeó el agua.

Aunque la superficie del agua era blanda y una caída de mucha altura no lo mataría, esta se endurecería debido a la presión en el instante en que una persona u objeto la golpeara desde una gran altura.

Esa era la razón por la cual los clavadistas tenían magulladuras en el cuerpo y se veían como si los hubieran golpeado.

Ese episodio había sido el que más había perjudicado el corazón de Jared.

Elías dijo una vez que el corazón de Jared era incapaz de ser expuesto a cualquier tipo de contaminación y que no estaba en condiciones de empeorar ni un poco.

Sin embargo, el humo que había inhalado contenía muchos químicos. Todos esos eran contaminantes y no se podía permitir empeorar su situación cardíaca.

Como resultado, su corazón dañado quedó sobrecargado y comenzó a mostrar síntomas.

Al principio, Jared pensó que lo peor que podría pasar era que sintiera dolor, pero, de manera inesperada, comenzó a toser sangre.

Parecía que esa vez, además del estado aterrorizado de Amber, Jared era incapaz de mantener su problema cardíaco en secreto.

Sonrió con amargura; después, levantó la mano para acariciar el rostro de Amber con la intención de calmarla y recordarle que se cubriera el rostro. Si no, también se asfixiaría.

No obstante, y a pesar de dar su mejor esfuerzo, el dolor insoportable en su pecho lo agobió al punto de no poder moverse. Ese dolor era peor que la muerte, por eso las personas que lo sufrían preferían que las sacaran de su miseria.

Antes de que su mano tocara el rostro de Amber, el dolor en su corazón lo dejó sin fuerza en las extremidades y su mano cayó al suelo.

Jared estaba en brazos de Amber y comenzó a toser con tanta violencia que se quedó sin aire. Tenía la mirada borrosa y ya no veía con claridad. Amber comenzó a llorar al ver su estado frágil; estaba preocupada.

“Jared, ¡Despierta! ¡No te duermas! ¿Me escuchas? ¡No puedes dormirte!”.

Estaba aterrorizada de que, si caía inconsciente, no pudiera volver a abrir los ojos, como las películas mostraban. Si solo se estuviera asfixiando por el humo y no tosiera sangre estaría menos preocupada.

“¡Por favor, Jared! No cierres los ojos. Ábrelos y mírame. ¡Por favor!”. Amber sacudió su cuerpo con impotencia.

Jared escuchó su ruego y percibió su miedo. De verdad deseaba escucharla y abrir los ojos, pero los párpados eran demasiado pesados. Sabía que la había decepcionado esta vez.

Si la suerte no le sonreía, sería su final, pero si tenían un poco de suerte y lograban salir de allí, esperaba que Amber no estuviera enojada con él. Después de todo, no se rehusaba a abrir los ojos a propósito.

Jared se desmayó en brazos de Amber. Si no fuera porque tosía esporádicamente, Amber habría pensado que había fallecido. Aunque seguía con vida, estaba preocupada por su condición porque no estaba segura de cuanto soportaría.

Incluso podía sentir que estaba muy enfermo. Con Jared en brazos, gritó desesperada: “Por favor, ¿Hay alguien ahí? ¡Por favor, ayúdenos!”.

Deseaba que hubiera alguien afuera en ese momento para salvarlos. Al mismo tiempo, se arrepentía de estar allí y de que Jared la hubiera acompañado.

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