Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1525
Capítulo 1525:
Jared le apretó la mano.
Al escucharlo, Amber respiró con dificultad en silencio, incapaz de refutarlo, ya que lo que dijo tenía sentido.
“Entonces, ¿Quién crees que sea?”. Como había corrido por toda la fábrica e inhalado mucho humo, se sentía mareada y se sentó en el piso.
Todas las salidas estaban bloqueadas, por lo que era mejor sentarse y conservar lo poco que les quedaba de fuerza mientras esperaban que llegara ayuda. Mientras tanto y antes de que ingresara el fuego, podían intentar averiguar quién estaba detrás de eso.
‘Debemos sacar el mayor provecho de esta situación’, pensó Amber sonriendo con amargura.
Cuando Jared la vio sentada, no dudó en seguirla. Aunque era un poco germófobo y nunca se hubiera sentado en el piso por elección, esa era una situación desesperada. Como era de esperarse, no podía ser inflexible.
Después de acomodarse, le respondió a Amber: “No estoy seguro. Tengo demasiados enemigos, ya sean rivales empresariales como familias acaudaladas, pero si debo reducirlos en número, solo hay un par de personas que podrían ser sospechosas. Una de ellas es Connor y los demás son la Familia Jones”.
“Connor y los Jones”, repitió Amber, bajando la cabeza.
Jared se acomodó la tela húmeda y continuó: “No es muy probable que sea la Familia Jones. Están en una posición compleja y apenas pueden lidiar con ella, así que no tienen mucha energía para tratar conmigo. Eso deja solo a Connor. Aunque sigue en el hospital, pudo pedirle a alguien más que hiciera el trabajo sucio, así que es el más sospechoso”.
Amber asintió, pensando que tenía sentido.
“En realidad, creo que podrían ser mis enemigos, como la Familia Gardner”.
“No creo que sean ellos”.
Jared sacudió la cabeza.
“¿Por qué lo dices?”
Amber lo miró, dudosa.
“El equipo de investigación ha estado observando al Grupo Trident. Estuvieron a punto de irse, pero perjudiqué a la Familia Gardner al contarle a los investigadores sobre el asunto del colapso de la mina de hace varios años. Aunque aún no encontraron pistas y evidencia concreta, Trenton se descompensó del miedo y pánico, por lo que ingresó al hospital hace unos días. De acuerdo con Ben, no le darán el alta en un tiempo, ya que está a la espera de un donante de riñón. A no ser que encuentre uno, tendrá que esperar a morir en el hospital. Ahora que Trenton no está consciente, no tiene la fuerza para lidiar contigo. Y Makayla está enfocada en él, así que tampoco tiene el tiempo ni la inteligencia para atacarte”.
“Así que esa es la situación”. Amber asintió.
“No lo sabía”.
Por alguna razón, le dolió el pecho al escuchar que Trenton moriría en el hospital.
Sin embargo, ese sentimiento desapareció tan pronto como llegó, y no se sintió triste.
“¡Incluso si no son los Gardner, ¿Qué hay sobre la otra persona? Me refiero a Makenna, que ha estado escondida hasta ahora”.
Amber cerró el puño. Tenía el presentimiento de que fuera ella.
Al escuchar su nombre, Jared entrecerró los ojos.
“No es imposible, pero aquí está el problema: Nuestra decisión de venir a la fábrica fue espontánea. Esas personas no pudieron saber que vendríamos aquí con anticipación, así que no pudieron provocar el incendio. Después de todo, la gasolina debió ser transportada con anticipación y escondida. Con el tamaño de la fábrica, debieron usar una cantidad considerable de gasolina y necesitaban un auto para transportarla. Si la persona nos estaba siguiendo, es poco probable que no hayamos escuchado su auto. E incluso si lo escuchábamos, habríamos salido a mirar. Para entonces, ¿No habría fallado su plan?”
Amber se sobresaltó por sus palabras.
“¿Estás diciendo que no escuchamos a ningún auto, porque ya habían transportado la gasolina antes de que llegáramos? ¿Y que la razón por la que hicieron eso es debido a que esa persona sabía hace mucho que vendríamos aquí?”
“No está nada mal…”.
Jared asintió.
“Esa es la razón por la que esa persona debe ser cercana a ti. Sabía de antemano que planeabas venir aquí y prepararon todo”.
“Una persona cercana…”.
Los ojos se le pusieron rojos por el humo.
“Muchas personas cercanas sabían que vendría aquí. Además de mi actual secretaria, el encargado de la fábrica también”.
“Entonces, eso significa que uno de ellos fue quien filtró la información”.
Jared hizo una mueca.
Al escuchar eso, Amber apretó Los puños con más fuerza; incluso las uñas se enterraron en sus palmas mientras decía: “Ellos… me traicionaron”.
“No es necesariamente una traición; también es posible que alguien haya escuchado de casualidad que vendrías y lo hayan contado. De cualquier forma, sabremos lo que pasó con exactitud cuando salgamos de aquí”.
Jared intentó que Amber relajara las palmas y le aseguró: “No te lastimes. No hay medicamentos aquí; si se infecta, solo te perjudicarás”.
“Lo lamento”.
Se mordió el labio mientras sentía autodesprecio.
“Parece que fui yo quien te trajo a este problema. La persona que incendió la fábrica sabía mi itinerario y vino tras de mí”.
“Como ya dije, eso no es necesariamente verdadero”. Jared sacudió la cabeza.
“Todos saben que voy a tu compañía a diario para llevarte o buscarte, así que, para vengarse de mí, alguien pudo poner un espía cerca de ti. La persona detrás de esto sabía que yo iría a la tarde; es posible que hayan traído la gasolina antes para ver si venía contigo, y, si lo hacía, eso significaba que su plan sería exitoso. Si no venía, podían llevarse la gasolina. Las probabilidades son de cincuenta/cincuenta. No había razón para que no lo intentaran, solo en caso de que mordiera el anzuelo y ellos tuvieran éxito”.
“Pero…”.
Amber hizo una mueca.
Aunque sentía que tenía un punto, ella tenía el presentimiento de que ella era el objetivo, pero no lo dijo en voz alta.
Sabía bien que, si lo hacía, él encontraría la forma de culparse a sí mismo para animarla y que no se sintiera culpable.
‘¿Qué puedo decir de este hombre?’
Amber se sentía conmovida y culpable. La expresión de Jared de pronto se tornó pálida y comenzó a toser.
Ella volvió en sí y controló si estaba bien.
“¿Qué sucede, Jared?”, preguntó con prisa.
Él tosió un poco más antes de girarse a mirarla. Estaba pálido, pero le sonrió.
“Estoy bien. Me ahogué por el humo nada más”.
“¿Te ahogaste por el humo?”.
Miró a su alrededor.
De hecho, el fuego no había entrado, pero quizá no era necesario. Después de todo, toda la fábrica era de metal y el fuego no podía quemarlo; por ende, no debía preocuparse de que ella y él se incineraran vivos.
Se acababa de dar cuenta de eso; de otra forma, el fuego habría entrado hacía mucho y no le habría tomado tanto tiempo avanzar.
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