Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1523
Capítulo 1523:
“Ya que la edificación está terminada, ¿Eso significa que el museo también está listo?”, preguntó Amber mirando hacia el museo.
Sin embargo, estaba demasiado lejos y no era visible para ellos. Jared dijo: “¿No lo sabes todavía? El museo está abierto desde hace bastante, es probable que hace un mes. Incluso hubo una inauguración”.
“¿En serio?”, pregunto Amber, sorprendida.
“No lo sabía. No escuché nada sobre ello”.
“Está bien si no lo hiciste. No es tan importante. Vamos, demos una vuelta así podemos irnos lo antes posible. Seguro pronto te dará hambre”. La tomó de la mano y la guio a la entrada de la fábrica.
“¿Tienes las llaves?”
“Por supuesto. ¿Piensas que vendría sin llaves?”
Se rio por su respuesta.
“Bueno, me equivoqué”.
Cuando llegaron a la entrada principal, Amber sacó la llave de la verja eléctrica y la colocó. Las puertas de la fábrica se abrieron con lentitud en ambas direcciones. Al ver eso, no pudo evitar exclamar: “Es muy tecnológico”.
“Solo es una verja eléctrica normal”, comentó Jared después de observarla.
Estaba acostumbrado a verlas, por lo que no estaba sorprendido como Amber.
Ella le puso los ojos en blanco, pensando que estaba fanfarroneando. Aunque estaba acostumbrado, no era el caso de ella.
‘Como sea. No me molestaré. Si vuelve a hablar como un fanfarrón, me quedaré sin palabras’. Al pensar en eso, soltó su agarre de la mano de Jared y caminó entre la maquinaria gigantesca y las largas líneas de ensamble.
Mientras observaba la maquinaria moderna, sintió una satisfacción inexplicable. Después de todo, había trabajado duro para lograr todo lo que estaba mirando. En el pasado, nunca habría pensado que sería capaz de eso.
“¿Qué piensas? Mi fábrica se ve bien, ¿No?”.
Corrió hacia adelante y se giró con los brazos abiertos mientras sonreía con alegría.
Al ver su entusiasmo, el hombre la miró con amabilidad y satisfacción.
“Demasiado bien diría yo”.
“Aunque no se compara en escala a ninguna de las sucursales del Grupo Farrell, creo que nos expandiremos algún día”.
“Pienso igual”. Jared caminó hacia ella y la abrazó.
Amber también lo rodeó con sus brazos, apoyándose en su cuerpo mientras disfrutaba su calidez. Sin embargo, percibió de pronto aroma a gasolina y frunció el ceño.
“¿Qué sucede? ¿Por qué hay aroma a gasolina?”. Se apresuró a soltarse y miró alrededor para encontrar de donde proveía el olor.
Jared también lo había percibido y entrecerró los ojos. Amber se acercó a la máquina más cercana y grande y la olió.
“Es extraño, no es como si esto estuviera perdiendo gasolina tampoco”.
Sus palabras tomaron a Jared desprevenido y soltó una risita.
“Está utiliza aceite, no gasolina”.
Amber se quedó en silencio, incómoda; pero su expresión se tornó seria de nuevo.
“Si esta máquina solo utiliza aceite, ¿Por qué hay olor a gasolina?”.
“El olor proviene de allá”. De pronto, Jared señaló la entrada de la fábrica.
“Vamos a echar un vistazo”. Mientras hablaba, se movieron hacia la dirección que había señalado.
Jared estaba por seguirla cuando percibió algo y caminó en la dirección opuesta.
Consciente de que no la seguía, ella continuó caminando y dijo: “Tienes razón, el olor se siente más fuerte…”.
“Oye, ¿Qué es eso?”
Amber se detuvo en seco mientras miraba una luz roja que provenía de las ventanas sobre la entrada de la fábrica.
Su expresión se ensombreció de inmediato.
“¡Es fuego!”
“¡Alguien incendió la fábrica!”.
Abrió grande los ojos y empalideció.
¿Quién provocó el incendio?
Estaba segura de que no era un accidente y alguien lo había provocado.
Después de todo, no había fuentes de encendido a la vista cuando entraron.
Además, el hedor fuerte a gasolina solo podía ser causa de un incendio provocado.
Alguien había intentado incendiar su fábrica o quería asesinarlos a ellos, pero ¿Quién podría ser?
Se le vinieron a la mente los rostros de varias personas, pero no estaba segura de quien podría haber sido. Sin embargo, el asunto más importante no era investigar al causante, sino buscar una forma de salir.
Aunque el fuego permanecía afuera de la fábrica y no se había esparcido hacia adentro todavía; era solo cuestión de tiempo hasta que los alcanzara. Por ende, debían salir lo más pronto posible. Si se quedaban mucho tiempo adentro, el fuego los alcanzaría o se sofocarían.
“Jared…”.
Amber se giró y lo llamó, pero no había nadie detrás suyo.
Jared no se veía en ningún lugar.
“¿Dónde se fue?”
Amber se sorprendió y se puso ansiosa. Sacó la llave de su bolso y la presionó en la entrada mientras gritaba a pleno pulmón, intentando abrirla.
Sin embargo, no importaba cuantas veces presionara el control remoto, las puertas no se abrían ni un centímetro; no parecían funcionar. Al ver eso, entró en pánico. Bajó la cabeza y miró la llave en su mano.
“¿Qué sucede? ¿Está rota?”.
Sin embargo, la luz verde mostraba que funcionaba. El problema se hallaba en la puerta y que la cerradura había sido dañada por alguien.
Cuando ingresaron más temprano, las puertas funcionaban con normalidad, pero, en ese momento, estaban destruidas, lo que significaba que la persona que había iniciado el fuego las había roto también.
En ese punto, Amber estaba al borde del llanto. Si las puertas no se abrían, quedarían atrapados adentro.
No obstante, había esperanza.
La entrada principal no era la única vía de escape; había otras formas de salir por atrás o los lados y también había ventanas, muchas de ellas.
“No es posible que quien haya provocado el incendio también haya destruido todas las salidas. Pero antes de eso, debo localizar a Jared. ¿Dónde demonios fue?”
“¿Dónde estás, Jared?”.
Amber apretó la mano mientras lo llamaba con expresión preocupada.
Entonces, por fin recibió una respuesta a su llamado. La voz de Jared resonó detrás suyo.
“Estoy aquí”.
Amber se apresuró a girarse; después de verlo acercarse con expresión seria, suspiró aliviada y le pregunto: “¿Dónde fuiste? ¿Sabías que hay un incendio afuera?”.
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