Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1387
Capítulo 1387:
¿No están haciendo nada? Vaya, no puedo creer que el Señor Farrell desaprovechara la oportunidad. Sin duda, quiere hacer algo con la Señorita Reed, pero si no están haciendo nada, estaríamos perdiendo el tiempo aquí.
Todos intercambiaron miradas de decepción y perdieron interés en escuchar: Al final, se fueron. Adentro no se oía ni un ruido, así que pensaron que no sucedía nada; era inútil que siguieran escuchando a escondidas.
Si la pareja salía y se daba cuenta de que estaban haciendo eso, estarían en problemas.
Deberíamos irnos.
Amber y Jared no sabían lo que estaba ocurriendo afuera, ya que seguían concentrados besándose, solo en ello y en ningún otro asunto más. Era evidente que no se escuchaba nada ruidoso: Los únicos sonidos que había era su respiración entrecortada y un suave jadeo, pero eran tan silenciosos como para que traspasaran las paredes, así que nadie los oía.
Por ese motivo pensaban que adentro no sucedía nada cuando, en realidad, la pareja se estaba besando apasionadamente.
Un rato después, Amber casi perdió todas sus fuerzas y comenzó a resbalarse, entonces por fin Jared la soltó. Tras eso, la sujetó por la cintura y tiró de ella un poco hacia arriba, así evitó que cayera al suelo.
Acto seguido, la llevó al tocador, donde se sentó; respiraba agitada. Amber estaba apoyada en el pecho del hombre, con los brazos apenas rodeándole el cuello. En un momento, miró detrás de él e intentó decir algo con los ojos llorosos, pero no pronunció ni una sola palabra.
Él la sujetaba por la espalda con una mano y con la otra, la cintura. Además, le apoyó la barbilla en el hombro mientras la abrazaba, entretanto a él se le dibujó una sonrisa de satisfacción.
Unos minutos más tarde, la joven descanso lo suficiente y, por fin, recuperó fuerzas; su respiración también se normalizó. Por lo tanto, soltó su agarre del cuello y puso las manos sobre los hombros de él mientras intentaba apartarlo, pero Jared la tenía abrazada y su fuerza no era suficiente para empujarlo demasiado; lo único que hizo fue apartarle la Cabeza.
En ese momento había unos cincuenta centímetros de distancia entre ellos, pero era suficiente para que ella pudiera mirarlo de cerca.
“Jared, me estropeaste el maquillaje” se quejó.
Notó que él tenía lápiz labial manchado en los labios, lo que la molestó, pero le hizo gracia al mismo tiempo. Se ve muy gracioso. Pienso que es bastante cómico que alguien le tomara una foto del rostro con la marca de un beso.
Jared miró a Amber; todo el lápiz labial había desaparecido y su tono natural quedó al descubierto. Los labios de la mujer parecían hinchados por el beso y tenían un matiz rosa más oscuro de lo habitual. Parecen relucientes, perfectos para un beso.
El fuego del deseo entusiasmó a Jared, pero tragó saliva. El tiempo se agotaba y Amber se enfadaría si seguía haciendo eso, así que descartó la idea de besarla; si hubiera sido en otro momento, lo habría hecho.
La mirada del Señor Farrell reflejó un atisbo de decepción, pero de todos modos le limpió los pequeños restos de lápiz labial.
“Lo siento. Te volveré a pintar los labios, ¿Eh?”, dijo con voz ronca.
Amber se quedó pasmada ante eso.
“¡Qué vas a hacer?” Lo miró con incertidumbre.
Estaba claro que dudaba de sus habilidades, ya que él nunca le había dicho que sabía maquillar.
Jared se dio cuenta de lo que pensaba y le molestó, así que tomó un paquete de pañuelos desmaquillantes y mordió una esquina mientras lo abre; fue un acto sencillo, pero hizo sonrojar a Amber. Jared lo abrió como lo haría con un paquete de profilácticos; usaban protección cuando pasaban la noche juntos.
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