Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1377

Capítulo 1377:

El hombre miró a Amber, al parecer pidiéndole permiso y, después de que ella le asintió, siguió a las secretarias y asistentes a la gran oficina y luego comenzó a empacar las pertenencias de Sheyla. Debido a que lo hicieron más rápido al trabajar juntos, en unos minutos, ya habían reunido todo y pusieron las pertenencias en dos cajas de cartón.

El hombre se agachó y las levantó; después de informarle a Amber, caminó directo al ascensor. Amber y Remi se quedaron de pie afuera de la oficina grande, viéndolo irse; Remi suspiró.

“Sé que Sheyla renunció en búsqueda de un futuro mejor. Es algo positivo, pero cuando la vi irse, sentí tristeza”.

Luego, se giró hacia Amber. Pensó que ella se sentiría igual, pero de forma inesperada, vio que fruncía el ceño en la dirección en la que el hombre se había ido.

“¿Qué sucede, Presidenta Reed?”

Remi echó un vistazo hacia allí y luego a Amber antes de preguntarle: “¿Sucede algo con el hombre?

De otro modo, Amber no tendría tal expresión.

La mujer sacudió la cabeza y luego asintió.

“No, es solo que siento que he visto a este hombre en algún lado”.

En un principio, había decidido ignorar esa idea, pero cuando lo vio irse con las cajas, sintió una sensación de familiaridad una vez más.

Como había tenido esa sensación dos veces, no creía que fuera un delirio. Por lo que concluyó que había visto a ese hombre antes, pero no podía acordarse a dónde.

“¿Lo ha visto?” Remi estaba sorprendida. “Pero eso es imposible. A menos que haya ido a casa de Sheyla, ¿Cómo puede haber visto al vecino?”

Amber sacudió la cabeza.

“Eso es exactamente lo que me está molestando. No he ido a la casa, pero siento que lo he visto antes; no estaría comportándome de esta forma si no fuera así”.

“Eso es extraño”. Remi se frotó el mentón. “Si seguimos la lógica, no podría conocerlo, ya que nunca fue a la casa de Sheyla. ¿Puede ser que lo haya visto en otro lado?”

“También lo creo, tal vez lo he visto en otro lado”, respondió mientras se frotaba la sien.

“Pero si el hombre puede llevar dos cajas grandes repletas, sin duda que es fornido.

También emite un aura inusual y no creo que sea un hombre común y corriente.

Luce más bien como un soldado o un guardaespaldas”, dijo.

“¿Guardaespaldas?”

Se reflejó en los ojos de Amber un dejo de inspiración, ya que se le ocurrió una idea en ese momento y abrió grande los ojos.

“Presidenta Reed, ¿Se acordó?” le preguntó enseguida al verla.

Amber asintió, un poco seria.

“Cuando mencionaste la palabra guardaespaldas, recordé que lo vi antes; fue en la compañía de Cole. En efecto, es un guardaespaldas; uno de Cole para ser exactos. Sin embargo, a él no le gustan que los guardaespaldas lo acompañen, así que por lo general se quedan en el Departamento de Seguridad de Compañía Lyon. Debo haberlo visto allí”.

“¡No puedo creer que sea el guardaespaldas del Presidente Lyon!” exclamó Remi, sorprendida. “¿Está segura, Presidenta Reed?”

“Sin ninguna duda”. Amber asintió con firmeza.

Remi, estupefacta, miró en la dirección en la que se había ido el hombre de negro y tragó saliva.

“¿No dijo que era vecino de Sheyla?

¿Ahora es el guardaespaldas del Presidente Lyon? ¿Está mintiendo?”

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