Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1376

Capítulo 1376:

Cuando los demás escucharon a su jefa, asintieron con la cabeza. Al darse cuenta de eso, el hombre no pudo evitar suspirar.

Después de todo, solo estaba allí para llevarse las pertenencias de Sheyla porque su jefe se lo había ordenado; nunca esperó que fuera una tarea difícil.

Como era una persona callada, no sabía qué responder. De lo contrario, no habría tardado tanto tiempo en dar explicaciones, pero, al ver que querían verificar su identidad, no dijo nada más y les hizo un gesto para que lo hicieran. Luego, permaneció en silencio.

Al ver que estaba tranquilo, Amber confió aún más en él; solo restaba que la secretaria confirmara la historia. Al cabo de dos minutos, la persona encargada de contactarse con Sheyla regresó con una expresión de incomodidad.

Cuando los demás le preguntaron si el hombre era una mala persona o no, se mostró avergonzada. Entonces, colgó el teléfono, miró al hombre y sonrió para disculparse.

“En cuanto a eso… acabo de llamar a Sheyla, pero no contestó porque debe ser de noche donde ella está. Así que llamé a su madre y me dijo que, efectivamente, Sheyla le había pedido a su vecino, que es él, que se llevara sus pertenencias. Incluso le pregunté cómo estaba vestido y respondió tal cual lo que está usando en este momento”.

Todos miraron avergonzados al hombre.

“Ah… en verdad es su vecino”.

“Parece que lo hemos malinterpretado”.

Sonrieron incómodas mientras hablaban.

En ese momento, Remi también regreso.

“Le he preguntado a la recepcionista, Presidenta Reed”, dijo Remi luego de observar al hombre. “Me han dicho que dice ser vecino de Sheyla y que viene a llevarse sus pertenencias.

Además, incluso les enseñó el mensaje que le había enviado ella y en verdad era su número de teléfono. No nos lo informaron, pero permitieron que ingresara de inmediato.

“Entiendo”.

Amber supo cómo había llegado hasta allí aquel hombre. Cuando Sheyla aún trabajaba como secretaria de ella en la compañía, era su mano derecha. Así que la recepcionista podía contactar directamente a Sheyla si alguien quería buscarla sin que Amber tuviera que permitirle el ingreso.

Dado que el hombre tenía el mensaje de texto que la joven le envió, solo debía esperar a que la recepcionista lo dejara entrar sin decir nada al respecto.

“No te preocupes; está aquí para ayudar a Sheyla. Acabamos de preguntárselo a su madre”, respondió Amber mientras le palmeaba el hombro de Remi.

Al oirla, la asistente suspiró aliviada.

“Así que es cierto; me alegro de que no sea un extraño. Sin embargo…”. Mientras hablaba, miró al hombre insatisfecha.

“Ya que tiene el mensaje de Sheyla, ¿Por qué no nos lo enseñaste?

Además, ¿Por qué no dijo que era su vecino?”

Los demás también estaban un poco molestos.

“Sí, nos hizo sospechar”.

El hombre sabía que también había sido culpa suya, así que les pidió disculpas.

“Siento no haberles mostrado el mensaje.

Sin embargo, dije que estaba aquí para llevarme las pertenencias de Sheyla, solo que ustedes no me creyeron.

Además, ustedes pensaron que yo era un criminal y quisieron llamar a la policía”.

Cuando los demás escucharon su explicación, no quedaron satisfechos con ella.

“¿Qué quiere decir con que no le creímos? Solo nos dijo que estaba aquí para llevarse sus pertenencias, pero no explicó que era su vecino y que ella le pidió ayuda. Así que, cuando un extraño se nos acerca y no tiene pruebas, no lo dejamos entrar, “¡Si!”

Al escuchar la explicación, el hombre supo que había sido un error suyo por no aclarar la situación; se sentía avergonzado y esbozó una sonrisa.

“Pido disculpas por eso. No soy muy bueno para comunicarme, así que…”

Antes de que pudiera terminar de hablar, una de las secretarias lo interrumpió.

“Está bien, deje de dar explicaciones. Ya que sabemos quién es, pase y llévese las pertenencias de Sheyla. No tenemos todo el día”.

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