Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1186
Capítulo 1186:
De hecho, Amber había tenido en cuenta eso cuando comenzó a tomar las medidas necesarias para renovar la planta de fabricación, así como también para pedir la máquina que ellos necesitaban.
Mientras la planta seguía en pleno proceso de reparación y renovación, el ensamblaje en curso de la máquina en ese lugar había obligado a Amber a seguir trabajando con Compañía Delta hasta que se produjo el desagradable incidente a pesar de su larga colaboración, lo que la consterno mucho.
Ya que las maquinas que la mujer había solicitado estaban en la aduana, Compañía Goldstone ya no necesitaría depender de otras empresas para producir los repuestos y los productos una vez que la buscaran.
Supongo que de esta manera solo es cuestión de tiempo para que Goldstone vuelva a cotizar en el mercado de valores. Cuanto más pensaba en ello, más apretaba los puños.
“Dile al Departamento de Logística que estén atentos a la agencia de aduanas. Quiero que llegue la máquina aquí lo antes posible, ¡Asegúrate de que nada salga mal!”
“No se preocupe, Presidenta Reed. La Señorita Dawson me lo explicó cuando me dejó a cargo de su puesto de trabajo”. Sonrió en respuesta.
“Incluso enferma, no puede dejar de pensar en sus responsabilidades. No puedo evitar compadecerme de esa pobre muchacha” contestó sonriendo.
“La Señorita Dawson es, en efecto, una empleada responsable”. Asintió con la cabeza.
“¿Ya terminaron la construcción de la planta de fabricación?” Amber la miró.
“Sí, pero todavía hay que hacer algunos pequeños ajustes y solo sabremos qué hacer cuando lleguen las máquinas. Al fin y al cabo, los obreros de la construcción solo tienen los bosquejos como referencia, lo que les dificulta decidir a dónde instalar la caja de circuitos y los ventiladores. Además, no sabrán qué tamaño debe tener cada una y cuánto espacio ocuparía cada ventilador hasta que vean el objeto real” contestó con los documentos en las manos.
“Entiendo. Voy air a la planta de fabricación para inspeccionar yo misma los avances, pero en cuanto a los pequeños ajustes, supongo que solo hablaremos de eso cuando lleguen las máquinas”. Amber se sentó en la silla.
La secretaria inclinó la cabeza, “De acuerdo”.
“Estupendo, ya puedes retirarte. Por favor, avisa también a nuestros accionistas y a los directivos de la reunión en breve”. Agitó la mano e hizo que atendiera sus órdenes, por lo que la secretaria asintió y se fue.
Después de eso, continuó sentada en la oficina durante un rato antes de comenzar a recopilar los documentos que necesitaba para más tarde. Después, salió y se dirigió a la reunión que duró casi tres horas; cuando terminó, era casi la una de la tarde. En ese momento, pudo oír el rugido de su estómago mientras se frotaba la barriga y volvía a su oficina con el ceño fruncido.
Apenas llegó, escuchó que sonó el teléfono que estaba en el escritorio antes de que pudiera pedirle a su secretaria que le llevara el almuerzo; por ello, decidió enviarle un mensaje de texto para que le comprara comida. Después de eso, lo dejó a un lado y contestó el intercomunicador.
“¿Hola?”
“Hola, Presidenta Reed. Llamo desde la recepción”. Se escuchó la voz radial de la recepcionista.
Amber elevó las cejas, preguntándose por qué la llamaría, Entonces, comenzó a sospechar que podría haber un asunto importante que tuviera que atender ella misma, como un invitado o algún paquete confidencial.
De lo contrario, la mujer se habría comunicado primero con su secretaria o asistente en lugar de dirigirse a ella directamente.
Al pensar en eso, se olvidó del hambre que tenía, se sentó derecha y habló con tono serio: “¿Qué ocurre?”
La recepcionista miró a Germán y habló por teléfono: “Hay dos invitados que dicen ser el presidente de Comunicaciones Jones y su asistente; les gustaría reunirse con usted”.
“¿El presidente de Comunicaciones Jones?” Entrecerró los ojos.
Amber frunció los labios, pues sabía la razón por la que el hombre estaba allí.
No puedo creer que alguien de esa familia esté aquí, pero nunca esperé que el propio presidente de Comunicaciones Jones viniera; seguro que vino por Norah.
“Presidenta Reed, ¿Le gustaría verlos?”
Volvió a preguntar.
No obstante, Amber no respondió de inmediato, sino que sostuvo el teléfono con una mano mientras golpeaba el escritorio con la otra; al parecer reflexionaba sobre la pregunta que le había hecho. Por otra parte, la recepcionista, que había oido los golpes, no se atrevió a entrometerse; se limitó a sostener el teléfono en la mano y a sonreírle a Germán en señal de disculpa, indicándole que esperara.
Por otro lado, el hombre se impacientó bastante por ello y respondió con una mirada apática. En el fondo, pensaba que Amber debía respetarlo, ya que se consideraba que estaba a la misma altura que Hugo en términos de jerarquía. De hecho, también pensaba que, al ser mayor que Jared, era motivo suficiente para que ella le mostrara un poco de respeto.
¿Dónde está la consideración de esta joven?
Debería venir a recibirme tras enterarse de mi llegada. En cambio, se toma su tiempo sin darme una respuesta positiva.
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