Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1185

Capítulo 1185:

Cuando volvió a la residencia en la Bahía de Kensington con Jared la noche anterior, Amber había recibido un mensaje de Sheyla en el que le solicitaba permiso para ausentarse.

En el texto, revelaba que en breve la iban a intervenir y que debía descansar durante quince días, Amber la autorizó, pero se olvidó de ello al día siguiente y, por eso, estaba incómoda.

“Presidenta Reed, esta es su agenda del día.

Por favor, échele un vistazo y avíseme sobre alguna cancelación o postergación que quiera hacer”. Le pasó el documento.

Amber hojeó los papeles y señaló dos asuntos de su lista.

“Anula estos. Son innecesarios, así que no perdamos el tiempo con eso”.

La mujer se inclinó para ver las cuestiones a los que su jefa se refería.

“Claro”.

“El resto seguirá como estaba previsto”.

Cerró la carpeta y se la devolvió.

La secretaria volvió a tomar el documento y respondió: “Por cierto, hay un asunto más. La máquina que ordenó del País K cuando fue allí hace unos meses ha llegado a la aduana”.

“Espera, ¿Qué? ¿Ya llegó?” Se le iluminaron los ojos de la alegría.

“Sí, la agencia de aduanas está tomando las medidas necesarias para acelerar el proceso de entrega. Una vez que haya pasado, podemos organizar que nuestra gente recoja la máquina de allí de inmediato” asintió.

“¡Grandioso!” Sonrió feliz, apenas conteniendo la emoción.

De hecho, Compañía Goldstone siempre había confiado en su colaboración con otras empresas para facilitar su proceso de fabricación hasta que una crisis financiera la afectó tanto que la gerencia tuvo que vender la planta y todas las unidades de fabricación para sobrevivir.

Sin embargo, los esfuerzos de los directivos no solo no lograron salvar a la compañía de la quiebra, sino que el padre de Amber falleció justo cuando unas personas desconocidas estaban adquiriendo las acciones.

Unos años más tarde, la situación por fin dio un giro para mejor cuando Cole, Jeremy y Leonardo volvieron a adquirir la compañía poco a poco, aunque la Familia Reed aún no había recuperado el control total.

Al mismo tiempo, aunque la Compañía Goldstone en ese momento estaba bajo el poder de Amber, ella era muy consciente del hecho de que su empresa todavía sufría la ausencia de su propia planta de fabricación y unidades de producción.

Después de todo, no se podía volver a adquirir esos equipamientos y bienes inmuebles tan fácilmente como las acciones, ya que solo se los podían comprar de nuevo a quienes los poseían en ese momento.

Por otro lado, Amber tenía la sensación de que sería difícil recuperar la propiedad de esos activos fijos; pensó que la razón por la que los compraron en primer lugar fue porque querian maximizar su capacidad. Por ello, le parecía problemático volverle a comprar esas máquinas a los nuevos propietarios, por lo que suponia que era casi imposible readquirirlas.

Debido a las circunstancias, Goldstone no tuvo otra opción que subcontratar a compañías de producción, especializadas en fabricación, como Delta y Redentor, ya que no contaba con su propia unidad. Sin embargo, Amber no tardó en darse cuenta de que no era conveniente que su compañía siguiera por ese camino, ya que tenía en cuenta la escasa influencia que tenía sobre las demás, lo que podría poner a la suya en desventaja algún día.

Su peor temor se hizo realidad cuando el contrato y vendió a sus espaldas los repuestos a Connor. Debido a ello, ya no confiaba en la subcontratación para la producción de su compañía, ya que pensaba que era más seguro que esta fuera interna.

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