Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1125

Capítulo 1125:

¡Dios santo! Están siendo cariñosos frente a mí.

¡Es tan romántico! Además, el Presidente Farrell es tan amable con la Señorita Reed. No es tan distante con ella como lo fue conmigo; esto debe ser a lo que se refieren en línea cuando dicen que solo es amable con una persona.

Como es de esperarse, un hombre debe preocuparse por su pareja como el Presidente Farrell; así ella se siente a salvo. No me gustan los hombres demasiado tiernos; los hombres como el Presidente Farrell son los más populares.

Con ambas manos en las mejillas, miró a Amber y Jared mientras sonreía, perdida en sus pensamientos. Su mirada soñadora fue difícil de ignorar; por eso, los dos se miraron antes de notar la diversión que sentían.

Después de eso, Jared bloqueó el teléfono y se lo devolvió a la muchacha.

“Lamento haber tomado tu teléfono. Toma”.

La muchacha lo tomó sorprendida antes de responder con timidez.

“E-está bien”.

“La asustaste”. Amber le dio un golpecito al hombro del Jared.

“No lo hice”. Frunció el ceño.

No le había hecho nada a la muchacha, además de mirarla con indiferencia.

Amber me está inculpando. Apretando los labios, la miró, ofendido. La muchacha se apresuró a mover las manos.

“Se equivoca, Señorita Reed. El Presidente Farrell no me asustó. Yo le temo, así que no lo culpe”.

“¿Me temes?” Su mirada se veía más espeluznante. “No te hice nada, así que, ¿Por qué me temes?”

La muchacha bajó la cabeza sin responder.

Por otro lado, Amber sonrió y explicó por ella: “No necesitas hacer nada. Tu presencia sola intimida a cualquiera”.

“¿Qué quieres decir?” Estaba molesto por ese comentario.

Lo miró y sonrió.

“¿Qué quiero decir? Mira tú expresión indiferente y lo intensa que es tu mirada.

Cualquiera pensaría que estás por darle una lección”.

¡Así es! La muchacha estaba de acuerdo con Amber.

Cerrando los ojos, Jared comenzó a dudar de sí mismo. ¿Soy tan intimidante?

“Cambiaré de ahora en adelante” respondió con calma.

Sin embargo, antes de que Amber le dijera que no, la muchacha respondió por ella: “No, Presidente Farrell. No tiene que cambiar. Es el mejor cuando trata a la Señorita Reed como si fuera la única persona en el mundo. ¿A quién le importa lo que piensen los demás? Quizá le teman, pero está bien siempre y cuando trate bien a la Señorita Reed. ¿No es así?”

La muchacha miró con expectación a Amber con las palabras elógiame- gravadas en la frente.

Como consecuencia, Amber levantó ambos pulgares hacia ella con satisfacción.

Al ver cómo le respondía, la muchacha sonrió tanto que sus ojos se achicaron. Mientras, Jared felicitó a la muchacha también.

“Tienes razón. Además, hiciste un buen trabajo reprendiendo a esas personas en línea”.

La muchacha no esperaba, ni hubiera imaginado que Jared la felicitaría. Por eso, no podía creerlo y se emocionó al escucharlo.

¡Dios mío! ¡El Presidente Farrell también me elogió! Es lo mejor que me pasó en la vida.

Al ver lo emocionada que estaba, Amber sonrió y sacudió la cabeza.

“¿De verdad estás tan feliz?”

“Lo estoy”. La sonrisa de la muchacha era enorme. “Solo vine aquí a comprar un refrigerio. Normalmente, no lo hago porque soy introvertida; pero nunca pensé que tendría tanta suerte de encontrarlos en la tienda de comestibles.

Además, veo lo bien que se llevan los dos. Creo que soy la única fan que pudo presenciarlo.

Sumado a eso, ambos me felicitaron, así que por supuesto que estoy feliz. ¡Incluso encantada!”

Después, saltó alrededor, emocionada con el teléfono en las manos. Recordó algo y se detuvo frente a Amber y Jared.

“Señorita Reed, ¿Ustedes viven cerca de aquí?

“Si”. Amber asintió.

“¿En verdad viven por aquí?” Le brillaron los ojos.

“Así es”. Amber volvió a asentir.

“Pero por la posición del Presidente Farrell, ¿No deberían vivir en una zona de personas más pudientes?” La muchacha señaló a Amber y después a Jared.

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