Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1098
Capítulo 1098:
El Capitán Hughes notó su comportamiento y se detuvo a su lado, mientras ella levantaba la cabeza y miraba la celda. El espacio adentro estaba divido en dos: La mitad tenía una mesa y silla, mientras que la otra parte tenía un barandal de acero. Adentro, había una cama con sábanas y nada más.
En ese momento, Alice vestía ropa naranja que le entregaban a Jos sospechosos y estaba recostada sobre la cama, gritando y llorando de dolor. Ya que sentía demasiado dolor, había cerrado los ojos y apretaba las sábanas con fuerza.
Su rostro estaba desfigurado en una expresión agonizante; se veía pálida y estaba cubierta de un sudor frio que le había humedecido el cabello. A su lado, había dos oficiales de policía cuidándola: Una la sujetaba y quería meterle una toalla en la boca para evitar que se mordiera su propia lengua, y la otra estaba agachada, ofreciéndole su medicación.
A Amber se le rompió el corazón al ver a Alice en tal estado, Su expresión se desfiguró y apretó las manos con fuerza en su pecho. No sentía lástima por Alice, pero era como si pudiera sentir el mismo dolor de Alice al verla.
Amber cerró los ojos, se giró con rapidez y se alejó. Después de salir del centro de detención, se detuvo, abrió los ojos de nuevo y exhaló hondo. En ese momento, se arrepentía de su decisión de visitarla porque podía sentir que le dolían las piernas de solo visualizar la imagen de Alice. Mientras se frotaba la sien, escuchó la voz del Capitán Hughes detrás suyo.
“Señorita Reed, ¿No va a saludar a Alice?
Se giró sonriendo.
“No lo creo. Creo que será más doloroso para ella si lo hago. Después de todo, soy quien la trajo aquí y está demasiado adolorida porque dejó de tomar su medicamento, Me odia ahora, así que no sería muy amable de mi parte ir a provocarla”.
Lo músculos faciales del Capitán Hughes temblaron al escuchar su excusa y, después de unos segundos, respondió: “Es tan amable, Señorita Reed”.
Aunque no sabía que se estaba burlando de Alice en secreto, el Capitán Hughes estaba de acuerdo en que a Alice no le gustaría ver a Amber y se volvería más violenta; una vez que eso sucediera, quienes sufrirían serían las oficiales de policía, así que era mejor que no entrara.
“La llevaré con el Presidente Farrell”.
“Gracias”. Asintio.
De camino hacia la oficina, vio a tres personas que se dirigían al cuarto de interrogatorios.
Igual que Alice, uno de ellos vestía de naranja y tenía las manos esposadas mientras dos oficiales lo sujetaban, Era evidente que era otro criminal que había cometido un crimen y al cual acababan de interrogar. Después de verlo, desvió la mirada y no le prestó mención al hombre mientras seguía su camino hacía la oficina del jefe.
De manera inesperada, la persona a quien sostenían los oficiales se sorprendió al ver a Amber. Después, abrió los ojos grande y se enderezó de pronto mientras se inquietaba.
En el próximo segundo, sintió una fuerza incontrolable que surgía en su interior y se movía hacia derecha e izquierda, soltándose del agarre de los dos oficiales detrás suyo mientras corría hacia Amber. Ese cambio abrupto sorprendió a todos en la escena e incluso una oficial que estaba de pasada gritó de la sorpresa.
De inmediato, el Capitán Hughes se adelantó y puso a Amber detrás suyo. Después, sacó su bastón aturdidor y apuntó contra el hombre que se movía a trompicones hacia ella.
Con expresión seria, gritó: “¡Quieto! Te ordeno que te detengas ahora mismo. Si das otro paso, utilizare esta arma contra ti”.
Detrás suyo, Amber se dio cuenta de que el criminal estaba yendo hacia ella y se quedó pasmada.
Por suerte, el Capitán Hughes la había movido detrás suyo y suspiró con alivio, tranquilizándose del susto.
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