Yo soy tuya y tú eres mío -
Capítulo 985
Capítulo 985:
«Estás aquí…» Matteo titubeó, buscando las palabras adecuadas.
Matteo se fijó en Raegan, de pie ante el cristal, consumida por una profunda tristeza. Parecía que Raegan tenía el corazón roto.
Era la primera vez que Matteo veía a Raegan fuera de la sala de Mitchel en los últimos días. Estaba desconcertado por su comportamiento.
En la escena del crimen, Raegan estaba tan abrumada que se había derrumbado, vomitando sangre. Ahora, parecía distante, sin haber visitado a Mitchel ni una sola vez hasta ahora. Simplemente no podía entender…
Raegan notó el desconcierto en los ojos de Matteo, pero decidió no dar explicaciones. No le importaba ser malinterpretada por ser indiferente a Mitchel. El bienestar de Mitchel era lo más importante.
«Matteo, ¿puedo entrar a verle?» En última instancia, Raegan quería despedirse en persona.
«Por supuesto», respondió Matteo.
Como Mitchel iba a ser operado al día siguiente, Raegan tuvo que ponerse un traje protector estéril antes de entrar.
Matteo se apartó pensativo, dando a Raegan algo de tiempo con Mitchel.
En la cama del hospital, Mitchel aún tenía varios tubos conectados por razones médicas.
Aunque separada por el pesado traje protector, Raegan se abstuvo de tocar a Mitchel, temerosa de interrumpir los tubos conectados. Sin embargo, el mero hecho de estar lo bastante cerca para verle le proporcionaba paz.
En ese momento, mientras observaba cómo subía y bajaba suavemente su pecho, Raegan se sintió conectada a los latidos de su corazón y a su respiración. Aunque no podía tocarlo físicamente, se sentía satisfecha. «Mitchel, sin mí a tu lado, espero que encuentres salud y seguridad. Es todo lo que deseo».
Mientras se preparaba para marcharse, Raegan pasó la mano por encima de la cara de Mitchel, imitando el movimiento de trazar repetidamente en el aire sus afilados rasgos faciales.
Había tenido la intención de no llorar, sino de despedirlo con alegres deseos de éxito en la operación, pero las lágrimas traicionaron su determinación. Grandes lágrimas caían, una tras otra, como perlas en cascada de un collar roto, fluyendo continuamente.
«Mitchel, lo siento…» Raegan apretó la mano contra el cristal, llorando desconsoladamente.
«Tengo que romper mi promesa. Ya no podemos seguir juntos. Debes cuidar de ti misma. Prométeme que, en esta vida, te mantendrás sana, segura y sin problemas, y que vivirás una larga vida.»
Después de pronunciar estas bendiciones entre lágrimas, Raegan se tocó suavemente el vientre y dijo: «Bebés, creo que queréis lo mismo que yo, que vuestro papá esté sano y salvo. Decid adiós a vuestro papi, ¿vale?».
Mientras Raegan hablaba, su vientre se agitó ligeramente. Se quedó inmóvil, temerosa de respirar demasiado fuerte. No estaba segura de haber sentido moverse a los bebés.
No hubo más movimiento en su vientre, lo que le hizo preguntarse si todo estaba en su mente. No dispuesta a dejarlo, volvió a intentarlo y dijo: «Bebés, si queréis saludar a vuestro papá, ¿podéis moveros otra vez, por favor?».
Cinco segundos después, Raegan sintió claramente que su vientre se movía una vez más. No se lo había imaginado. ¡Su vientre se movía de verdad! Los bebés reaccionaban a sus palabras y se despedían de Mitchel.
Los ojos de Raegan se llenaron de lágrimas mientras se acariciaba el vientre, embargada por la emoción. «Mis queridos bebés, esperemos que su operación salga bien mañana, ¿de acuerdo?».
Habiéndose quedado más tiempo del permitido, Raegan supo que era hora de partir.
Miró a Mitchel por última vez, con una mirada llena de profundidad y emoción. Se esforzó por grabar cada detalle de su rostro en su memoria y aferrarse a él para siempre.
«Mitchel, adiós…» Raegan se dio la vuelta de mala gana y no captó el repentino movimiento de Mitchel al abrir los ojos.
Sin embargo, dado su estado, Mitchel era incapaz de moverse, con la cabeza rígida, lo que no le permitía girarse para verla marchar. Sólo el olor familiar que llevaba Raegan permanecía en el aire, acelerando los latidos de su corazón.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar