Yo soy tuya y tú eres mío
Capítulo 1357

Capítulo 1357:

Las estrellas bailaron ante los ojos de Nicole y su cabeza dio vueltas. Por un breve instante, sus pensamientos quedaron en blanco.

Aunque se había mostrado optimista, en el fondo, Nicole no estaba segura de que el plan fuera a funcionar. En el peor de los casos, ambos morirían.

Por suerte, lo habían conseguido. Habían salido con vida.

A pesar de que el hombre se había desplazado, no soltó la mano de Nicole.

Agotada por la terrible experiencia, Nicole no se preocupaba por los pequeños detalles.

Simplemente se alegraba de que ambos hubieran sobrevivido.

Allí tumbada, todavía agarrada a la mano del hombre, Nicole la levantó en señal de victoria. «¡Lo hemos conseguido!» La felicidad era profunda y genuina, como la de los vencedores en una dura batalla.

En ese momento, se oyó el ulular de una ambulancia.

El rescate había llegado.

El camión de delante había conseguido ayuda y había llamado a una ambulancia lo antes posible.

El equipo médico llega y coloca rápidamente a Nicole en una camilla y al hombre en otra.

Nicole sintió una oleada de alegría y, mientras se la llevaban en la ambulancia, se volvió para mirar al hombre, con la intención de darle las gracias una vez más.

En ese momento, vio claramente la cara del hombre, ya limpia. Se fijó en sus marcadas cejas, sus ojos oscuros y sus finos labios.

No era otro que Jarrod.

De repente, las palabras de agradecimiento de Nicole se atragantaron en su garganta. ¿Cómo podía ser él? ¿Cómo podía ser…?

Una gran ola de desesperación la invadió. Era una broma tan cruel. Había salvado sin querer a su propio enemigo… Maldijo en silencio. Parecía una broma del destino.

Al mismo tiempo, Jarrod se dio cuenta de que Nicole le había reconocido. Gravemente herido y luchando tras inhalar humo, era incapaz de hablar.

Sus ojos oscuros se encontraron con los de Nicole, llenos de una mezcla de emociones que nunca antes había experimentado.

Estaba aún más aturdido y confuso que Nicole. Comprendió que Nicole no le hubiera reconocido antes y sólo intentara salvarle.

Había insistido e incluso arriesgado su propia vida para salvar a un desconocido a sus ojos. Cómo podía alguien ser tan desinteresadamente insensato…

Las puertas de la ambulancia se cerraron, impidiendo que se vieran.

Nicole se sintió abrumada por la crudeza de la realidad. ¿Por qué estaba Jarrod aquí? ¿Por qué había venido a rescatarla? ¿Por qué había acabado salvando a Jarrod?

No podía comprender nada y carecía de energía para seguir pensando. Lentamente, se quedó dormida…

Jarrod durmió durante un día y una noche enteros.

Cuando despertó, Alec lloraba junto a su cama. «Señor Schultz, por fin se ha despertado… ¡Me ha dado un susto de muerte!».

Jarrod se frotó la frente dolorida, todavía atontado por el sueño.

«¡Sr. Schultz, no puedo dejar que vuelva a correr semejante riesgo! Se enfrentaba a una banda de ladrones despiadados, docenas de ellos. ¿Cómo pudo enfrentarse a ellos solo?». Alec se había asustado de verdad esta vez.

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