Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 95
Capítulo 95:
Victoria ya se había reunido con Doña Berta en el comedor para desayunar, a lo que se le sumaron los dos hermanos.
Ellos saludaron a su abuela con un beso en la mejilla y Franco se dirigió hacia donde estaba Victoria.
Le tomó la mano y le beso los dedos.
“Buenos días, Vic, ¿Cómo dormiste?”
Preguntó sonriendo.
“Buenos días, Franco, mejor que nunca”
“Imagino que saldrán en unos minutos con la abuela rumbo a enloquecer a un puñado de empleadas de las boutiques”
Los hermanos rieron a carcajadas.
“Irán con el chofer, ¿Verdad?”
“Sí, Franco, no quiero que Victoria esté manejando por la cuidad, ya tiene bastante con elegir el vestido”
“Me quedo más tranquilo, porque será una locura ir de un lado al otro. Y, Vic…”
Franco tomó nuevamente la mano de Victoria y volvió a besarla.
“Recuerda lo que hablamos, busca el que te guste y sobre todo, te haga feliz”
“Pero dale alguna pista, Franco, de que es lo que a ti te gusta”
“Abuela, ella ya sabe lo que me gusta, ya se lo dije”
Y mirando a Victoria directamente a los ojos le preguntó.
“¿Verdad, chiquilla?”
Ella se sonrojó.
“Alto y claro”
…
El gran día había llegado.
Todo era una locura, gente que entraba y salía de la mansión con regalos que llegaban para los novios por su compromiso.
Victoria estaba sumamente nerviosa.
La noche anterior no había podido pegar un ojo.
Franco había tratado de dormir con ella, pero la joven había preferido rechazar su tentadora oferta.
Sabía que esa noche se comprometía con el hombre que la había alquilado como novia, pero no sabía que iba a pasar luego.
Durante todo el día lo había estado esquivando, pero al caer la tarde ya no puedo hacerlo.
Se encontraba en su dormitorio cuando unos golpecitos en la puerta la sobresaltaron.
“¿Puedo entrar, Vic?”
“Claro, Franco, ¿Desde cuándo pides permiso para entrar?”
“Desde que siento que me esquivas, como hoy”
Explico él.
“Es que estoy muy tensa”
Se acercó a ella y la tomó de las manos.
“No lo estés, hoy vamos a divertirnos”
Respondió él.
“No, Franco, no es así. No vamos a una fiesta cualquiera, vamos a comprometernos”
Ella derramó unas lágrimas.
“¿Que va a suceder mañana?”
Él la abrazó.
“Mañana nos sentaremos a conversar y resolveremos que hacer con nuestras vidas, pero no te adelantes, no sufras de ante mano, te lo ruego, disfruta y déjame disfrutar de nuestra noche”
Le tomó el rostro y la miró directamente a los ojos.
“A menos que te hayas arrepentido”
“Para nada”
Él sonrió.
“Entonces está todo dicho. Ahora te dejo, debo vestirme e ir a esperarte al Salón”
“Sí, tu abuela me dijo que yo debo cambiarme allí, ¿Me dices tú qué debo hacer?, por favor, estoy algo confusa”
“En el salón hay un lugar para que las novias se vistan, en este caso lo utilizarás tú, que eres la novia, allí te ayudan a vestirte y el estilista te peinará y maquillará, cuando estés pronta me avisas y voy a buscarte, porque a diferencia de las bodas, los novios entran juntos. Vamos a la fiesta y les cuento a los invitados que te pedí matrimonio y me aceptaste, te pongo el anillo y luego bailamos y comemos toda la noche. ¿Respondí tu pregunta?”
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