Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 94
Capítulo 94:
“¿Y a ti que te gusta, Franco?”
“¿A mí?”
“Sí, a ti”
Él sonrió de oreja a oreja.
“A mí, a mí me gustas tú”
Y salió de la habitación.
Victoria se tiró hacia atrás en la cama sonriendo como hacía mucho tiempo no lo hacía.
Cuando le dijo a él que subiera a su dormitorio era para pedirle que no se le acercara en los próximos dos días y que, inmediatamente luego del compromiso, iba a desaparecer porque ya no aguantaba más la situación.
Pero su decisión había cambiado y estaba dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias.
Luego de dar vueltas de felicidad en la cama, se levantó corriendo a la ducha, pues le esperaba un día muy duro.
Franco salió del dormitorio de Victoria, renovado, se sentía vivo por primera vez en su vida.
“Franco, te ves radiante, hermano”
Dijo Luciano cuando lo cruzó en el pasillo.
“Luciano, lo estoy”
“Bueno, me alegro por ti, hace muchos años, o en realidad no sé si alguna vez te vi tan feliz”
“¿Vienes conmigo a mi dormitorio?, quisiera que habláramos”
“Voy”
Los hermanos entraron a la habitación.
“Mmm… veo que tu cama está sin tocar y vienes del dormitorio de Victoria”
Dijo en tono burlón.
“Pues he pasado la noche con ella…”
“¡Anda, semental me saliste!”
“¡No seas idiota!, no es la primera noche que paso con ella, pero no le he tocado ni un pelo, solo nos abrazamos y dormimos”
“Ah… pero que románticamente dulces”
Acató su hermano con asombro.
“Pero no se trata de eso, se trata de otra cosa. Nunca hablamos de la muerte de papá y mamá”.
“Franco, no creo que sea el momento”
“Yo creo que sí, anoche la abuela me dio el anillo de compromiso de mamá para que se lo dé a Victoria”
“Se supone que es tu novia, ¿Qué hay con eso?”
“En realidad nada, pero nos pusimos a llorar con la abuela, nunca lo habíamos hecho juntos. Eso me hizo ver que contigo tampoco…”
“¿Quieres que lloremos por la muerte de nuestros padres en este momento?”
Le preguntó con asombro.
“Porque, si es eso, no me apetece. Pasaron muchos años y lloré lo que tenía que llorar”
“Lo sé, y no pretendo que lloremos juntos por eso, solo quiero decirte que lamento mucho no haber estado para ti en ese momento. Yo estaba muy perturbado, no me creí con el derecho de llorarlos…”
“Eso es porque les gritaste que los odiabas cuando salían. Te escuché y te aborrecí por eso durante un tiempo. Pero luego crecí y comprendí lo sucedido. Me dio mucha pena ver la carga que siempre llevaste, el no llorar, el ser el fuerte, el tratar de cuidarme, el responsable. Y yo siempre tan libre”
Franco lo abrazó.
“¡Uh, veo que estas muy sensible esta mañana!”
Rio pero se aferró al abrazo de su hermano.
“Luciano, no he sido lo que necesitabas, pero he sido lo que creí mejor. Siempre traté de ayudarte pero no te apoyé, te pido perdón por eso”
“Franco, eras un niño. Sé que te sientes muy maduro, pero solo tienes 5 años más que yo, crecimos al mismo tiempo. Anda, que no tengo nada que perdonar”
“Te quiero, Luciano, necesito que lo sepas – Siempre lo supe, así que tranquilo. Ahora cuéntame que está pasando entre tú y Victoria”
Franco se sentó en la cama.
“No sé bien, lo que sé es que me gusta tenerla en mi vida. No quiero que se vaya”
“Te dije que estabas enamorado de tu novia alquilada”
“Creo que sí”
“Entonces comprométete de verdad con ella mañana”
“No es tan sencillo”
“Franco, no la compliques. Tú la amas y ella te ama…”
“¡No sé si ella me ama!”
“¡Cielos, hermano!, eres él único que no lo sé da cuenta”
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