Victoria, la novia alquilada
Capítulo 78

Capítulo 78:

Victoria:

Debo reconocer que, aunque me intimidó un poco el desenfado con el que me lo contó, me sentí un poco celosa de esa prima suya.

Pues desde que lo conozco sueño con besarlo.

Pero sentir su cercanía y, aunque lo nuestro fuera de fantasía, decirme que era la elegida, me hizo sentir especial.

Él seguía contándome con lujo de detalle su primer encuentro se%ual, yo temblaba de cuerpo entero, pues no sabía a donde quería llegar, hasta que al fin lo dijo.

“Anda, chiquilla, cuéntame el tuyo”

“El mío no tiene nada de espectacular”

Tragué saliva y mis ojos se nublaron.

Entonces tomó mi barbilla.

“Mira, mi vida, sé que la tienes difícil con ese tema, así que si no quieres contarme lo entenderé. Pero sería bueno que empieces a sacar cosas de adentro, cosas que te hacen daño. Vic, es hora que seas feliz con un hombre”

Lo miré, y creo que con la mirada le pregunté si él era el hombre.

Así que suspiró y prosiguió.

“Luego que esto termine, tendrás que encontrar un buen hombre que te ame y respete como te mereces”

Otra vez el ‘cuando todo esto termine’.

De la nada brotaron lágrimas de mis ojos, bajé la mirada y traté de hacer lo mismo con mi cabeza, pero Franco no me lo permitió.

“No bajes la mirada, no te avergüences de nada, nunca fue tu culpa”

Me abrazó con fuerza y comencé a llorar.

Me sentía segura en sus brazos.

Era la única persona en el mundo que había logrado ese efecto en mi.

Cuando me estrechaba sentía que nada podía salir mal, que nadie podría hacerme daño, ni siquiera él.

Pero cuando me recordaba que era una farsa, que tenía caducidad, me rompía el corazón en miles de pedazos.

De pronto dejó su papel de señor intenso y se convirtió en un ser de suma dulzura.

“Ve, Vic, sentémonos un rato”

Nos sentamos en el césped.

Él recostó su espalda al tronco del árbol y me sentó entre sus piernas, haciendo que mi espalda se recostara a su pecho.

Coloqué mi cabeza un poco de lado para recostarme a su hombro y sentir su cara contra la mía. Me besó la mejilla por largo rato.

Yo estaba emocionada.

“Fue en el tercer año de secundaria”

Comencé mi relato.

“Estaba convencida de que tarde o temprano mi padrastro iba a salirse con la suya aunque fuera a la fuerza”

Sentí como sus brazos se tensaban y me abrazaba con fuerza.

“No quería que fuera el primero en tocarme. Así que lo hablé con mi mejor amigo, yo sabía que él estaba enamorado de mí, bueno lo enamorado que se puede estar a los 17 años”

“El amor no tiene edad”

Susurró entre mi cabello y luego enterró su nariz en él.

“Pero, perdona, continúa, ya no interrumpiré”

“Como te decía, hablé con él y se lo conté, yo tenía en aquel entonces 15 años recién cumplidos”

Tomé un respiro.

Recordar aquello me ponía nerviosa.

No por mi amigo, sino por los motivos que me había llevado a perder la v!rginidad con él.

“Obviamente le pareció una locura, así que le dije que si no era con él, seria con alguien más, que sabía muy bien que habían unos cuantos que estarían dispuestos a hacerme el favor, creo que eso lo convenció. Así que quedamos una tarde que sus padres no estaban en su casa”

Suspiré.

“Cuando llegué, estuve a punto de arrepentirme, pero no lo hice, cuando abrió la puerta, me tomó de una mano y me jaló hacia adentro, me dio un beso y me metió la lengua tan adentro que hice una arcada. Me pidió disculpas y se calmó. Así que me besó muy lentamente y haciéndome sentir su lengua en mi boca de una forma placentera. Luego fuimos a su dormitorio, estaba limpio por demás, y hasta las sábanas había cambiado. Nos quitamos la ropa uno frente al otro, y nos fuimos descubriendo desnudos. Sentí mucha vergüenza, pero continué. Entonces tomó mis pechos y los acarició, luego me volvió a besar. Alzó mi cuerpo en sus brazos y lo depositó en la cama. Se subió encima de mí y sin más preámbulos me p$netró…”

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