Capítulo 77:

Caminaron un lago trecho, tomados de la mano, sin emitir ni una sola sílaba.

De pronto, Franco detuvo su andar debajo de un grande pero viejo árbol.

“Resulta que aquí, debajo de este árbol, me dieron mi primer beso”

Victoria lo miró con asombro.

“¿Te dieron?”

“Sí, me dieron, ¿Por qué te asombra tanto?”

“Porque tú siempre tomas lo que quieres, cuando quieres, siempre pensé que habías sido tú el de la iniciativa”

Franco las empujó hasta recostarla al tronco del árbol, sin soltar la mano que llevaba sujeta a la de ella.

La otra la pasó por el rostro de Victoria.

Ella lo miró profundamente y él se acercó tanto que podía sentir su aliento sobre el rostro.

“¿Has estado pensando en cómo fue mi primer beso?”

“No, no es eso”

Respondió nerviosa.

Y allí estaba la Vic que lo volvía loco.

“Porque yo si he pensado en como habrá sido la primera vez que te besaron y sobre todo la primera vez que te hicieron el amor”

“Franco… ¡Termina con esto!”

Le suplicó, pero él sonrió ampliamente.

“¿Terminar?, si aún no he empezado”

Pasó la mano por el cabello de la joven metiendo su cabello entre los dedos.

“Anda, Vic, cuéntame cómo fue tu primera vez.

Ella temblaba.

“No quiero, Franco, de verdad, no quiero hacerlo”

“Bien, te contaré la mía, entonces”

“¿Y qué te hace pensar que quiero que me la cuentes?”

“Tu respiración entrecortada y la ansiedad en tu mirada”

Ya la conocía bien, muy bien.

“Resulta que vino una prima a pasar unos días en casa, sus padres se estaban divorciando, así que la enviaron para aquí. Ella tenía en aquel entonces unos 16 años, yo solo tenía 13”

“Eras un niño”

“Sí, y un poco tímido, no creas. La cosa es que estábamos jugando justo aquí y ella me hizo recostar al árbol con los ojos cerrados y la boca abierta. No me llamó la atención porque jugábamos a eso para descubrir sabores. De repente, me dijo ‘a que no adivinas que es esto’, y sentí algo húmedo, caliente y pegajoso dentro de mi boca, cuando abrí los ojos, ella estaba metiendo su lengua dentro de mí. Me gustó, así que yo hice lo mismo, por unos minutos nos estuvimos besando, hasta que algo ocurrió en mi entrepierna, ¡Ya sabes!”

Ella lo sintió.

“Entonces metió su mano por debajo del elástico de mi pantalón y lo tomó con su palma. Luego se puso de rodillas y se lo metió en la boca”

Sonrió con malicia.

“Estos arañazos que ves aquí, son de cuando me corrí en su boca”

Victoria estaba temblando de los nervios y respiraba con dificultad.

Franco disfrutaba con enormidad de ese momento.

“Te preguntarás porque te lo conté, porque le prometí a ella que a la única mujer que traería a éste árbol sería con la que me fuera a casar”

Volvió a sonreír.

“Y, ¿Adivina qué?, parece que serás tú, sino a casarme a lo más cerca del matrimonio que estaré”.

Victoria:

¿En qué estaba pensando cuando le dije de hablar?

En realidad no tenía que tocar ningún tema importante con él, solo quería pasar un rato a su lado como si nada de lo anterior hubiera pasado.

Necesitaba llevarme ese recuerdo de la casa de campo.

Cuando me tendió la mano solo se la tome, entrelazando mis dedos con los suyos.

Adoré ese trecho que hicimos en silencio, pues éramos solo él y yo, junto al paisaje.

Fue un momento de una intimidad hermosa.

Hasta que llegamos al enorme árbol, plantado en el medio de la nada, y me contó su primer experiencia se%ual.

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