Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 75
Capítulo 75:
“Anda, no seas tan antipática conmigo que yo no te he hecho nada”
“No, pero tampoco me apetece ser amable en este momento, así que mejor te vas y me dejas sola”
De todas formas, Andrés se sentó junto a ella.
“Debes estar muy enojada, pues no te pareces en nada a la chiquilla que llego hace un par de días”
Dijo él.
Victoria dejó de mirarlo y se concentró en el paisaje que tenía en frente a ella.
“Voy a extrañarlo cuando me vaya, voy a extrañarlo mucho”
“¿A quién?”
Preguntó él.
“Al paisaje, ¿A quién más iba a ser?”
Dijo ella.
Pero en realidad estaba pensando en Franco.
Era a él y su intensa manera de ser, a quien la joven iba a extrañar.
Pero no quería aceptarlo.
Él se estaba metiendo bajo su piel.
“Me parece que vas a extrañar más que al paisaje”
Victoria lo miró con recelo.
“Aunque no quieras reconocerlo”
“No tengo nada que reconocer, Andrés”
Dijo ella.
“Mira, sé que empezamos con mal pie, que me salí de lugar contigo, no debí hablarte como lo hice…”
Dijo él.
“¡Pero lo hiciste!”
Dijo ella.
“Cierto, por eso te pido mil perdones, ya sé que no tengo justificativo, pero a mi favor diré que me pareces una chica muy dulce y sobre todo sana, entonces no entendí porque te prestaste a esta farsa con Franco, pero cuando veo como le miras, ahí comprendo todo”
Dijo él.
“¿Qué cosa es la que crees comprender?”
Preguntó ella.
“Lo que sientes por él”
Dijo él.
“¿Y que se supone que siento por él?”
Pregunto ella.
“El almuerzo está listo, chicos, vengan a la mesa”
Interrumpió Norma.
Andrés se puso de pie y Victoria lo detuvo por la muñeca.
“No sé qué es lo que crees saber, pero estás equivocado por completo”
“Tú sabes tan bien como yo a que me refiero, solo que no lo has dicho en voz alta aún y tienes miedo”
Se soltó del amarre.
“Ahora vamos a comer que se enfría”
…
En el comedor los únicos que no sintieron la tensión fueron los padres de Andrés, pues ellos vivían en otro mundo.
Las miradas recorrían de una punta a la otra de la mesa.
Si las miradas cortaran, habría mucha sangre desparramada.
Norma hablaba casi sin parar de lo emocionada que estaba con el compromiso entre Victoria y Franco.
Los tres jóvenes trataban de seguirle la conversación con naturalidad.
Pero Andrés miraba, cuando podía, a su amigo de una forma letal, y a Victoria de una forma compasiva.
Franco trataba de rehuir la mirada punzante de Victoria y la llena de odio de Andrés.
Por su parte Victoria miraba a Franco con un poco de ira y a Andrés con algo de desprecio.
Pero Norma y Miguel nunca se dieron cuenta.
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