Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 70
Capítulo 70:
En ese momento Franco notó que la mirada de Victoria había cambiado para con él.
No podía describirla aún.
Pero era más dulce de lo habitual.
Aunque en realidad no sabía si era eso o producto de su imaginación debido a la conversación que tuvo con Andrés respecto a los sentimientos que, su amigo, creía tenía Victoria.
“Tranquilo, Franco. Estaré bien”
“Norma, ¿Le traes un vaso de agua?, por favor”
“En seguida”
Andrés observaba el panorama con un poco de desconsuelo, pues tenía que seguirle la mentira a su amigo para no romperle el corazón a su madre y también viendo el estrés que le causaba a Victoria llevarla adelante.
“Gracias, Norma”
Dijo Victoria mientras tomaba el vaso con agua que le ofrecía la casera.
Bebió algunos tragos y el color volvió a sus mejillas.
“¿Mejor?”
Le preguntó Franco dulcemente.
“Sí, cariño, ya estoy mejor”
Andrés cada vez más anonadado con la situación, o sonaban muy convincentes o entre ellos había algo más que un simple contrato.
“¿Quieres recostarte un rato?”
Pregunto Franco.
“En serio, Franco, ya estoy bien”
Dijo ella.
Franco le dio un beso en la frente.
“¿Te parece si llamo a la abuela y le doy la noticia?”
Pregunto Franco.
“Me parece perfecto, cuanto antes mejor”
Dijo Victoria.
“Ok, voy a llamarla desde el dormitorio para no estorbar aquí con la conversación”
Y se marchó, también Norma y Miguel para seguir con sus tareas cotidianas.
Andrés quedó a solas con Victoria y se sentó a su lado.
“¿Por qué lo haces, Victoria?”
Pregunto Andrés.
“¿Hacer que cosa, Andrés?, no te entiendo”
“Yo creo que sí”
“Pues fíjate que no, no te entiendo”
“¿Comprometerte con Franco?”
“Porque soy su novia y nos amamos”
“Conmigo no tienes que fingir, Franco me lo contó todo”
“¿Todo lo que?”
“Que lo de ustedes es una farsa, que firmaron un contrato para pasar por novios. De Franco puedo esperar cualquier cosa, más tratándose de escapar de las garras de su abuela… pero tú… no entiendo por qué lo haces, el dinero no parece ser tu motivación”
Victoria sintió como un sudor frío corría por su espalda.
No podía creer que Franco le hubiera contado su secreto sin haberla puesto sobre aviso antes.
“Mira, no tengo idea de lo que te ha contado Franco o te ha dejado de contar. Pero es seguro que es un tema que no tocaré contigo”
Se levantó muy molesta y dejó a Andrés solo en el gran salón.
“Franco, ¡Por fin te acuerdas de tu abuela!”
“Doña Berta, tampoco hay que dramatizar tanto. La misma distancia que yo tengo al teléfono la tienes tú, abuela”
Franco río, mientras hacía tiempo para ordenar sus ideas.
Sabía que una vez que le dijera a su abuela lo del compromiso no habría vuelta atrás.
“Tiene razón, cariño, solo que no he querido molestarte. Pero dime, ¿A qué debo tu llamada?”
Franco se rascó la nuca, mientras caminaba de un lado a otro de la habitación. De
pronto la puerta se abrió e ingresó Victoria a toda prisa cerrando la tras de sí y se sentó en la cama resoplando.
La notó molesto.
“Surgió algo, abuela. Te llamo más tarde”
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