Victoria, la novia alquilada
Capítulo 66

Capítulo 66:

“¿Todavía te duele?”

Preguntó Franco.

“No, pero lo recuerdo a diario”

“¿Y qué sientes al hacerlo?”

“Un poco de temor…”

“¿Temor?”

Interrogó incrédulo.

“Si”

Murmuró.

“¿De qué, Vic?”

Preguntó él.

“De ti”

Dijo ella.

“¿Cómo?”

Pregunto él.

Andrés ingresó en el salón y los interrumpió.

“Aquí están los tortolitos”

“Sí, estamos disfrutando del hogar”

Respondió Franco.

Victoria quiso ponerse de pie, pero él se lo impidió abrazándola más fuerte aún.

“Mamá manda preguntar sí necesitan algo más o puede retirarse”

“¿Todavía está en pie?, ¡Cielos!, que se vaya a la cama tranquila, si queremos algo nos lo arreglaremos nosotros mismos”

Respondió él.

“Ok, entonces se los diré y me iré a la cama yo también. Que descansen”

Dijo su amigo.

“Igualmente”

En la charla, Franco había relajado su brazo y Victoria había podido zafar de su agarre.

Cuando Andrés se retiró se puso de pie rápidamente y se dirigió al dormitorio, como era de esperarse Franco la siguió.

“¿Qué haces aquí, Franco?”

“Duermo aquí, ¿Lo olvidaste?”

Ella se ruborizó por completo.

La pregunta era tonta y la respuesta obvia.

Muy obvia.

¿Cómo había olvidado algo así?

“Sí, perdona, soy una…”

Franco no dejó que Victoria culminara la frase.

Se acercó a ella, haciendo que la joven quedara atrapada entre su cuerpo y la pared.

Sin posibilidad de escapar.

“Ya deja de pedir perdón por todo, cuando tengas algo que decir, solo dilo”

Su aliento hacía que el cabello de Victoria se agitara y la quemaba por completo.

“Ahora vas a decirme porque te causa temor el hecho de recordar lo que te hice en el cuello”

“Porque me lastimaste”

“Te pedí perdón por ello”

“¿Y con eso tiene que bastar?”

“No, pero creí que lo habías hecho. Te prometí no volver a hacer una cosa así”

“Y te creo…”

“¿Entonces?”

“No puedo evitarlo, es una reacción física”

Él dio un golpe de puño en la pared.

“¡Mi$rda, Vic!, ¿Que puedo hacer para revertirlo?”

Pregunto él.

“Así…”

Ella miró la mano de Franco que había quedado contra la pared luego del golpe.

“¡Seguro que no!”

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