Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 45
Capítulo 45:
Narrador:
Grande fue su sorpresa cuando asomó quien menos esperaba.
Pues no era Rebeca, ni la abuela, ni el propio Franco que hubiera adquirido modales; sino que era Luciano.
“Hola, Victoria, supe que estabas mal y quise saber cómo seguías. ¿Puedo entrar?”
“Sí, claro, pasa, Luciano”
No podía ocultar su sorpresa.
“Anda, no te sorprendas tanto, soy casi un ser humano como tú”
Rio.
“No, no es eso, perdona, es que no esperaba que fueras tú”
Dijo ella.
“¿Esperabas a Franco?”
Se rascó la barbilla.
“No, claro que no, él entraría sin llamar, ¿Verdad?”
Victoria se acomodó en la cama.
“¿Qué es lo que quieres, Luciano?”
“Nada, lo que te dije, saber cómo estabas”
“Mejor, gracias”
Entonces Luciano cerró la puerta tras de sí y se acercó a la cama, señalando la silla que estaba apostada a un lado, preguntó:
“¿Puedo sentarme?”
“Por supuesto”
Respondió ella.
“Mira, sé que te puede costar creerme, pero me preocupé cuando la abuela me dijo que Franco había llamado porque tú estabas en el hospital. Sé que no nos conocemos, pero me pareces una chica genial. Desconozco él porque accediste a la locura de mi hermano…”
Comentó él.
“No creo que deba discutir eso contigo”
Interrumpió de forma tajante.
“No, por supuesto que no. Solo digo que me llama la atención, pero seguro tus motivos tendrás. Me caes bien, en realidad me caes bien”
Se recostó en la silla y cruzó sus piernas.
“Yo llegué a un arreglo con Franco y eso incluye ayudarlos en todo lo que pueda con su juego, por llamarlo de alguna forma, así que no tienes que estar a la defensiva conmigo, no soy una amenaza. Cómo ya te dije, me caes bien”
Comentó él para ver si ella bajaba su guardía.
“Pues, me tranquiliza escucharlo, pero si has venido a saber los por menores de mi relación con tu hermano, estás hablando con la persona equivocada. Yo no te contaré”.
Dijo ella mientras cruzaba sus brazos.
“Tampoco quiero saber nada, con lo que me dijo Franco me basta, no quiero enterarme de muchos detalles”
Dijo él.
“Ni sueñes que te los daría”
Dijo ella.
“Eso está claro, mira…”
Acercó la silla más a la cama.
“Me caes bien, de verdad me caes bien, yo puedo ayudarte a lidiar con mi abuela y también con Franco, si quieres”
Victoria lo miró con desconfianza.
¿Por qué le había esa oferta?
¿Era verdad?
¿O era una trampa?
“Es seguro que mi hermano te habrá dicho que no confíes en mí, y tiene razón…”
Dijo él intentando ser transparente.
“¿Entonces?”
“El punto es que, porque Franco no deba confiar en mí, tú tampoco debas”.
Dijo él.
“¿Cómo es eso?”
Victoria ya estaba con una mezcla de intriga y diversión ante la conversación con Luciano.
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