Capítulo 41:

Narrador:

“Franco…”

Se estrechó a él.

“Quiero que tengas en claro algo…”

“Dime”

“No puedes enamorarte de mí porque yo nunca me enamorarte de ti. No voy a negarte que me gustas y te deseo muchísimo, pero el amor no es para mí. No creo en él en primer lugar. Porque si creyera no te hubiera propuesto semejante trato. No quiero formar una familia con esposa en hijos. De ser así hubiera elegido a una de las tantas candidatas, me hubiera casado con ella”.

A Victoria de pronto se le volvió todo negro y se desvaneció.

Franco la sostuvo en sus brazos para que no cayera.

Luego la alzó y la metió dentro del coche para llevarla al hospital.

Donde la reanimaron luego de un rato.

Al despertar se encontró muy desorientada, sentía que todo el cuerpo le pesaba y le dolía.

Franco, que estaba sentado a su lado, se acercó a ella y le tomó la mano.

“Vic, ¿Cómo te sientes?”

Preguntó mientras le acariciaba con la otra mano el rostro.

“No lo sé, siento que me duele todo y estoy algo mareada. ¿Dónde estoy?”

“En el hospital, te desmayaste, ¿Lo recuerdas?”

“Algo, recuerdo que me faltó el aire y todo quedó negro, luego nada, hasta ahora”

“Quedaste pálida y te desvaneciste, si no te sostengo te caías”

“Parece que siempre estás para rescatarme”

Ella sonrió débilmente.

“Siempre, ya te lo dije”

Y le besó la punta de la nariz.

“¿Puedes llevarme a casa ya?”

“Aún no, tienen que hacerte algunos exámenes para ver si dan con el motivo, además le comenté tus dos anteriores episodios”

“¿Cuáles episodios?”

Preguntó asombrada.

“En la casa cuando conociste a mi abuela, y anoche que no podías levantarte de la silla”

“Eso no fue nada, solo algo de miedo y estrés”

“De todas formas sería bueno que lo vieran a fondo”

Volvió a acariciarle el rostro.

“Me tienes preocupado, Vic”

“¿Por qué cuando me dices Vic, suena a música?”

Dicho eso se volvió a desvanecer.

Franco la volvió a recostar y salió en busca de los médicos, que entraron casi de forma automática.

Luego de revisarla y lograr reanimarla nuevamente, la trasladaron a la sala de tomografía para realizarle una.

Franco le tomó la mano y no se la soltó hasta que la ingresaron en la sala.

“Tengo miedo, Franco”

“No tienes nada que temer, yo estaré aquí cuando salgas”

Le besó la frente.

Trascurrió un largo rato antes de que el médico saliera de la sala para darle el parte, a Franco le parecieron días.

“Y Doctor, ¿Qué tiene?”

Preguntó ansioso.

“Tenemos que hacerle más estudios, pero los preliminares arrojan que tiene el síncope vasovagal ocurre cuando una persona se desmayas porque el cuerpo reacciona de manera desproporcionada a ciertos factores desencadenantes, como ver sangre o ante mucho sufrimiento emocional. El factor que desencadena el síncope vasovagal hace que la frecuencia cardíaca y la presión arterial disminuyan abruptamente. Como consecuencia, disminuye el flujo sanguíneo al cerebro y se pierde el conocimiento por un momento”.

Explico en detalle.

“¿Eso es grave?, ¿Se trata?”

“Es una condición crónica, no tiene tratamiento alguno, en éste caso, fue por la suma de emociones muy fuertes y no pudo controlarlas, lo aconsejable es que no las tenga, o por lo menos no todas juntas”

“¿Cuando la podré llevar a casa?”

“Esta noche quedará en observación, ya mañana en la mañana se podrá ir, pero tendrá que volver en la semana para más estudios”.

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