Victoria, la novia alquilada -
Capítulo 36
Capítulo 36:
Narrador:
Franco se puso de pie y tomó las manos de ella para ayudarla a parar.
“Anda, chiquilla, un paso a la vez, toma mis manos, yo te ayudo”
Victoria se puse de pie y al dar al primer paso, las rodillas se le aflojaron.
Casi cae al suelo.
Franco la tomó por la cintura y lo impidió.
La abrazó fuertemente.
“¿Ves?”
Dijo con una sonrisa.
“No voy a dejar que te hagas daño, confía en mi”
Ella le miró y trató de sonreírle.
“Vamos, Vic”
Le pasó una mano por la espalda y la otra por debajo de sus rodillas y la llevó en brazos hasta dormitorio.
…
Victoria:
Franco me dejó en la cama con suma delicadeza.
“¿Estás mejor?”
“No lo sé, Franco”
“¡Cielos!, estás temblando”
Me abrazó con fuerza.
Sentir sus musculosos brazos alrededor de mi cuerpo estrechándome contra el suyo y haciendo que su perfume me embriagara por completo.
Era la gloria.
Pues ese hombre cada vez me tenía más cautivada.
“Gracias”
“¿Por qué?”
Besó mi frente.
“Por no dejar que me cayera”
Hundí mi rostro en su pecho, me estrechó más aún.
“Jamás dejaré que te suceda nada malo, lo prometí, ¿Recuerdas?”
Solo moví mi cabeza de forma afirmativa, pero sin despegarla de su cuerpo.
No podía.
No quería que me soltara.
“Ahora, trata de dormir, mañana hablaremos”
“¿Puedes quedarte conmigo?”
“Vic, no es conveniente. Descansa, si necesitas algo me mandas un mensaje”
Y salió de la habitación sin siquiera volver a mirarme.
Franco:
Creo que Victoria sufre de ataques de pánico, pero de una forma muy extraña.
Pues ella reacciona muy bien a las situaciones, pero luego se derrumba y no sabe bien que hacer.
La llevé a su dormitorio en mis brazos.
Me abrazó por el cuello y me clavó las uñas en él.
No se dio cuenta así que no se lo hice notar.
Simplemente lo resistí en silencio.
La coloqué sobre su cama para que descansara.
Cuando me iba me pidió que me quedara…
Estuve a punto de hacerlo, pero la cordura sopesó y me negué.
Luego de mi conversación con Georgian estaba dispuesto a terminar con todo.
Pero cuando llegué a la casa y la vi con los muestrarios eligiendo combinaciones, me llenó de ternura.
Y no pude.
De alguna forma me estaba encariñando con ella.
Si bien no era mucho menor que yo, sus actitudes y falta de experiencias la hacían, ante mis ojos, una chiquilla.
Mi abuela se había vuelto persistente con los planes de casarme.
Parece que mi plan estaba causando un efecto contrario a lo deseado.
De alguna forma tenía que controlarlo.
Contarle la verdad de Victoria no era una opción.
Ya veré como se desarrollan los acontecimientos e iré manejándolos.
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