Capítulo 31:

POV Sofía.

Me giraré…

Él dio media vuelta, y me apresuré a colocarme el vestido.

Ni siquiera podía imaginar que podía pasar si Gael estuviera aquí.

“No sabía que estaba aquí”.

Diego se giró de nuevo, y había un brillo en su mirada esta vez.

“Eres muy hermosa, Sofía”, apreté mis dientes y también mis puños.

“Diego… de verdad muchas gracias por traerme aquí”.

“¿Estás ocultando tu embarazo?”.

Mis ojos se abrieron un poco.

“Si estás pasando por algo, créeme, puedes contar conmigo para lo que necesites … lo que sea”.

“Diego… tengo un esposo”.

“Eso lo sé… mis palabras se mantienen, Sofía… y espero que nos volvamos a ver pronto”, el hombre caminó un poco hacia mí y se detuvo a una distancia prudente.

“De igual forma, estaré pendiente”, su mano se extendió hacia la mía, y dudé un poco en dársela.

El hombre besó el dorso de mi mano y sin decir una sola palabra, dio dos pasos hacia atrás y comenzó a irse. Sin embargo, nada podía ser fácil para mí, cuando ambos, Gael y él se encontraron en la puerta, y sus miradas se encontraron como si fuese una sentencia.

“Gael”, tuve que llamarlo, Diego me miró por última vez, y luego se fue.

“¿Qué se supone que hacía ese tipo aquí de nuevo?”.

“Buenos días”.

La mirada de Gael se oscureció mucho, quitó la distancia que había entre nosotros, y luego tomó mi rostro para besarme con desespero.

Tomé sus brazos, mientras él me atrapó completamente pegándome a su cuerpo.

“Solo salí por una hora, y hay buitres”.

“Gael… ya te lo dije”.

“Realmente no me interesa ese tipo, espero que desde hoy no lo volvamos a ver”

Mis hombros se alzaron y luego salimos de la clínica, mientras tomé el informe en mis propias manos. Traté de caminar despacio, y luego de que estuvimos en camino, a quien sabe dónde, miré a Gael, que hablaba con rapidez por su teléfono.

Podía sentir la tensión en el aire. Gael estaba claramente afectado por la presencia de Diego Slim en la clínica y su actitud protectora estaba en su punto máximo.

Por mi parte, trataba de procesar todo lo que había sucedido en los últimos días, Camila, el accidente, la revelación de mi embarazo.

Finalmente, llegamos un edificio enorme, nos bajamos del auto y Gael tomó mi mano para caminar hacia la entrada.

Nadie le dijo nada, él solo se dirigió al ascensor y luego llegamos a un apartamento espacioso, con una bella vista.

Me abracé a mí misma mirándolo y luego él se puso recto, observándome con seriedad.

“¿Quieres comer algo?”, negué.

“No quiero nada excepto hablar… quiero saber dónde voy a pisar… yo”.

Gael acortó la distancia entre nosotros y luego tomó mi mandíbula.

“Pisarás en mis mismas pisadas… y si lo que quieres es saberlo todo… entonces ha llegado el momento. Pero te digo Sofía… estoy confiando ciegamente en ti, algo que me juré a mí mismo, no volver a hacer nunca más”.

Pasé un trago forzado ante sus palabras, y luego Gael me instó a que nos sentáramos en un bello sofá que parecía nuevo.

“¿Todo esto es nuevo?”.

“Lo es… ayer mismo vinieron a colocar estas cosas nuevas… para ti”, mis ojos se abrieron un poco.

“No tenías que hacerlo”.

“Tengo que hacer muchas cosas, Sofía… pero lo principal, es protegerte, de todos y de cualquier cosa”.

Me quedé mirándolo detenidamente, mientras un suspiro salió de mi boca. Agaché la mirada y luego negué.

“Lo siento… lo que vi me perturbó. Incluso aún estoy fuera de mí misma”.

Gael tomó mi barbilla.

“Hace siete años… tenía una vida completamente diferente. Pero estaba muy preocupado por mi madre, la mujer que había sido mi muro desde que tuve conciencia… así que decidí venir a México por un tiempo… me preparé”.

Puse mi espalda erguida y apreté mi estómago. Y dijera lo que dijera, necesitaba estar neutra, porque sabía que no estaba siendo fácil para él.

“Solo tenía un día en la ciudad, cuando arrollé a una mujer… Camila… y mi vida cambió por completo, Sofía… completamente. Ella estaba algo desorientada cuando la metí en mi auto. La llevé al hospital con urgencia y allí la atendieron. Sin embargo, cuando ella me miró por primera vez, vi angustia en sus ojos. Y conozco perfectamente el sentimiento, crecí viendo a mi madre en esa condición con Rafael”.

Apreté mi mandíbula recordando las palabras de la abuela.

“No sé por qué me quedé todo el día en ese hospital con ella. Conectamos de alguna forma, y créeme, no era el tipo de mujer con la que solía salir. Es como si…”.

“Es como si hubiese despertado tu instinto protector”, terminé por él, mientras Gael asintió lento.

Saber estas cosas me generaban un nudo en el estómago.

“Supe por Camila la condición de su familia. No estaban en la calle, pero no era la mejor. Tenían deudas y en ese entonces me dijo que trabajaba en algunas casas con su madre limpiando”..

Apreté mi mandíbula. No sabía a ciencia cierta por qué me temblaba todo el cuerpo. Sabía algunas que me estaba contando, pero tenía tanto miedo de saber toda la verdad.

“Me… enamoré de ella… no puedo mentirte, de su humildad… de su ser cariñoso… literalmente Camila comenzó a vivir su vida solo en mi entorno. En lo que quería, en lo que deseaba… y yo sentí que tenía una deuda con ella… así que no lo pensé… mi abuela me lo advirtió que estaba siendo demasiado rápido, incluso mi madre… pero no les hice caso”.

Gael sonrió con amargura. Y lo último, fue llevarla donde estaba mi madre con Rafael…

“¿Tu padre fue el último en enterarse…?”, Gael asintió tomando mi mano.

“Te lo dije, nunca tuve una buena relación con él”.

“¿Y qué pasó cuando él la conoció?”, mi pregunta tenía un doble sentido.

“Parecía que ya la conocía alguna parte”, sus palabras estaban cargadas de amargura.

Incluso me dijo que no valía la pena, pero las palabras de Rafael, nunca significaron nada para mí. Incluso vi esto como una forma de hacer lo contrario a lo que me decía, y me casé con ella tan rápido como un pensamiento.

“Lo entiendo”.

Gael negó.

“No sé por qué Sofía, pero fui un idiota… nunca investigué de su vida… solo viví mi matrimonio durante cuatro años y medio totalmente ciego”.

“No es tu culpa confiar”.

“Si es mi culpa… porque hay gente que nunca cambia ni deja sus formas”.

“¿Qué fue lo que pasó?”.

“Había tenido un problema con Rafael… lo amenacé con quitarle un patrimonio de mi abuelo…  e incluso me metí entre él y mi madre… que solo la utilizaba para su fachada política mientras se acostaba con cuanta prostituta se le presentaba. Todo el mundo lo sabía, todos… mi madre era el hazmerreír del mundo a sus espaldas”.

Apreté mi boca duramente.

“Él quiso vengarse de ti”, completé, mientras Gael sonreí.

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