Capítulo 22:

POV Sofía.

Por su parte, Gael tomó una silla para mí y luego él se sentó, mientras con su mirada, le jodía la velada a Don Rafael.

Y en efecto, su padre estuvo más que nervioso, que incluso recortó sus palabras, y presentó a su futura esposa, con personas, que ahora sabía eran parte de

En un momento, cuando la cena se terminó, se les pidió a los invitados que pasaron a una zona social, y Don Rafael aprovechó de venir a nosotros, como si el diablo se lo llevara de por medio.

“¿Estás provocándome, Gael?”.

“Apenas comienzo”, sus susurros eran apretados, mientras yo estaba en medio de ellos.

“¿Apenas comienzas? También se me puede olvidar que eres mi hijo, recuerda que esto de Sofía, no se quedará así”.

Vi la sonrisa cínica de Gael, y luego le puso el dedo a su padre en el pecho.

“Podría matarte con mis propias manos si incluso vuelves a mirarla… Es mía”

“Gael”, traté de colocar mis manos en su pecho, pero de inmediato sentí cómo su padre me miró para decir:

“¿Te han dicho que te pareces un poco a la exmujer de mi hijo?”.

Mis ojos se abrieron, e incluso escuché la respiración de Gael demasiado agitada como si no se pudiese creer el golpe.

“Tienes el mismo perfil…pobre, necesitada, y sobre todo… alguien que necesita ser protegida”.

La sonrisa de Don Rafael se extendió, mientras el rostro de Gael, solo se trastocó hasta el punto de tener pánico de solo mirarlo.

El ambiente se volvió opresivo, como si los secretos y las intenciones ocultas se hubieran materializado en una confrontación palpable.

“¡Basta ya!”, exclamó Gael con furia contenida, incluso algunos invitados cerca se volvieron a nosotros un poco asustados, mientras él casi que amenazaba a su padre colocándose al lado, pero su estatura y su cuerpo, obviamente, rebasaban al viejo.

“Vas a arrepentirte… lo juro”.

No tuve otra opción, incluso salió de mí misma el interponerme entre ellos con rapidez.

“Gael… vámonos… hay gente aquí”, le susurre.

“No creo que quieras hacer las cosas de esta forma, eres más inteligente que esto”, me puse frente a él tomándole el rostro, e incluso desplacé un poco a Don Rafael con mi imposición.

“No tienes que irte… disfruta mejor la velada… yo invito”, el hombre mayor insistió, y antes de que Gael diera un paso me giré hacia el viejo y lo miré fijamente.

“No recibiría ni agua de sus manos… y si hui, es porque ni teniendo todo el dinero del mundo, podría quedarme con alguien como usted… hubiese preferido lanzarme de un edificio, antes de que esa mujer me encontrara. Por favor, no se compare con Gael, usted ni siquiera tiene ese mérito. Y no se vuelva a dirigir a mí, porque de verdad me repugna”.

Noté como mis palabras lo afectaron un poco, pero él se dirigió hacia Gael de inmediato buscando desahogar su descontento.

“Los espero en mi boda… aunque si Sofía se arrepiente, puedo cambiar sin ningún problema”.

Y eso fue todo, un puño seco fue impactado en su cara, incluso Don Rafael cayó al suelo, mientras varios hombres de su seguridad llegaron como halcones al sitio, Gael solo le dio una última mirada, y luego entrelazó su mano conmigo, y caminó de forma despreocupada de la casa, hasta que por fin salimos y el aire volvió a mis pulmones.

La agitación de Gael era mucha, notaba sus nudillos blancos cuando ya íbamos en camino, y nuestro silencio incluso era perturbador.

Sin embargo, de un momento a otro, su mano posó en la mía, y aun mirando a la carretera, dijo:

“Gracias”.

Apreté su mano para contrarrestar mis nervios y al mismo tiempo darle apoyo, aunque yo sabía que estaba luchando con sus demonios, y ahora solo quería olvidarme de lo que había pasado allá.

En medio de la carretera, y en medio de la noche, Gael estacionó su auto y luego golpeó el volante.

Podía escuchar su respiración, y tuve que tomarle el brazo para hacer que me mirara, pero de inmediato él tomó mi cuerpo, lo alzó hacia él echando su silla hacia atrás, y me sentó en su torso de forma inmediata.

No dijo una sola palabra. Me besó con fuerza rastrillando sus dedos en mi piel, y mordió mis hombros de forma desesperada. Mi cuerpo se estremeció cuando su rostro se pegó a mis pechos y su mano fue a mi centro para apartar mis pantis.

“Gael”, esto salió más bien como un gemido, pero en el mimo segundo sentí cómo su intimidad ya estaba rozando la mía de forma apresurada, y lo siguiente es que sus brazos comprimieron mi espalda hacia él, cuando me retorcí por la invasión.

Había una desesperación en ambos, incluso sentí cómo ejerció la fuerza en mi boca, pero estaba desinhibida esta vez. Me moví con él todo el tiempo, y nuestras bocas no dejaron de devorarse por un segundo. Y para cuando todo en mí estaba a punto de estallar, Gael aumentó sus embestidas, mientras mi cabeza se echó para atrás y él atrapaba mi cuello.

De un momento a otro todo mi cuerpo se hizo polvo, experimentando una crisis en medio del éxtasis arrollador, luego él salió de mí, y lo vi descargarse afuera manchando nuestras ropas, mientras sus sonidos guturales solo alimentaban mi existencia.

Me quedé mirando sus ojos profundos, mientras mis pechos subían y bajaban, acompasando mi respirar.

Gael tomó mi boca con sus dedos, acariciando mis labios, y mis ojos se cerraron cuando recosté mi rostro en su palma.

“Eres perfecta, Sofía”, acaricié su mejilla también.

“Sea lo que sea que vayas a hacer, voy a apoyarte”.

El hombre se quedó mirándome y luego me besó.

Nuestro camino fue silencioso, pero su mano seguía en la mía. Llegamos a la mansión algo tarde, y por primera vez, me fui con Gael, a nuestra habitación.

Era un poco extraño, pero después de tomar una ducha, y una sesión de amor, nos metimos a la cama desnudos, mientras él me comentó en medio de la oscuridad, como había sido su madre.

El lunes por la mañana salimos juntos de la mansión a la empresa, y tenía una sonrisa en mi boca, porque además de comenzar en el trabajo, hoy era mi primer día también en la universidad.

Para mi sorpresa, en la última planta de Gael habían preparado una oficina para mí, y tuve que darme vuelta hacia él cuando nos quedamos solos, para agradecerle por todo lo que estaba haciendo por mí.

Gael me explicó que no todos los días estaría en esta empresa y que podía confiar en todo el personal de la planta para cualquier duda.

Me encantó mi oficina, y la detallé una vez Gael se fue a otro edifico donde tenía una reunión. Me senté en el sillón dando vueltas, y luego miré la ciudad desde mi sitio.

“Hubiese sido maravilloso si estuvieras aquí papá”.

Unos golpes en la puerta transparente me hicieron parpadear y noté que era la asistente de Gael.

“Buenos días, Señora Koch… el señor me pidió darle estos archivos, para que los analice, me dijo que usted sabía de qué se trataba”, asentí recibiéndolos.

Él me entrenaría con pequeñas tareas, y yo estaba dispuesta a aprender del mejor.

“Gracias”.

“Sí… cualquier cosa, solo usé el teléfono de la oficina”.

“Genial”, miré el teléfono mientras ella me sonrió.

Y una vez que se fue, me levanté mirando que no había una taza para el café o algo.

Salí prontamente de mi sitio para conocer mejor la planta y detallé las demás oficinas alrededor, incluida la de Gael. Entonces me metí por un pasillo que daba a la zona de descanso, y allí noté, por primera vez, la oficina de la gerencia de ventas.

Y estaba por regresarme cuando escuché una conversación un poco agitada. Algunas voces que ya conocía.

“Parece muy unido con ella… ¿De dónde la ha sacado?”.

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